La mejora de la movilidad urbana y la defensa por el peatón frente al vehículo privado, han sido apuestaa que han mantenido todos los ayuntamiento democráticos que ha tenido la ciudad desde 1979. Con mayor o menor intensidad, como mayor o menor acierto. Avanza lenta, pero segura.

El Ayuntamiento está ahora metido de lleno en el desarrollo de la Zona de Bajas Emisiones. Este proyecto limita de forma muy estricta el paso de vehículos privados, promoviendo el transporte público, el carril bici y el paseo peatonal. Todo para mejorar la calidad del aire que respiramos y, también, dar más vida ciudadana a estos espacios.

Todos los municipios del país de más de 50.000 habitantes están obligados a limitar ZBE en sus territorios. En el caso de Cádiz, el Ayuntamiento realizó en su momento una apuesta valiente al proponer todo el casco antiguo, menos la ronda de circunvalación.

La lentitud administrativa impidió a Cádiz, como a la mayor parte de las ciudades del país, cumplir con los plazos, pues estas zonas deberían de estar ya en funcionamiento. Le ha tocado así al nuevo gobierno de Bruno García completar el trabajo que se encontró a medio hacer.

El gobierno del PP ha mantenido la propuesta del anterior gabinete. No es de extrañar, pues en la última etapa de gestión de la popular Teófila Martínez también se aprobó un proyecto similar a la de la ZBE en el casco antiguo, incluso en algunos aspectos con un carácter más restrictivo.

Ahora, el área de Movilidad se encuentra en la fase de inicio de la instalaciones de todas las cámaras que controlarán el acceso limitado al interior del casco.

Mediante estas cámaras el futuro centro de control podrá comprobar si se cuela algún coche no autorizado.

Todo ello mediante un importante sistema informático para cuyo desarrollo se logró en su día fondos de los Next Generation.

A la vez, se está ultimando la ordenanza que regirá en las ZBE, pues en la misma se incluye también el área peatonal del Paseo Marítimo. Esta norma fijará, entre otras cosas, las sanciones que se impondrá a quienes la incumplan.

Para su elaboración, el gobierno de Bruno García ha mantenido diversos encuentros con entidades ciudadanas.

Junto a este espacio de movilidad urbana, el Ayuntamiento avanza en otros proyectos que también se incluyeron en el plan cofinanciado por los fondos europeos.

Así se enfila la última fase de la renovación del carril bici en diversas vías de Puerta Tierra, especialmente la avenida de la Sanidad Pública. Igualmente se trabaja en el proyecto de reforma de las paradas de los autobuses urbanos en la Avenida central de la capital.

El futuro de la avenida de Portugal 

Por el contrario, se han dado marcha atrás en procesos de peatonalización como los de la calle Veedor, incluido en la recuperación de la movilidad urbana en el Mentidero, y el acceso de los escolares al vecino colegio de Carlos III. Igualmente pasa con una postura incierta sobre Marianista Cubillo.

Junto a ello, el Ayuntamiento ha parado la peatonalización de la avenida de Portugal, una vía de estrechas aceras y tráfico saturado que impide un desarrollo vecinal y comercial a esta arteria.

La lentitud del anterior gobierno a la hora de sacar adelante los escasos proyectos que aprobó, imposibilitó la ejecución de la reforma de la avenida de Portugal antes de las pasadas elecciones municipales.

Por otra parte, el nuevo Ayuntamiento sí ha mantenido la reordenación de los aparcamientos en superficie en la ciudad, con las zonas azul, naranja y verde, que han funcionado sin grandes problemas y que han beneficiado a los residentes en las vías donde en su día se pusieron en marcha.

El penúltimo paso (el último, y no menos importante, será la complicada búsqueda de aparcamientos alternativos y disuasorios) será la aprobación del nuevo contrato del servicio de autobuses. Para muchos, la no reordenación de este transforme fue uno de los principales déficit en la gestión de la movilidad urbana por parte del equipo de Kichi.