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Ni a la semana ni a los quince días: cuándo hay que lavar las toallas de baño

La frecuencia con la que hay que lavar las toallas es algo que varía según cada casa y los usos que se le dé a la prenda

Un estudio pionero desmiente uno de los bulos más extendidos sobre el aceite de oliva virgen extra

Toallas en el interior de una secadora / PIXABAY

La frecuencia con la que hay que lavar las toallas de baño es un tema que genera muchas dudas. Por lo general, el tema se suele resolver continuando la tradición que nos enseñaran nuestras madres o adoptar nosotros nuestro propio ritmo en función del uso que le demos a la prenda. No es lo mismo una toalla colocada en un baño que sólo usa una persona a otra que utilizan más personas o que usa algún niño pequeño (muchos suelen llegar de la calle para meterlos directamente en la ducha con todo puesto). La cantidad de suciedad también depende de si nos maquillamos, usamos lociones o tónicos especiales, si vamos al gimnasio y sudamos mucho,... un cúmulo de situaciones que hacen que la frecuencia en el lavado de las toallas en cada casa sea un tema propio casi de cada familia.

El desconcierto llega a tal punto que incluso en Reino Unido se preguntó por este extremo a 2.200 adultos y nadie estaba seguro de cómo debía hacerse. Cerca de una de cada cinco personas dijo que las lavaba una vez al mes, un 25% lo hacía una vez por semana, y una de cada 20 después de cada baño o ducha. Por su parte, el 44% afirmó hacerlo cada tres meses o más.

La BBC le preguntó entonces a Sally Bloomfield, una médica experta en higiene y en prevención de enfermedades infecciosas, que se mostró sorprendida por ese dato del 44%. “Estoy un poco sorprendida porque uno pensaría que las toallas estarían ásperas, llenas de transpiración y serían muy incómodas de usar”, le dijo a la cadena británica. Bloomfield señaló que “un plazo razonable sería al menos cada semana”.

¿Cada cuánto hay que lavar las toallas?

Con los usos, las toallas no sólo absorben agua sino también células muertas de nuestra piel, así como lociones, cremas o aceites que solamos usar. Todo eso crea un espacio ideal para la aparición de bacterias, hongos y otros microorganismos que proliferan mejor en ambientes húmedos y oscuros.

En esta línea, un microbiólogo de la Universidad de Nueva York explicó hace unos años que una toalla empieza a albergar gérmenes tras dos o tres usos por lo que se debería lavar después de usarla ese número de veces. Además, advierte que si “desprende mal olor, ya hay microbios creciendo, por lo que hay que lavarla” independientemente del tiempo que haya transcurrido desde la última vez.

Para que la limpieza sea más efectiva además en prendas de uso más íntimo como la interior, las toallas o las sábanas, se recomienda también que se laven a una temperatura mayor o incluso que se use la opción de vapor si nuestra lavadora dispone de ello para lograr una mayor esterilización.

Hay productos además que también pueden ayudarnos a lograr una limpieza más eficaz. El vinagre de limpieza por ejemplo tiene un importante poder antibacteriano y el percarbonato de sodio, que además de ayudar a blanquear la ropa también es un producto muy potente para la desinfección.

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