La Sección Femenina: entre bailes y trajes típicos
Historia
El Archivo Provincial de Cádiz dedica su documento destacado a los fondos de la Sección Femenina donde se recogen las danzas y trajes más tradicionales de regiones y pueblos
Un índice para la Historia de Cádiz
Cádiz/‘Trajes típicos de la provincia de Cádiz: la indumentaria en los fondos de la Sección Femenina’ es el título del documento destacado que el Archivo Histórico Provincial de Cádiz ha preparado para los meses de marzo y abril. Entre la documentación que guarda el archivo gaditano se encuentra abundante información sobre los bailes y trajes típicos de la provincia de Cádiz, fichas de los fondos de la Sección Femenina, creada en el seno de la Falange en 1934, en torno al folklore español y su difusión y pervivencia, una manera de rescatar lo típico de cada región a partir de las danzas y músicas regionales e incluso locales. Además de consultarse a través de internet, el Archivo expone en su patio central los documentos, fichas, fotografías y dibujos relacionados con este documento de indudable valor histórico.
Firmado por el técnico del Archivo Provincial José Ramón Barroso, en el documento destacado se explica que en los fondos de la Delegación Provincial de la Sección Femenina que se custodian hay “informes sobre los trajes típicos de cada población con los correspondientes bocetos y fichas en los que se detalla la indumentaria típica. Estos informes se elaboraban para confeccionar la indumentaria con la que ejecutar la música y danzas típicas de cada localidad, para ello contaban con la colaboración y el asesoramiento de una nómina de investigadores y expertos en folklore. Constituyen una fuente de información de primer orden para el estudio de la etnografía y de la historia del vestido tradicional de la provincia”.
En 1938 se creó, dentro de la Sección femenina, la Regiduría de Cultura y en 1939 se decidió organizar grupos de Coros y Danzas al tiempo que se organizó un Curso Nacional de Pedagogía de la Música en Barcelona. Ese mismo año se abrieron 1.017 escuelas para adultas, más tarde Escuelas de Hogar, en las que estaba presente la enseñanza de canciones regionales.
“Aparte de la formación de coros –señala el documento–, el Departamento de Música tenía el cometido de la investigación folklórica. Para ello las instructoras musicales graduadas en los cursos tenían encomendada la tarea de recorrer su provincia recopilando todo tipo de información con el objeto de establecer un repertorio típico de cada lugar”.
“En una primera fase las delegadas locales debían recoger información de las manifestaciones folklóricas de cada pueblo y trasladarlas a las regidoras provinciales. Luego se trasladaba un equipo de dos o tres personas a la localidad para recoger todo tipo de datos de la danza, villancico o canción. Una de estas personas era una profesora de música que debía hacer la partitura. Finalmente, el equipo cumplimentaba unas fichas que respondían a un modelo normalizado a nivel nacional”, se señala en el texto del Archivo.
Como se especifica en el documento, en los pueblos se recogían los testimonios orales de los más ancianos, que los años fueron grabados a través de los entonces modernos magnetofones.
Una vez hecho este trabajo de campo, localidad por localidad, la documentación era enviada a la Regiduría Central de Madrid, donde se contaba con el asesoramiento del maestro Rafael Benedito o de García Matos. También en algunas provincias se cuenta en determinado momento con el asesoramiento de personas de contrastada formación musical o expertos en folklore. En la provincia de Cádiz, por ejemplo, aparecen los nombres de José María Pemán, Fernando Quiñones o Antonio y Carlos Murciano, entre otros.
Para fijar el traje típico de cada región y de cada pueblo, se elaboraba un informe con una ficha modelo que se podía acompañar de bocetos y fotografías. Los datos del informe podían venir de una simple observación o de fuentes históricas como archivos, bibliotecas o museos. Los datos obtenidos como trabajo de campo se complementaban con los aportados por los expertos.
“Los informes sobre trajes típicos conservados en nuestro archivo –señala el documento– no responden a la misma tipología aunque hay cierta normalización en la recogida de datos sobre todo en la ficha modelo de recogida de datos, pero además pueden incluir un informe adicional borradores, uno o varios bocetos y también fotografías”.
En esa ficha se añadía una tabla detallando las prendas que componían el traje una a una, indicando “clase de prenda, clase de tela, colores y observaciones. En el periodo de recogida de los datos que nos han llegado, desde los años 40 hasta finales de los 70, se fueron encuadernando fichas formando volúmenes con la intención, posiblemente, de editarlos algún día. Acompañando a los informes podemos encontrar también bocetos de los trajes elaborados para la ocasión, y a veces también fotografías”.
En el Archivo Histórico Provincial se conservan estas fichas formando parte de los informes de danzas y, además, más de una veintena de informes sobre trajes típicos: “No todos los informes de danzas incluyen su informe de traje, y algunos de estos no tienen el de danza correspondiente”.
En el listado de danzas y/o trajes por localidad que se aporta en el documento del Archivo destacan: alegrías de Cádiz, piconera y tanguillo (Cádiz); caracoles, bulerías gitanas, fandango, traje de amazona y de flamenca, olé de la Curra y tanguillo de Jerez (Jerez); gazpacho, rumba de las viñas y el cencerro (Alcalá de los Gazules); bata percal (Algeciras); el tanguillo de la Isla (San Fernando); la jincaleta (Jimena), y el traje de cobijada (Vejer y Tarifa).
También te puede interesar
Lo último