Los diez consejos que debes seguir para cuidar tu piel en invierno y protegerla de las bajas de temperaturas

La sobreexposición a las inclemencias meteorológicas tiene consecuencias negativas para la piel que podemos combatir

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El frío y la calefacción provocan irritación, sequedad y rojeces en la piel.
El frío y la calefacción provocan irritación, sequedad y rojeces en la piel. / M. G.
R. G.

09 de diciembre 2020 - 13:08

El cambio de estación siempre conlleva consecuencias negativas para nuestra piel. Al menos hasta que nos acostumbramos a la nueva climatología y ponemos remedio a los efectos nocivos que ésta tiene sobre nuestra piel. A pesar de las consecuencias que el sol o el cloro provocan en nuestra piel, la peor estación es el invierno, ya que las bajas temperaturas, el viento y otros factores externos se dan de manera prolongada y nuestra piel está mucho más sensible.

Uno de las principales consecuencias de esta climatología adversa es que se nos agrietan los labios, pero no es la única. Además, este año debemos sumarle un nuevo factor: el uso de la mascarilla, cuyas consecuencias pueden dejar de notarse si utilizamos los productos adecuados.

Las temperaturas bajan y nuestra piel, sobre todo, la del rostro, que es la más expuesta, sufre mucho con el frío, el viento o la sequedad del ambiente que provoca la calefacción. Labios deshidratados, rojeces en las mejillas y sensación de tirantez son los principales problemas cutáneos en invierno.

Aunque oficialmente aún estamos en otoño, el frío ya está aquí, y la piel sufre mucho durante esta estación. El frío, el viento, y la sequedad ambiental de las calefacciones provocan piel seca, labios deshidratados, rojeces, irritaciones. Hemos hablado con la farmacéutica Rocío Escalante, titular de Arbosana Farmacia y experta en dermofarmacia, para que nos dé las claves para proteger la piel del frío para que no sufra con la bajada de temperaturas y conseguir que siga estando hidratada y luminosa.

Así que, si quieres proteger tu piel, para reforzar su función barrara, te aconsejamos poner en práctica estos sencillos consejos que puedes incluir en tu rutina de belleza habitual.

Una mayor hidratación de la piel

Si la piel de tu rostro tiende a resecarse, además de elegir cremas hidratantes y nutritivas, la farmacéutica Rocío Escalante nos recomienda aplicar antes un sérum hidratante con ácido hialurónico. "Igual que en el cuerpo te pones más capas de ropa para protegerte del frío, la piel del rostro, sobre todo si es sensible y seca, necesita más capas de hidratación", explica Escalante.

Presta atención a la limpieza diaria

Hemos hecho siempre mucho hincapié en la importancia de la limpieza facial, pero en invierno hay que tener especial cuidado. "En las pieles más secas y deshidratadas, hay que tener mucho cuidado con la limpieza diaria, ya que el contacto con el agua puede incrementar esa deshidratación o sequedad. Para ese tipo de pieles, aconsejo elegir aceites y leches desmaquillantes o agua micelar para desmaquillar y limpiar el rostro", nos recomienda la farmacéutica Rocío Escalante.

Cuidados especiales para los labios

Lo decíamos al principio del artículo, una de las zonas más sensibles en invierno es la piel de los labios, así que hay que incrementar la hidratación. Utiliza bálsamos labiales a diario, cuantas veces necesites para hidratarlos y evitar la molesta sensación de sequedad que, además, puede hacer que te pases la lengua por ellos, algo que provoca más deshidratación.

No olvides la piel del contorno de ojos

Se trata de la piel más fina de todo el rostros, por lo que puede sufrir más la deshidratación y sequedad. Para evitarlo, la experta farmacéutica nos recomienda utilizar un producto específico por las mañanas y por las noches y aplicarlo con sumo cuidado. Es recomendable aplicar poca cantidad y hacerlo con pequeños toques con los dedos, ya que se trata de una piel extremadamente sensible.

Los aceites, los aliados para las pieles más secas

Su textura oleosa y su alta capacidad de hidratación hace que los aceites no sean aptos para todo tipo de pieles, aunque para las pieles más secas se convierte en los aliados perfectos. "Por la noche, en las pieles más secas aconsejamos utilizar aceite facial, con propiedades hidratantes y nutritivas, para devolverles el confort y ayudar en la regeneración nocturna", nos recomienda Escalante.

Aplica cuidados extra

Es recomendable hacerlo siempre, con independencia de la estación, pero en invierno, los cuidados extra cobran especial relevancia si queremos cuidar y proteger nuestra piel. Por eso, al menos dos veces a la semana, si la piel tiende a secarse mucho, aplica una mascarilla facial hidratante.

Utiliza un humidificador

La calefacción (a pesar de que este año tengamos las ventanas abiertas a todas horas) conlleva consecuencias negativas en la piel, además de en la garganta, porque reseca mucho el ambiente. Disponer de un humidificador en tu oficina y en tu casa también te ayudará a lucir una piel perfecta en invierno, al evitar el ambiente reseco que crean las calefacciones.

El cuerpo también debe estar hidratado

Aunque está tapada, la piel del resto del cuerpo también sufre el frío y, sobre todo, el agua muy caliente, algo que apetece mucho en estos momentos, pero que no es muy recomendable para la piel, porque provoca deshidratación. Es preferible usar agua templada e hidratar la piel del cuerpo a diario, sobre todo después de la ducha o antes de ir a dormir.

Los ingredientes que nunca deben faltar en tu piel en invierno

Ya hemos hablado de los principios activos que no deben faltar en tus productos de belleza para combatir el envejecimiento facial, pero también es importante recalcar los principios activos que deben estar presentes en tu rutina de belleza si quieres cuidar tu piel del frío. "Ceramidas, lípidos y ácido hialurónico son los mejores activos para hidratar la piel", afirma la farmacéutica y experta en dermocosmética Rocío Escalante.

Evita los productos de limpieza excesivamente agresivos

No sólo en los productos de higiene facial. Actualmente lavamos nuestras manos con una frecuencia mucho mayor y le prestamos especial atención a nuestra higiene. Por eso, puede que muchas utilicen algún producto demasiado agresivo (con idea de eliminar por completo virus y bacterias) y eso repercute negativamente en nuestra piel. Es preferible usar productos más suaves y testados dermatológicamente.

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