Cádiz CF

Crónica: El Cádiz CF resiste pese a sufrir un escandaloso arbitraje ante el Celta(1-1)

Álex Fernández intenta arrebatar el balón a Iago Aspas.

Álex Fernández intenta arrebatar el balón a Iago Aspas. / Salvador Sas/Efe

El Cádiz CF se jugaba demasiado en Vigo como para toparse con el rival más inesperado que echó todo por tierra. Iba por delante en el marcador y le plantaba cara al Celta hasta que entre Gil Manzano y Del Cerro Grande en el VAR (no podía ser otro) golpearon al conjunto amarillo con la injusta expulsión que Víctor Chust que lo cambió todo. Demasiado rigurosa la medida que puso contras las cuerdas a un equipo perjudicado que tiró de casta para mantenerse a flote.

A esta hora y en las próximas, el aficionado cadista quizás se pregunte sin la competición está adulterada, si hubo fraude en los Balaídos que impidió que el Cádiz CF pudiese luchar por la victoria. Porque en igualdad de condiciones estaba ganando y cuando le quitaron un hombre se quedó sin opciones.

Hay quien pueda pensar mal. Y es que no es normal que con todo lo que había en juego un equipo tenga que emplearse más de una hora con un futbolista menos por una expulsión que no era nada, nada clara. No lo era. Pese al escándalo, el Cádiz CF resistió con un David Gil imperial y sacó un valioso punto que le permite mantenerse fuera de la zona de descenso.

La presión alta con la que arrancaron los visitantes fue toda una demostración de valentía en un duelo intenso desde el pitido inicial. Se notaba lo que había en juego en cada acción y el desgaste fue mayúsculo. Sergio González apostó de salida por un 4-4-2 con las novedades de Víctor Chust, Rubén Sobrino y Chris Ramos.

Los amarillos no se limitaron a pelear. Quisieron tener una pelota que amasaron con sentido común ante un adversario que sin embargo fue el primero en disfrutar de una clara oportunidad cuando Larsen, en boca de gol, remató por encima del larguero en el minuto 9.

De nuevo avisó Larsen en el 15 con un derechazo que no vio puerta y cuando los locales empezaban a soltarse el Cádiz CF dio un golpe certero en su primera llegada peligrosa al área contraria. Fue en el 16 cuando Iván Alejo colgó el balón al área y allí apareció Chris Ramos entre los centrales con un salto majestuoso para conectar un cabezazo de manual y colarlo en la portería pegado a un poste. Un golazo de la manera que mejor sabe el artillero, que anotó su cuarta diana de la temporada para poner el 0-1.

Como días atrás en Mallorca, el cuadro gaditano cobró ventaja en el tramo naciente. La incógnita era si iba a ser capaz de sostenerla. Tras el gol, los de casa dieron un paso adelante, los amarillos se metieron atrás y se agarraron al sistema defensivo, incluido David Gil. En el 20, arquero evitó el empate con un paradón tras un zapatazo de Mingueza desde la ventana del área. En el 26, se lanzó al suelo para abortar el intento de Larsen, quien poco después cabeceó fuera.

El Cádiz CF estaba aguantando el tipo hasta que el árbitro Gil Manzano perjudicó gravemente al conjunto amarillo cuando expulsó a Víctor Chust en el minuto 35 con roja directa por una falta sobre Iago Aspas en la frontal. Una decisión difícil de entender. Se excedió en el castigo en el colegiado porque Chust no era el último defensor defensor, también estaba Fali en condiciones de disputar el esférico.

Para colmo, Roger Martí había sufrido una falta justo antes de la jugada que marcó el devenir del encuentro. Y lo peor, en el VAR estaba Carlos del Cerro Grande. Poco se podía esperar de de un trencilla conocido por machacar al Cádiz CF en anteriores actuaciones. En Balaídos amplió su oscuro historial contra los amarillos.

El partido quedó absolutamente condicionado por la escandalosa decisión de Gil Manzano y Del Cerro Grande que con su error cercenó a un equipo que tuvo que jugarse las habichuelas en inferioridad numérica. Momo Mbaye ocupó plaza en el eje de la zaga y el dibujó pasó a un 4-4-1 con la marcha de Roger Martí.

Le tocó sufrir a un Cádiz CF completamente encerrado que se encomendó al acierto de David Gil. En el 40, el cancerbero respondió con un gran intervención a un tiro de Iago Aspas.

El descanso irrumpió tras siete minutos de alargue con 0-1 para los amarillos pero con un futbolista menos y triturados por un árbitro que además de la roja había amonestado a otros tres jugadores.

La segunda mitad se presentaba harto complicada con un guion previsible. El Celta, a tumba abierta a por le remontada. El Cádiz CF se protegió todo lo que pudo, construyó una muralla con futbolistas muy juntos, trató de jugar con la ansiedad del rival, dejó pasar el tiempo, ralentizó la puesta del balón en movimiento... Recurrió a todos los argumentos posible para intentar conservar la renta.

El duelo se desarrolló en la parcela cadista en un acto de resistencia, aunque el Celta no tardó mucho en lograr el empate. El 1-1 lo hizo Larsen en el 56 al rematar solo en el segundo palo un centro de Manu Sánchez.

Con uno menos, las prestaciones de los visitantes bajaron de manera considerable y el asedio de los anfitriones fue agobiante. Se le empezó a hacer largo a un Cádiz CF encogido, desaparecido arriba (le costó montar un contragolpe) y abonado a la destrucción como única opción para poder puntuar. Rubén Alcaraz lo intentó sin éxito con un disparo lejano en el 67.

El sufrimiento fue extremo, el cansancio evidente en una pelea sin cuartel y los cambios tardaron en llegar. Mientras, David Gil rechazó con la cabeza un cañonazo cercano de Larsen (en el 72).

Por fin movió el banquillo Sergio González con Zaldua, Lucas Pires y Maxi Gómez con un cuarto de hora por delante. Dos laterales en cada banda con la idea de fortalecer la defensa en los costados.

El sufrimiento fue constante. No hubo otra cosa que un ataque tras otro de los locales frente a la meritoria entereza de los andaluces liderados por David Gil. En el 92, sacó una mano salvadora tras un testarazo de Bamba. Moussa Diakité debutó en el alargue para contribuir al empate.

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