“El Carnaval vive un gran momento, pero el Concurso no avanza, va a peor cada año”

Ángel Subiela | Director de comparsas

“El Carnaval es mi pasión, pero no voy a estar si no soy capaz de traer algo de calidad”

“Ningún autor puede decir que yo le he impuesto un estilo”

Ángel Subiela posa ante el Campo del Sur, con el faro de La Caleta a sus espaldas. / Lourdes De Vicente

Cádiz/Ha dirigido comparsas de algunos de los mejores autores de la historia del Carnaval. Con todos ha saboreado las mieles del éxito y aportado su estilo propio, ese soniquete que su voz y la de su lugarteniente, Carli Brihuega, confieren a las agrupaciones que capitanea. Tras el segundo premio de ‘Los prisioneros’ hoy llega con ganas de aportar su luz a un Concurso cada vez más tenebroso.

–¿A mí no intentará meterme también la bacalada esa de que este es el último año que sale no?

–Bueno, ya lo dijo alguien en un libro, que yo me retiraba todos los años, jaja. Y no le falta razón, la verdad. Siempre digo que me voy a retirar en los días antes del Concurso, y los últimos años más, porque no me gusta últimamente como está montado. Esto me desanima un poquito. Pero luego se me pasa. Y nada más terminar el Concurso, que a todos nos deja tan hartos, otra vez se me viene a la mente dejarlo. Evidentemente, a mis 55 años tampoco me queda mucho, ni voy a estar en el Carnaval por estar si no soy capaz de llevar algo con calidad.

–Pero eso no ha pasado nunca hasta ahora.

–Ya, pero te puede pasar un año. El Carnaval lo bueno que tiene es que cada año se empieza de cero. A veces cuando más convencido vas de que llevas algo que va a ser un bombazo te pegan un babuchazo, y ya no estoy yo para esas cosas. Así que cuando eso pase pues me quedaré en mi casa y ya está. Eso no quiere decir que me desligue del Carnaval. Ya he dicho que el año que no concurse intentaré ayudar a todo el que me lo solicite, intentaré aportarle, sea quien sea, yo no voy a dedicarme a rajar de los compañeros ni a criticar.

–¿Y cómo lleva esa dedicación al Carnaval su familia?

–Bueno, en eso sí que he cambiado en los últimos cuatro años. Porque mi familia está por encima de todo, incluso del Carnaval, y eso antes no me ocurría. Antes era al revés, y no era justo ni conmigo ni con mi familia.

–Además venir a ensayar a Cádiz desde Barbate tiene que ser agotador, sobre todo el regreso.

–No es sólo los ensayos, es que luego me meto en carretera para ir a cantar, porque el resto de grupos va en su autobús, pueden dar una cabezadita a la vuelta, pero yo no. Llevo muy mal llegar a las seis de la mañana a Cádiz y tener que tirar para Barbate. Mi mujer no duerme en toda la noche pensando cómo estoy, si me habrá pasado algo. Pero bueno, tampoco es menos verdad que el Carnaval es una ayuda para mi casa, porque yo soy un parado de Delphi, y lo necesito. No me da de comer pero me ayuda.

–¿Y los tres componentes de Córdoba que tiene su comparsa cómo se las apañan?

–Uff... es que lo que nosotros hacemos es una locura. Taleguilla tiene dos niñas pequeñas, Manolito, una; Jose tiene su pareja. Taleguilla lo pasa muy mal, siempre tiene a sus niñas en su boca, presente, las echa mucho de menos, es muy padrero, y me da mucha pena cuando hablo con él y lo veo tristón. Sale porque está parado y lo necesita para llevar un dinero extra a su casa. Pero aparte es que se pegan 600 kilómetros para venir a ensayar dos o tres horas.

–Qué barbaridad.

–Sí, pero es que en septiembre, octubre y hasta mediados de noviembre vienen dos días a la semana, porque otros dos días ensayamos nosotros sin ellos y vamos metiendo letras, pero a partir de ahí viajan lunes, miércoles y viernes, y se buscan la vida para quedarse a dormir la noche del viernes y ensayar el sábado por la mañana. Así que con todos estos condicionantes creo que lo que está haciendo esta comparsa tiene mucho mérito. Si ensayáramos todos los días no sé hasta dónde podríamos llegar. Pero no valen excusas, somos un equipo.

