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Manuel de Falla y su música, tan arraigada a su ciudad natal y tan universal al mismo tiempo, se han convertido en el mejor puente de unión cultural entre Cádiz y Japón. Ese enlace es posible gracias a los lazos previos de la pianista japonesa Azumi Nishizawa, que ayer se convirtió en académica correspondiente de la Real Academia Provincial de Bellas Artes de Cádiz en un acto celebrado en el salón de plenos del Ayuntamiento y en el que la intérprete, especialista en la música de piano del genio gaditano, repasó las conexiones históricas entre la música japonesa y española, desgranó las causas de su fascinación por Falla y alumbró las ideas por las que quiere acercar culturalmente Tokio y Cádiz a través de su recién creada Asociación Cultural de Amigos de Manuel de Falla en Japón.
“Espero ser capaz de honrar la larga historia de esta casa con mi devoción por la música y muy especialmente por la de uno de los mayores gaditanos de todos los tiempos: don Manuel de Falla y Matheu”, dijo Azumi Nishizawa en el comienzo de su discurso de ingreso, que tituló ‘Manuel de Falla y su jardín secreto’, en referencia a la novela de Frances Burnett y como metáfora a lo que supuso hace ya muchos años su encuentro personal con la música del compositor gaditano: “Así fue para mí la música de Manuel de Falla: un jardín secreto que me invitaba a perderme por sus internos laberintos, descubrir sus especies vegetales y oír el canto de sus fuentes. Inesperadamente, en un disco de Debussy, hallé una obra de un compositor del que nunca había oído hablar. Su nombre era Manuel de Falla. Aún recuerdo como si fuera ayer la emoción que me embargó cuando la escuché por vez primera: se trataba nada menos que de ‘Noches en los jardines de España’. Sus acordes fueron como la llave mágica que abría aquel vergel secreto. Al traspasar esa puerta, que abrí despreocupadamente, me aguardaba todo un universo de una belleza impresionante y sobrecogedora”.
“En aquel mismo instante - continuó Nishizawa- nació en mí el deseo ferviente de adentrarme lo más posible en el misterio de su recóndita belleza y aprender más sobre el compositor y su lugar de origen. Sin embargo, esto resultaba casi imposible en el conservador mundo de la educación musical japonesa que me tocó vivir durante mi infancia y juventud. En aquellos tiempos, se nos animaba exclusivamente a tocar bien a Bach, Beethoven, Chopin o Listz, siguiendo las pautas de nuestra identidad contemporánea”.
La persistencia de la pianista japonesa en conocer la obra de Falla se combinó también con su profundo deseo de conocer España. Así, tras sus estudios en conservatorios de París y Ginebra, la pianista llegó a España, a Ronda primero, de la mano del maestro Joaquín Soriano y, después, se estableció en Madrid durante más de una década.
“Nada más empezar mis estudios en Madrid, conocí la existencia de las Ediciones Manuel de Falla. Me puse en contacto con sus responsables, a su vez familiares y herederos del compositor. Cuando les conté que quería estudiar las obras para piano de Falla, me facilitaron toda la información y ayuda que una podía esperar, descubriéndome la Fundación Archivo Manuel de Falla de Granada. Gracias a la ayuda y a la disposición de todo el personal de la Fundación y de su presidenta, Elena García de Paredes de Falla, sobrina-nieta del compositor gaditano, se produjeron milagros maravillosos, que fomentaron la inspiración y el estímulo musical que una joven pianista japonesa como yo podía recibir. Allí aprendí no sólo aspectos fundamentales de la música de Falla, sino también algo de la peculiar forma de vida española y andaluza”.
En su discurso, Nishizawa trazó también una breve historia de la música de su país natal, cuyas primeras raíces en la antigüedad se hunden en la China continental y que se enriqueció posteriormente, allá por el siglo XVI con la música occidental que llevaron los primeros misioneros jesuitas con instrumentos como la vihuela. Un repaso a la historia de la música nipona con nombres propios ya relacionados con Falla, como el curioso caso del compositor Akira Ifukube (1914-2006): “Una de las figuras centrales del grupo de músicos de vanguardia fue el compositor Akira Ifukube, muy popular en Japón y autor del tema principal de la película ‘Godzilla’. Desde muy joven sintió fascinación por Manuel de Falla, hasta el punto de enviar por correo postal sus propias composiciones al maestro gaditano. Desgraciadamente, parece que la carta nunca llegó a su destinatario, ya que Falla pasó el verano de 1939 entre Granada y la localidad de La Zubia, justo antes de salir para Buenos Aires e iniciar su definitivo y voluntario exilio argentino”.
Azumi Nishizawa concluyó su texto explicando algunos de sus objetivos en torno a la figura de Falla para convertirla en un nexo de unión entre España y Japón, entre Cádiz y Tokio: “Creé personalmente la Asociación Cultural de Amigos de Manuel de Falla en Japón con el fin de tender un puente entre España y mi país, y especialmente entre Japón y Cádiz, ciudad natal del compositor. El próximo año, con el apoyo de la Embajada de España en Japón, organizaremos conciertos y otros eventos previstos, como una serie de visionados en vídeo de las producciones escénicas representativas de Falla, un taller de música de verano para niños y adultos y la planificación de un posible viaje a Cádiz para nuestros socios en el futuro. En definitiva, como pueden deducir a través de mis entusiastas palabras, mi sueño es conectar Japón, en el extremo oriental del mundo, con Cádiz, en el extremo occidental de Europa, a través de una gran pasión, a través de la música”.
“En Japón usamos la bella palabra ‘furusato’ para definir ese lugar al que siempre deseamos regresar porque lo consideramos nuestro verdadero hogar, no sólo se trata del paisaje donde hemos nacido, también ‘furusato’ puede encerrar aquellas geografías del alma donde uno ha sido feliz. Desde hoy Cádiz ya se encuentra entre mis queridos ‘furusatos’, acabó su discurso Azumi Nishizawa, que al finalizar el acto interpretó al piano ‘Danza ritual del fuego’, de Falla; ‘Clair de Lune’, de Debussy, y ‘Merry Christmas, Mr. Lawrence’, de Sakamoto.
El académico José Ramón Ripoll, miembro de la junta de gobierno de Bellas Artes, fue el encargado de pronunciar la ‘laudatio’ de Azumi Nishizawa. El poeta y musicólogo, que ofreció un completo perfil biográfico y profesional de la pianista, destacó las virtudes de la intérprete en su bienvenida: “Para la Real Academia Provincial de Bellas Artes es un honor poder contar en nuestra Corporación con una mujer tan talentosa, desde el punto de vista vital y artístico, como Azumi Nishizawa, y no nos referimos solo a sus condiciones pianísticas, sino a su gran empeño en difundir la música española por todo el mudo y, de manera especial, la obra de Manuel de Falla. Como intérprete de su obra ha demostrado que es capaz de abarcarla por medio del pertinaz estudio y la aventura, pues el arte sin riesgo no existe nunca, y desde esa posición entiende y ama la obra y figura de nuestro compositor”.
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