Los somníferos más consumidos por las personas con problemas para dormir

El insomnio es una de esos trastornos que llega para quedarse en muchas personas. La imposibilidad de dormir bien supone un lastre para todo. Aquellos que lo padecen arrastran sus pies en el trabajo, participan pasivamente en la vida familiar y contribuyen a duras penas en las tareas domésticas. La otra cara negativa de este asunto es que un descanso fallido dilatado en el tiempo acaba en enfermedades.

La respuesta ante una situación insostenible como el insomnio está, para muchas personas, en las farmacias. A poder ser, previo paso por un especialista médico que facilite la correspondiente receta. Al insomnio se llega por muchas vías: estrés, malos hábitos nocturnos, viajes que trastocan el ritmo o secuela de una enfermedad, entre otras cosas.

La actualidad, primero la pandemia y ahora los efectos de la guerra traducidos en crisis energética, es otro detonante de ese estrés para muchas personas. Normalmente, generado por quebraderos de cabezas de tipo económico. Por una razón u otra, dormir se hace imposible y no queda otra que atajar el problema a base de pastillas.

Estos son los fármacos para dormir más demandados

La OCU publicó en mayo un inquietante informe donde situaba a España a la cabeza en el consumo de benzodiacepinas, un fármaco para tratar cuadros de ansiedad e insomnio. En muchas ocasiones, ambos van de la mano, no se entienden por separado. En 2021, un promedio de 110 personas por cada mil, habían tomado una dosis de benzodiazepina al día. La Agencia Española de Medicamentos dice que entre 2010 y 2021 se incrementó en 10 puntos el consumo de ansiolíticos e hipnóticos.

En un reciente reportaje publicado por Diario de Sevilla, una farmacia del barrio de Pino Montano aseguraba que de 200 personas que se atienden al día, unas cinco se acercan requerían ayuda para dormir con pastillas.

Las benzodiacepinas están a la cabeza. Estas actúan sobre el sistema nervioso central, con efectos sedantes e hipnóticos. Aunque sus nombres comerciales suenan más aún en el ideario colectivo: Orfidal, Noctamid, Trankimazin, Lexatin, Dormicum. Probablemente, hasta las personas ajenas a estos trastornos estén al tanto de estos fármacos.

En la segunda categoría, están los antihistamínicos, que reducen en las neuronas la capacidad de sentirse activo. Y causa como efecto secundario cansacio y sueño. Algunos ejemplos son la famosa Dormidina o la Biodramina, también muy usada en contexto de personas que sufren mareos en transportes.

A su vez, hay otros remedios alternativos, para quienes elijan no medicarse. Por ejemplo, infusiones que contengan extractos naturales como la valeriana o el lúpulo. De ahí que en ciertos supermercados haya infusiones de té con el título de 'Relax' o 'Dulces Sueños'. Normalmente, estos informan de sus componentes, que suelen ser los ya mencionados u otros como el espino blanco o la melisa.