Reducción de la jornada laboral: entrada en vigor y a quiénes afecta

El anteproyecto de ley ha sido aprobado en Consejo de Ministros este martes 4 de febrero

La jornada laboral en 2025: los principales cambios

Dos trabajadores, en la obra de un edificio en Cádiz
Dos trabajadores, en la obra de un edificio en Cádiz / Julio González

La reducción de la jornada laboral a 37,5 horas la semana está más cerca de ser realidad. El anteproyecto de ley, fruto de la negociación entre Gobierno y sindicatos, aprobado por el Consejo de Ministros da un paso para que ningún contrato laboral pueda exigir 40 horas semanales de trabajo. Esta medida aprobada por Moncloa viene con la garantía de que los salarios no se vean afectados por las 2,5 horas menos.

El texto queda ahora queda pendiente de su tramitación parlamentaria, donde se prevén arduas negociaciones con los partidos de la oposición. La intención del Gobierno es que pueda aplicarse antes del 31 de diciembre de 2025, pese a no contar con el apoyo de la patronal de empresarios. En los debates que se produzcan en el Congreso de los Diputados, el Ejecutivo de Sánchez se enfrentará a la necesidad de incluir modificaciones en el articulado definitivo de la ley que estime

La normativa aspira a entrar en vigor antes de que finalice este año y afectará a todos los trabajadores por cuenta ajena. Asimismo, desde ese momento, ya no se podrán firmar más contratos a 40 horas semanales. En la práctica diaria, esto supondrá media hora de trabajo diaria para todos los trabajadores a tiempo completo. De igual modo, cada empresa podrá convenir cómo aplicar esta ley en caso de que salga adelante. El tiempo que se trabaje por encima de las 37,5 horas semanales, se considerarán extras.

Registro horario digital y derecho a la desconexión

La futura ley hace hincapié en cómo se registran las jornadas laborales para garantizar el cumplimiento de ese tope de horas semanales. De esta forma, Trabajo exigirá un control digital, dejando atrás aquello de apuntar en papel el horario de entrada y salida. Con esto se busca un control más exhaustivo de las extras, que tendrán que aparecer detalladas en las nóminas. Una vez que la norma entre en vigor, el máximo será de seis meses para ponerlo en marcha por parte de las empresas.

Otro de los puntos es que el empleador tendrá que asegurar el derecho a desconectar fuera del horario laboral. Esto es que nadie pueda realizar encargos a un trabajador ni ponerse en contacto para asuntos de trabajo. Además, no habrá ninguna cláusula contractual que pueda sortear este punto.

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