"Yo vengo a ensayar desde Barbate, y tres componentes desde Córdoba. Lo de esta comparsa tiene mérito”

–Eso es importante.

–Siempre digo que este grupo me recuerda al de ‘Los piratas’, porque ahí aportábamos todos, le poníamos muchas cosas en bandeja al autor, y éramos un equipo. Y eso lo he conseguido otra vez aquí, por eso hemos llegado tan pronto arriba, porque todos piensan, todos reman en la misma dirección.

–¿Y no notan más presión este año después de ‘Los prisioneros’?

–Indudablemente. De los cuatro años que llevamos juntos este es el que peor lo hemos pasado en los ensayos, porque cuando empezamos con ‘Los doce’ el único objetivo era gustar, ensayábamos dos días a la semana, pero queríamos salir y pasarlo bien. No pensamos que ‘Los equilibristas’ fuera a pegar tan fuerte, y eso que teníamos unos buenos cimientos. Creo que ese ha sido de los años que más he disfrutado. Luego con ‘Los prisioneros’ estuvimos peleando por los premios; pero ya este año la presión empezamos a tomárnosla como algo obligatorio, y dije por aquí no sigo, porque me voy para Barbate y me quedo en mi casa. No quiero volver a tener que sacar una comparsa para ganar por fuerza, porque yo lo que quiero es hacer una comparsa que me guste, no pensando en el Concurso. Yo quiero venir a ensayar, disfrutar, reírme mucho, porque la mayoría de este grupo tiene mucha gracia, me lo paso pipa con ellos, y después que nos guste lo que hacen los autores. Hace un mes y medio le dije al grupo que o volvíamos a pasarlo bien o estábamos de más. Y así lo han entendido ellos. Ahora volvemos a disfrutar de un momento maravilloso.

–Pero ese crecimiento tan grande que han tenido en estos cuatro años se consigue con mucho trabajo, aparte de muchas risas.

–Sí, pero es el equipo. Nosotros vivimos eso hace años y ahora hay niños que son unos cerebritos para todo. Javi, el niño de Carli, tiene siete años de piano, a ver cómo le discuto yo a este tío una nota. Jona escribe Carnaval, Juanito Blanco, Silva, Carlos Mera compone, y así te puedo seguir diciendo. Son unos tíos con mucho talento. Además tengo ahí un equipo de cabezas pensantes, que es Joselito Aranda, Manolito y Sergio, que son gente que no paran de pensar, junto con nuestro postulante, que es un tío que tiene una gran iniciativa. Esto de hacer todo por decreto a mí no me gusta.

–Es complicado que un director marque un estilo de comparsas. ¿Cómo se consigue?

–No lo sé. Creo que ningún autor puede decir que yo le haya impuesto un estilo ni nada de eso, he respetado sus sones, sus compases y sus formas. De hecho creo que todo lo lleva el timbre de voz de Carli, principalmente, y el mío, sin tener una voz bonita, eso es lo que te recuerda a otras cosas.

–Hay quien dice que el sello de las comparsas de Martínez Ares era la voz de Ángel Subiela.

–Sí, es curioso. Y sin embargo dice la gente que canto muy malamente, jajaja.

–También hay quien disiente cuando se dice que es uno de los mejores directores de la historia porque nunca ha afinado una agrupación.

–Es verdad, nunca he afinado, pero no me hace falta afinar para saber lo que está bien hecho y lo que no, lo que puede mejorarse, lo que quiere el público. Siempre he tenido alguien de mi confianza que ha afinado, ahora Pacoli, antes Miguel Ángel García Cossío, o Dani Obregón, que montaba a las mil maravillas y que cuando terminaba me preguntaba con la cabeza: ¿bien? Y yo le decía, eres un fenómeno.

–Con usted también se da una circunstancia, que mucha gente ha aprendido de usted pero también usted ha bebido de las mejores fuentes.

–Yo he aprendido de escuchar a la gente, de estar en una sentada en un ensayo como tantas que hicimos, cuando percibíamos que el autor se había atascado y necesitaba ayuda sin decírnoslo, y aportábamos ideas. Yo robaba de todas esas fuentes, de todas esas opiniones. Y en el tema de dirigir he intentado sacar lo bueno de todos los directores que he conocido. He tenido la suerte de estar con Jesús Monzón, que son palabras mayores, un año, pero me bastó para saber como se gana el respeto un director, para saber cómo tiene que estar en un escenario; he hablado mucho y me gusta la disciplina de Pepe El Caja; también lo obrero que ha sido en un escenario Pedro el de Los Majaras, que se ha partido la cara en un tablao igual que en el mejor teatro. Ni me considero ni me consideraré el mejor director, lo primero porque no lo soy. Hoy en día además la palabra director no es completa, y yo no lo soy porque no afino los grupos. Eso sí, creo que soy un buen sicólogo, tengo la tarea fea de estar entre el grupo y el autor.

