Análisis
Santiago Carbó
Algunas reflexiones sobre las graves consecuencias de la DANA
El virus de la bofetada está repuntando en las escuelas de infantil. Es una enfermedad que da comienzo con síntomas leves y muy generales como dolor de cabeza, mocos o malestar, tras lo que luego brota la erupción típica que comienza en las mejillas y es de color rojo brillante. De ahí el nombre que adopta.
Este virus puede aparecer a cualquier edad, aunque afecta principalmente a los niños en edad preescolar durante la primavera, y se contagia a través de los líquidos en la nariz y la boca. Es decir, el contagio se provoca al hablar, toser o estornudar mediante las gotitas de saliva que pueden emitirse. El niño contagiado puede transmitir la enfermedad durante la incubación, cuando apenas existe sintomatología o es muy difícil identificar los síntomas.
Como curiosidad, a la infección por parvovirus también se la conoce como la 'quinta enfermedad' porque, históricamente, fue la quinta de la lista de enfermedades comunes de la infancia caracterizada por un sarpullido.
Los síntomas usualmente aparecen de 4 a 14 días después de la exposición al virus, y el sarpullido similar a una mejilla abofeteada aparece aproximadamente de 4 a 21 días después de que el niño se infecte. Aunque habitualmente las lesiones duran una semana, la erupción se puede reactivar por factores como el calor o la luz y durar más tiempo.
No existe ningún medicamento para hacer que el virus desaparezca. Afortunadamente, desaparecerá por sí solo en aproximadamente 10 días y el cuerpo producirá nuevos glóbulos rojos otra vez. Por lo tanto, al igual que cualquier enfermedad que se contagia por vía respiratoria, las medidas para prevenir contagios son: lavado de manos y buenas prácticas al toser o estornudas.
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