La ropa usada que se deja en contenedores de reciclaje no acaba donde se cree: el demoledor informe que lo demuestra

Medio Ambiente

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Un informe de Greenpeace muestra cómo acaba la ropa usada
Un informe de Greenpeace muestra cómo acaba la ropa usada / D.C.

La ropa que pasa de moda, la que ya no entra en los cuerpos, la que tiene demasiados achaques del tiempo. Todas esas acaban en un contenedor de donación de textiles. La conciencia occidental queda tranquila al pensarse que no se está dando una oportunidad de vestirse a otra persona menos pudiente en el mundo. El comportamientos generalizado es comprar barato, usar y donar (o tirar).

Greenpeace aprovecha una de las fechas más consumistas, el Black Friday, para presentar un informe que muestra que la segunda vida que se piensa que tiene la ropa usada no existe en muchos casos. A pesar de que hay mayores esfuerzos en impedir que la vida útil de un ropaje acabe antes. Por ejemplo, las tiendas de las marcas más conocidas tienen ya incluso espacios para depositar prendas utilizadas, algo que será obligatorio en 2025.

Uno de los datos más impactantes que muestra la insostenibilidad es que la UE pasó de generar 550.000 toneladas de residuos en 2000 a 1.7 millones en 2019. Este estudio recoge a su vez otro a nivel nacional donde se muestra que la mayoría de esa ropa usada proviene, en un 94%, de contenedores en la vía pública. Apenas hay una selección de la misma, apenas un 12% del total. Esto deja situaciones como la que se ve en países como Kenia, donde las fuentes locales calculan que entre el 30 y 40% de la ropa está tan mal que no pueden aprovecharse y acaban siendo residuos textiles. Y hay otro problema, la falta de vertederos específicos de ropa, que hace que se abandonen los ropajes en la naturaleza. A la contaminación generada en el momento de producirse la ropa de bajo coste, se le sume este final de su ciclo de vida donde también contribuye a la degradación medioambiental.

Dónde acaba la ropa usada que se dona en España

Alrededor de un millón de toneladas genera España cada año, casi todas responden a prensas desechadas. Según datos de Hacienda de julio de 2022 a junio de 2023, recogidos por Greenpace, España exportó 131.900 residuos textiles. Lo peor de esto, es que un 90% lo hizo catalogada como ropa de segunda mano, afirma Greenpeace. La mayoría de las prendas utilizadas no tienen el destino que se espera.

¿Dónde acaba realmente la ropa que se deja en los contenedores de reciclado o donación? Greenpeace puso dispositivos rastreadores de geolocalización a 29 prendas usadas para comprobar qué pasaba con ellas. En este caso, fueron ropas que se depositaron en contenedores de la vía pública y de tiendas en hasta 11 ciudades diferentes.

Aunque este experimento continúa activo, al certificarse que aún continúa el viaje de algunas prensas, 14 de 29 ya han sido detectadas fuera de España. Los destinos han sido Emiratos Árabes Unidos, Pakistán, Togo, India, Marruecos, Rumanía, Egipto y Chile. La metodología, reconocen en Greenpeace, tiene sus límites. Pues los dispositivos se activan solo cuando uno de la misma compañía está cerca. Por lo que algunos, pueden quedarse más tiempo de la cuenta sin dar señales.

Entre algunas de las conclusiones del informe es que la ropa más valiosa se exporta a Europa. A Emiratos Árabes Unidos y Pakistán se mandan residuos textiles, al estar allí dos centros neurálgicos de comercio con este tipo de mercancías. Mucha de la ropa que llega aquí o se vuelve a exportar o se convierten en trapos industriales. La ropa usada que llega a países africanos se vende barata en mercados de segunda mano pero hasta un 40% acaba en vertederos.

Después de varios meses de investigación, Greenpeace solo ha podido certificar la reutilización de una de las 29 prendas, vendida en una tienda de Rumanía. Aún así, un 48% se considera que todavía continúa moviéndose por el mundo y que no ha llegado a su destino final.

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