La nieve que llegó a Cádiz para Fernando VII
Historia
El Archivo Histórico Provincial revela la correspondencia entre franceses y españoles durante el asedio de Cádiz en 1823 y cómo el monarca pidió que le trajeran un cargamento
Las cartas pertenecían a la colección del general Pettenghi, que llegó al Archivo en 2005
La empresa Gómez, desde Cádiz al mundo
Cádiz/El Archivo Histórico Provincial de Cádiz dedica su documento destacado de septiembre y octubre a un relevante hecho histórico sucedido hace 200 años. El asedio de las tropas francesas a Cádiz en 1823 en los momentos finales del Trienio Liberal, cuando precisamente el monarca Fernando VII se encontraba residiendo en Cádiz. El Archivo revela la correspondencia entre los mandos de las tropas francesas y españolas, fundamentalmente entre el conde Angulema y Cayetano Valdés. Unos documentos que pertenecían a la colección del coronel Pettenghi y que llegaron al Archivo en 2005. Y entre la correspondencia, perlas como la llegada de un cargamento de nieve que el rey Fernando VII había pedido que se le hiciera llegar hasta Cádiz.
Firmado por el técnico del Archivo José Ramón Barroso, el documento lleva por título ‘La rendición y el fin del Trienio Liberal: correspondencia entre el Duque de Angulema y Cayetano Valdés (1823)’. Después de que Europa diera la espalda al liberalismo español, los llamados Cien Mil Hijos de San Luis invadieron el país desde Francia con el objetivo inaplazable de acabar con el régimen surgido tras el pronunciamiento de Riego. La campaña francesa fue rápida y efectiva. El gobierno, el Rey y las Cortes se refugiaron primero en Sevilla, tras caer Madrid, y al poco se desplazaron hasta Cádiz. La ciudad vivió un nuevo asedio que, esta vez, tuvo victoria francesa tras la histórica Batalla del Trocadero. El duque de Angulema estableció su cuartel general en El Puerto de Santa María. El 31 de agosto cayó Trocadero y el 30 de septiembre, Sancti Petri. Es entonces cuando el gobierno liberal se rinde y, el 1 de octubre, Fernando VII abandona Cádiz y desembarca en El Puerto, donde se reúne con Angulema.
Recuerda el documento destacado que la llamada Colección Pettenghi ingresó en el Archivo en 2005: “No se trata de un archivo personal como podría pensarse, sino que se trata de una colección documental formada por papeles o fragmentos de archivos que en su día debieron tener su propia organización, pero que fueron extraídos por su interés histórico o curiosidad desvinculándolos del principio de procedencia”.
“A lo largo de su vida civil y militar, el coronel Pettenghi fue recopilando documentos entre los que cabe destacar los del Gobierno Militar de Cádiz. Esta documentación es fundamentalmente correspondencia de la época de la Guerra de la lndependencia, o de la época de la estancia en Cádiz de un grupo destacado del ejército francés, tras la ocupación de España por los Cien Mil hijos de San Luis”.
Entre esa correspondencia están las cartas que se cruzaron el duque de Angulema, el general Bordesoulle, jefe de las tropas francesas, y Cayetano Valdés, el militar liberal que como gobernador defendió la plaza de Cádiz en este segundo asedio y que con el absolutismo tuvo que huir a Gibraltar, tras ser condenado a la horca por Fernando VII, para luego exiliarse en Inglaterra.
Cartas cruzadas con la exigencia francesa de la rendición de Cádiz y con escritos de Cayetano Valdés a la población gaditana en el intento de mantener su firmeza pese a los continuos bombardeos.
Y también las misivas entre Valdés y Bordesoulle tras la petición del Rey de recibir un cargamento de nieve: “También se conserva una interesante correspondencia relativa al suministro de nieve a Fernando VII por parte del duque de Angulema desde El Puerto de Santa María con la obligada intermediación del gobernador de la plaza, Cayetano Valdés, que puede arrojar información sobre la ‘estancia’ del monarca en Cádiz y sobre las relaciones del mismo con el alto mando del ejercito invasor”.
“El duque de Angulema envía por medio de Bordesoulle nieve para Fernando VII y la ofrece también para el gobernador Cayetano Valdés. El oficial francés que la trae viene acompañado por un oficial español desertor llamado Córdoba. Valdés le contesta que la nieve para Fernando VII es bien recibida, y que la suya la entregará a un despacho público, pero que si en otra ocasión viene un oficial desertor lo prenderá y castigará”.
¿Y para qué quería Fernando VII nieve? Desde el Archivo se explica que nada dicen las cartas al respecto, pero que una suposición fiable es que la necesitaba para enfriar bebidas con las que mitigar el calor del verano gaditano.
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