–¿Y quién le ha tirado siempre más: el grupo o el autor?

–Siempre más el grupo, no sé por qué. Estoy en un sitio complicado porque me he encontrado con autores con mucho ego y los he tenido que aguantar, y también con componentes cada uno de su padre y de su madre. Pero he sabido tranquilizarlos en un momento determinado, hablando, cortar a tiempo una discusión. Creo que si tengo alguna virtud es esa: la sicología.

–Después de ‘Los prisioneros’, que fue una comparsa aclamada, ¿esa responsabilidad les puede condicionar el repertorio?

–A nosotros no nos va a condicionar el repertorio, puede condicionar al aficionado.

–Teme la comparación.

–Hombre, esa va a ser el arma arrojadiza que van a tener los fanáticos de otros grupos si ven que estamos al nivel de sus autores, la frase esa tan repetida del año pasado me gustó más. El año pasado me decían eso de ‘Los equilibristas’. Es curioso que sin haber sido el primer premio siento que tengo más presión que todas las demás, y creo que lo tengo más difícil que todas las demás.

–¿Por qué?

–Pues por ejemplo porque Juan Carlos tiene la presión de haber sido primer premio, pero quizá ‘Los mafiosos’ puede que no sea la mejor comparsa suya en los últimos años. Yo vengo de un segundo premio que para mucha gente era un primero, con una final que hacía años que una comparsa no hacía, con un repertorio tan completo, poniendo un teatro bocabajo, que me perdonen los demás pero yo lo que viví con ‘Los prisioneros’ en la final quizá sólo lo recuerdo con ‘Los piratas’, que fue una noche mágica. Hay algunos que el año pasado no acertaron con la comparsa y este año lo tienen más fácil, juegan un poco con ventaja. Pero vamos, que nuestro objetivo es seguir gustando como los años atrás. Porque al fin y al cabo el premio te lo da el tiempo. Yo viendo a mi nieto de dos años llevando el candil de su abuelo ya he ganado.

"Al menos habría que oír la opinión de los pesos pesados del Carnaval actual sobre la organización del COAC”

–Sí, pero eso lo dice ahora. Luego no puede evitar mosquearse cuando no le dan el premio que quiere.

–Hombre claro, jajaja, no lo puedo evitar, yo le pongo pasión a todo, hasta cuando me meto en la cocina de mi casa a hacer la comida. La gente piensa que ese ímpetu que le pongo a todo es porque estoy enfadado, y no es eso, es que me tomo las cosas muy en serio. Yo no me enfado ya por nada, pero reconozco que a veces la pasión me quita el conocimiento, como me decía Pepe Benítez. Además ya estoy en una edad en la que no quiero pelearme con nadie.

–¿Se siente querido?

–Sí, me siento muy querido, y últimamente más. Noto que la gente me ha cogido cariño, aprecio y respeto, porque creo que con el trabajo que estoy haciendo con esta comparsa me he ganado mucho respeto, cuando algunos ya me veían en la cuneta. Sin embargo, a nivel de organización de Concurso y asociaciones miran más a cualquier otro autor para ponerle una insignia antes que a mí, aunque no hayan conseguido ni una cuarta parte de lo que he conseguido yo.

–¿Estamos en otro buen momento del Carnaval después de una pequeña crisis?

–Estamos en un gran momento, lo que hay es que aprovecharlo. Cada vez vamos a sitios mejores, a grandes teatros, a palacios de congresos... es que es lo lógico, con la demanda que hay de Carnaval. Somos tratados como semiprofesionales, porque ya cotizamos, hay que cumplir con Hacienda, que lo veo estupendamente. Si en vez de ganar 180 gano 120 pues genial, pero estoy generando riquezas para todos. Entonces, ahí sí que hemos mejorado mucho. En lo único en que vamos para atrás es en el Concurso, que no avanza.

