Una microempresa del sector del comercio constituida como sociedad limitada que cuenta con un máximo de dos asalariados, entre cinco y ocho años de antigüedad y un volumen de negocio inferior a 250.000 euros. Éste es el perfil de la empresa gaditana que se declaró en concurso de acreedores en 2018, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Los datos divulgados este jueves ofrecen al menos un aspecto positivo. La recuperación de la economía está dando un respiro a las empresas gaditanas y a los juzgados mercantiles, saturados por la avalancha de concursos de acreedores registrada en la última década. Cádiz encadena ya seis años consecutivos de reducción de empresas que se acogen a la antigua suspensión de pagos.
El número de sociedades que se declararon en quiebra en 2018 disminuyó un 31% en comparación con el anterior ejercicio. Tan sólo 35 compañías se acogieron al procedimiento concursal, lo que supone la cifra más reducida desde el año 2007, justo antes del estallido de la gran recesión. La mayoría de los concursos declarados en Cádiz en 2018 fueron de carácter voluntario y por el procedimiento abreviado.
La tendencia a la baja es similar a la observada a nivel regional y nacional, donde el número de procedimientos comenzó a declinar hace un lustro. La prevalencia de la microempresa en las quiebras es un reflejo de la atomización que caracteriza tanto al tejido empresarial andaluz como al gaditano.
Efectos de la crisis económica
Al ampliar el foco temporal se observan los estragos que ha dejado la crisis en la economía provincial. Desde 2008, un total de 874 sociedades mercantiles gaditanas se han declarado en quiebra. El peor año fue 2013, con 129 quiebras. En ese año, cada tres días una empresa se declaró en concurso, una medida que en mucho de los casos derivó en su liquidación como consecuencia de la dificultad para refinanciar la deuda en un contexto de restricción crediticia y destrucción de empleo.
El periodo del año preferido para declararse en concurso es el último trimestre. Así ha ocurrido en la última década salvo 2013 y 2014, posiblemente porque conforme se acerca el cierre del ejercicio las empresas son más conscientes de las dificultades para seguir adelante.
Con el paso del tiempo ha variado sustancialmente la actividad económica mayoritaria entre las empresas gaditanas quebradas. Hasta 2014, predominaron las sociedades dedicadas al sector de la construcción como consecuencia del estallido de la burbuja que afectó a este sector. Entre 2010 y 2014, se acogieron a la ley concursal un total de 120 sociedades relacionadas con el ladrillo. En los cuatro ejercicios siguientes, entre 2015 y 2018, fueron sólo 39.
Conforme la crisis se agudizó con la restricción del crédito y el incremento exponencial del desempleo, las empresas más relacionadas con el consumo empezaron a sufrir más, especialmente las dedicadas a las actividades del comercio. Así, 72 empresas gaditanas de este sector se han declarado en quiebra entre 2014 y 2018, una de cada cinco de las sociedades concursadas en este periodo.
Edad media de las empresas en concurso
Un aspecto que no ha cambiado con los años es la edad media de las empresas que solicitan la restructuración de su deuda. La crisis se ha cebado con las sociedades de entre cinco y ocho años de recorrido. Desde 2010, un total de 111 empresas encuadradas en ese perfil entraron en quiebra.
Pero en este caso, la veteranía no es un grado. La segunda categoría más numerosa entre las sociedades quebradas es la de las que cuentan con más de veinte años de trayectoria. Un centenar de sociedades gaditanas con al menos dos décadas de vida se vieron abocadas al concurso de acreedores entre 2010 y 2018.
El estallido de la crisis también provocó un incremento de las familias que se declaran en concurso de acreedores,para volver a decaer con la recuperación. En 2018 sólo cuatro familias gaditanas se acogieron a este procedimiento para restructurar su deuda, la misma cifra que en 2017, y la más baja de la serie histórica que arranca en 2007.
Esta figura jurídica no ha terminado de calar entre los consumidores pese a las sucesivas reformas de la ley concursal, especialmente la de 2015, que introdujo la segunda oportunidad y la paralización del embargo inmediato de los bienes del acreedor. Desde 2007, un total de 166 familias gaditanas se han declarado en concurso, siendo 2008, el primer año de crisis, el más numeroso, con 35 quiebras de personas físicas.
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