Acuarelas que nacen de la pasión por Cádiz

El Castillo de Santa Catalina acoge ‘Las plazas de Cádiz’, exposición con parte del legado de Juan Manuel Fernández-Pujol

La muestra podrá verse hasta el próximo 4 de agosto

La donación de obras de Fernández-Pujol a su ciudad

Un hombre observa la colección de acuarelas que Juan Manuel Fernández-Pujol dedica a la plaza de SanAntonio.
Un hombre observa la colección de acuarelas que Juan Manuel Fernández-Pujol dedica a la plaza de SanAntonio. / Jesús Marín

Para pintar una ciudad se supone que el artista ha de sentir antes una cierta fascinación por el paisaje urbano que pretende plasmar en el lienzo. Cádiz, a lo largo de sus muchos siglos, ha ejercido con fuerza esa influencia capaz de despertar el genio creativo de muchos pintores que, en ocasiones, no han sido más que simples visitantes de una ciudad que les ha dejado huella. Pero están también los pintores de la tierra, los artistas a los que la influencia y el hechizo les viene de cuna y forman parte de su propia memoria vital. En este caso, la pasión es la que maneja directamente lápices y pinceles para llevar al papel en blanco mucho más que una imagen: toda una vida de recuerdos. Es el caso de Juan Manuel Fernández-Pujol Cabrera, el artista fallecido en diciembre de 2023 y a quien se dedica en el castillo de Santa Catalina la exposición ‘Las plazas de Cádiz’, una selección de las acuarelas que forman parte de la generosa donación realizada por el artista en febrero del pasado año a su ciudad.

Esta muestra, que podrá visitarse en la sala baja San Nicolás de la fortaleza caletera hasta el 4 de agosto, está integrada por una parte de las 80 obras que Juan Manuel Fernández-Pujol donó a Cádiz y que se custodian en el Archivo Municipal. Una donación en vida del artista que fue recibida por el entonces alcalde, José María González, con “eterno agradecimiento”. Aquella donación, además, se produjo después de que el exterior del Mercado central de la capital sirviera de excepcional marco expositivo para trece de estas acuarelas cobre las plazas de Cádiz que, en aquel caso, se presentaban a gran tamaño.

Ahora, en Santa Catalina, las acuarelas se presentan en su tamaño original en una exposición que permite conocer también el proceso de trabajo del artista, más que meticuloso, a través de los apuntes a lápiz y bocetos de las fachadas de las distintas plazas del casco histórico de Cádiz. Estudios de perspectiva y de detalles de esas fachadas entre los que destacan los bocetos dedicados a los remates y adornos de azoteas y balcones.

San Agustín, San Francisco, Candelaria, San Antonio, Argüelles, plaza de España y plaza de la Catedral son los lugares de Cádiz elegidos para conformar esta exposición. Cada grupo de acuarelas se acompaña se un pequeño plano de situación de la plaza y, en algún caso, de un breve texto explicativo.

La exposición muestra varias acuarelas de cada plaza, que el artista plasma en el lienzo a través de sus fachadas. Son edificios repletos de detalles, con el color justo y con una precisión que invita a recrearse en cada imagen para descubrir vistas que, en ocasiones, puede escaparse a los ojos del paseante. Todas las imágenes son espléndidas, pero quizás destacan la imponente estampa de las cinco torres en la plaza de España o las dos perspectivas desde las que el artista muestra la Casa de las Cuatro Torres de la cercana Argüelles.

Detrás de cada acuarela se intuye un trabajo largo y paciente, la mejor fórmula sin duda para lograr la precisión de un caserío cuyos dibujos sirven para realzar su historia y señorío. Ese trabajo previo se revela en los bocetos y estudios que forman parte de las vitrinas que completan esta exposición, en las que también se muestran libros encuadernados con las series de acuarelas. Todo forma parte de la generosa y valiosa donación que el artista quiso realizar en vida a su ciudad.

El panel en el que se muestran todas las acuarelas de la exposición.
El panel en el que se muestran todas las acuarelas de la exposición. / Jesús Marín

“Las acuarelas de Juan Manuel Fernández-Pujol -escribe el crítico de arte Bernardo Palomo para esta exposición- no esconden nada, argumentan la autenticidad de un paisaje captado con la seguridad del que posee una mirada privilegiada, un conocimiento de su identidad y una rigurosa resolución pictórica”.

La muestra se completa con un gran panel en el que se presentan todas las imágenes reunidas en una sola vez y, también, con un retrato de Juan Manuel Fernández-Pujol Cabrera: una acuarela que su sobrino Pablo Fernández-Pujol Algarín le dedicó en el año 2016 con motivo de su 80 cumpleaños.

Y también se ofrece una frase del propio artista que sirve de aperitivo al hermoso recorrido pictórico y que supone toda una declaración de intenciones del pintor ante el lienzo en blanco y ante los edificios de las plazas de su ciudad a la que mira con pasión: “El acuarelista toma su block y su caja de acuarelas y mira... Y embelesado pinta... La luz la pone Cádiz y el color, los gaditanos”.

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