–Quizá es que las cabezas pensantes que lo organizan no están haciendo bien su labor.

–Es que yo creo que es una locura que tanta gente tenga voz y voto en la organización del Concurso cuando a los autores de peso no se les permite. Al menos habría que escuchar su opinión. En los 80 se sentaron Antonio Martín, Enrique Villegas y Adela y dijeron señores, esto hay que hacerlo así, así y así. Estamos hablando de gente muy grande. Pero ahora viene la segunda lectura. Imagínate que se meten autores con mucho peso actual como Aragón, Ares, Selu, Pardo, Chapa... Los demás dirían: estos van a hacerlo todo para beneficiarse... En fin, hubo un arranque ilusionante al inicio del mandato este, pero al final todos se fueron retirando porque no tienen necesidad de complicarse la vida. Estos autores ya lo han ganado todo, deberían pensar más en qué es lo que viene detrás.

–Pues sí, porque detrás no parece que venga mucho.

–Es que por ejemplo en comparsas el autor que ha conseguido subirse al podio, que ha sido el Chapa, tiene 47 o 48 años, no sé. Pero, ¿qué autor joven viene con esa fuerza? Todavía hay muchos que tienen que demostrar muchas cosas. Cuando empezamos con Ares nos costó diez años ganar, aunque también hablamos de que había por delante autores como Martín, Villegas, Quiñones, Pedro Romero, estaba El Puerto, Barbate, es que había un gran ramillete.

–Pero hoy en día que un grupo joven se consolide así es más complicado, me parece. No hay tanta fidelidad.

–No, no la hay. En cuanto que una comparsa joven suena ya vienen los grandes a llevarse a los tres nombres que suenan, los fichajes, como se dice ahora. Antes había más respeto hacia el autor y hacia el grupo.

–¿Es partidario de una preselección antes de llegar al Falla?

–Creo que fui de los primeros que lo dijo, que esto necesita una preselección como el comer. Ahora dirá alguno que esta es la mejor fase, pues será para usted amigo, que a lo mejor trabaja en una radio o en un periódico y no paga por entrar en el Falla. Pero el público se merece un respeto. Es que es demasiado largo, es que esto es un coñazo. Al Love, que cantó el primer día, le ha dado tiempo a montar otra chirigota. Y otra cosa: ¿qué privilegio para un cabeza de serie es cantar a las doce y media de la noche? El maestro Martín dice que hay que cantarle más a Cádiz, pero digo yo, como sólo le cantes a Cádiz no pasas ni la preselección, porque en el teatro hay más gente de fuera que de aquí. Y no le importa el Kichi, ni La Caleta ni nada de lo nuestro. El Selu cantó un pedazo de cuplé el otro día y no se rió nadie. Eso no es normal.

–Los autores de chirigotas todavía lo tienen más difícil ahora con las redes sociales.

–Si es que las redes están llenas de graciosos que te lo queman todo. Tienen algunos un protagonismo que no veas, te insultan y todo. Eso sí, si vas con su autor eres el mejor.

–Tiene que ser muy complicado convivir con las redes sociales.

–Mucho, y ahora que están de moda los clubes de fans y estas cosas más todavía. Van a todos los sitios, llenan los festivales para aplaudir a su autor únicamente.

–Pero para ser presidente de un club de fans de una comparsa ya con unos añitos encima hay que ser un poquito carajote ¿no?

–Jajaja... Ojú. Bueno, se puede ser hombre, pero también hay que ser buen aficionado, porque a mí me han boicoteado actuaciones, han dicho, oye, al Subiela no aplaudirle, y he tenido que coger el micrófono y decir: señores, aplaudirnos a nosotros también joé, que también somos buenos, sed buenos aficionados. Y ponerme a 80 personas en contra. Sin tener necesidad.

–La última, un deseo para este Carnaval.

–Que 'Los luceros' guste tanto como en los dos últimos años.

–Porque con el Carnaval no se vive pero se sobrevive.

–Exacto. Se lleva un dinero para casa, que en este caso, yo que no trabajo, pues me ayuda mucho y voy defendiéndome. También me buscaría la vida por otro lado si esto fuera diferente, ya me pasó el año de ‘Los Doce’, que no tuve apenas contratos. Pero si te llevas dos duros para tu casa y encima haces lo que te gusta, porque el Carnaval es mi pasión, pues genial. Así que nada, que espero que guste y que gane el mejor.

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