Cádiz CF

Crónica Cádiz CF - Valencia: salto al vacío de un equipo humillado que huele a Segunda (1-4)

Chris Ramos salta en un lance del partido.

Chris Ramos salta en un lance del partido. / Julio González

El Cádiz CF demostró una semana más que tiene pinta de cualquier cosa menos de un equipo de Primera División. Arrancó la segunda vuelta de la misma manera que terminó la primera, con una derrota (1-4) sonrojante que le hunde un poco más en el pozo, le asienta en la zona de descenso y le aboca una prolongada agonía en el tramo decisivo de la temporada. Ya son 16 las jornadas consecutivas sin ganar, una dinámica insoportable. Y ahora no sólo no vence, sino que además pierde de manera vergonzante. Es difícil que Sergio González aguante más tiempo en el banquillo.

El conjunto amarillo se ahogó en su propia inoperancia. Quiso ir a por todas pero se olvidó que que el fútbol es un juego en el que debe conjugarse la defensa y el ataque. De tanto que pretendió atacar dejó enormes boquetes atrás que el Valencia agradeció. En resumen, no atacó con eficacia y regaló espacios que fueron determinantes.

Los de casa reaccionaron tras el primer gol pero se hundieron tras el segundo, cuando corrieron como pollos sin cabeza sin saber a qué jugaban. Aparecieron los pitos en las gradas en la recta final del encuentro. La afición, sabia, asiste al derrumbe de un equipo con cara de Segunda División. La hinchada lo tuvo claro: pitó al equipo, reclamó la marcha del entrenador y pidió la dimisión del presidente, Manuel Vizcaíno.

Sergio González, con el agua al cuello, exploró soluciones con una variación táctica. A la vista está que no le funcionó. Dejó atrás el habitual 4-4-2 y se inclinó de salida por tres centrocampistas, con Fede San Emeterio como único pivote defensivo como escolta de Kouamé y Rubén Alcaraz. Hasta cinco novedades presentó la alineación respecto a la visita al Granada de infausto recuerdo.

El planteamiento tardó sólo ocho minutos en hacer aguas, justo cuando el Valencia cobró ventaja en el marcador en su primer ataque. Con Javi Hernández fuera de sitio, Fran Pérez se internó por el carril izquierdo cadista, desbordó a Fali por velocidad con una facilidad pasmosa, centró el balón raso al corazón del área y Hugo Duro, sin que nadie le molestase, remató a placer para poner el 0-1. El balón entró en la portería después de que lo tocase Conan Ledesma.

Los locales exhibieron demasiado pronto su debilidad defensiva y casi sin darse cuenta se toparon con la dura realidad. En el 10 tuvo el empate Iván Alejo con un cabezazo fuera con todo a su favor dentro del área. La puntería es precisamente una cualidad del extremo, que una vez más derrochó carácter sin dejar de meterse en algún fregado. 

Se acumularon los problemas. Al tanto en contra al inicio se unión la temprana lesión de Fede San Emeterio, que tuvo que retirarse al cuarto de hora con un fuerte dolor en una rodilla. Su marcha aceleró la reaparición de Gonzalo Escalante.

Las cosas no iban nada bien hasta que una jugada de Robert Navarro se acabó convirtiendo en el origen el empate. El extremo, que arrancó con buen tono, sufrió una clara falta en la frontal del área, la lanzó Rubén Alcaraz y el esférico dio en el brazo de un defensor valencianista ubicado en la barrera. Díaz de Mera Escuderos señaló saque de esquina pero, entre las protestas de los locales, desde el VAR le invitaron a acudir al monitor.

Una vez que el colegiado analizó la imagen, decretó el correspondiente penalti que Rubén Alcaraz transformó con solvencia para restablecer la igualada (1-1). El tanto subió al marcador en el 21, tres o cuatro minutos después de una mano más clara que un día de sol en la Tacita de plata. Costó tiempo que al Cádiz CF le pitaran un penalti a favor.

El gol dio algo de tranquilidad a un equipo que presionó arriba en una señal inequívoca de necesidad. Disponía de margen para culminar la remontada. En el 25. Mamardashvili hizo un paradón tras un testarazo a bocajarro de Alcaraz, eso sí, en fuera de juego.

El duelo fue equilibrado, intenso, sin un dominador claro, con ciertos nervios y no muchas ocasiones en la primera mitad. Luis Hernández rozó la expulsión casi a la media hora (quizás de la perdonó el árbitro) por un codazo en la cara a Hugo Duro. En el 34, tras un error defensivo de los que no se deben cometer en la máxima categoría, Fali repelió el balón con el cuerpo cuando parecía que se encaminaba a gol después de un derechazo de Canós.

Los locales no pararon de intentarlo aunque con su conocida empanada en materia ofensiva. En el 41, Robert Navarro conectó una volea dentro del área que no se tradujo en el 2-1 porque, pese ir bien colocada, el cuero no cogió velocidad y el arqueo intervino con acierto para despejar. Poco después no fue el cancerbero, sino el larguero, el obstáculo que impidió el gol en un libre directo desde un lateral (casi un saque de esquina) que lanzó Javi Hernández.

El empate imperó al descanso con todo por decidirse en un partido reducido a los segundos 45 minutos después de que ninguna escuadra hubiese sido superior a la otra en la primera parte.

El empate le valía de poco a un Cádiz CF que salió a por la victoria con una presión asfixiante arriba. En el 48, Mamardashvili arriesgó tanto por querer jugar la pelota que ésta rebotó en Iván Alejo y se escapó por encima del larguero. Casi sin respiro, y después de un robo en tres cuartos, Rubén Alcaraz tiró alto desde la frontal del área.

Cuando más apretaban los de casa, nuevo mazazo, casi en el mismo minuto que en la primera mitad y otra vez con un agujero, en este caso en la banda derecha. En el 52, un ataque de los amarillo se acabó convirtiendo en un bumerán. Iván Alejo centró desde la derecha, el cuero rebotó en un oponente y en un contragolpe de manual, Diego López se plantó raudo solo delante de Ledesma para hacer el 1-2 con un disparo cruzado. Una definición impecable y un nuevo revés para un Cádiz CF que se olvidó de protegerse atrás y lo pagó caro.

La guadaña de la derrota apretó el cuello de un equipo que cayó atrapado en las garras de la desesperación. Sergio González reaccionó de inmediato con la entrada de Sergi Guardiola y minutos después con un triple movimiento: Lucas Pires, Brian Ocampo y Maxi Gómez. Con un 4-4-2 de circunstancias encararon los anfitriones una sufrida recta final

Las ideas escasearon en ataque. Nada nuevo. Los cambios no dieron resultado. El equipo se enredó en un quiero y no puedo, nadie asumió el liderazgo sobre el césped, no había manera de generar peligro. Por fin un remate, en el 78, cuando Chris Ramos mandó la pelota por encima del larguero con el pie, que no es precisamente fuerte.

Con los locales caídos en la lona, parecía más cerca el 1-3 que el 2-2. En el 82, Ledesma salvó de forma milagrosa cuando Marí tenía el gol hecho casi en la línea de meta. Los últimos minutos derivaron en un concierto de silbidos desde la grada con un Cádiz CF que solo dio pelotazos.

En el alargue, Javi Guerra a la contra puso el 1-3 ante una grada enfurecida contra su equipo, el entrenador y el presidente. Pero hubo más: con el choque sentenciado, Vázquez firmó a placer el 1-4.

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