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La Policía Nacional ofreció este jueves más detalles de la desarticulación del conocido como clan de La Pinilla, que reinaba en el tráfico de drogas a pequeña escala en Sanlúcar. En el operativo, llevado a cabo la pasada semana y de la que ya informó este medio, fueron detenidas 17 personas como presuntos autores de los delitos de tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal, defraudación de fluido eléctrico y tenencia ilícita de armas.
Los detenidos son supuestamente miembros de un grupo organizado liderado por Dolores La Pinilla, que controlaban la venta de cocaína y heroína en la conocida zona de la Cruz Mayo en la barriada Huerta de San Cayetano, hasta donde se desplazaban compradores de toda la provincia e incluso de Sevilla.
Según explicó la Policía Nacional en una nota, la operación, denominada Alacrán, ha sido fruto de la investigación de más de un año realizada por el Grupo Operativo de la Policía Judicial de Sanlúcar contra el citado clan de la Pinilla, liderada por la matriarca de dicha familia y cuyos miembros tienen antecedentes por tráfico de drogas.
Según las pesquisas, la especialidad de este clan era la distribución y venta de sustancias estupefacientes a pequeña escala, menudeo, pero con unos niveles de alcance muy elevados, llegando a vender su mercancía para proveedores de diferentes localidades de la provincia y también de Sevilla.
La venta la realizaban las 24 horas al día durante todo el año, teniendo a su servicio a vendedores que funcionaban en tres turnos. La droga que dispensaban era cocaína y heroína desde principalmente los puntos de venta que tenían ubicados en la zona conocida como Huerta de San Cayetano en la barriada Cruz de Mayo. Además, también habían diversificado al cultivo de marihuana.
Una vez reunidas todas las evidencias y con la autorización del Juzgado de instrucción número 2 de Sanlúcar de Barrameda se pidió la autorización para realizar las entradas y registros que se realizaron el pasado 21 de diciembre con la participación de varias unidades especiales.
Los agentes realizaron nueve registros simultáneos, tanto en locales que eran utilizados como puntos de venta como en domicilios. Las entradas se produjeron con éxito a pesar de las fuertes medidas de seguridad instaladas por los traficantes como rejas, dobles y triples puertas y cámaras de seguridad con la que vigilaban todo el perímetro.
En los registros practicados los agentes se incautaron en total de más de 1.000 dosis de cocaína y heroína, a pesar de que unas 200 de ellas estaban calcinadas en un intento de uno de los moradores de deshacerse de estas pruebas incriminatorias. Lo mismo que con el dinero en billetes producto de la venta de estupefacientes, pudiendo llegarse a contar casi 1.000 euros parcialmente quemados.
Tanto en uno de los locales desde los que se distribuía la droga, como en algunas de las viviendas en las que residían los cabecillas de la organización, se encontraron plantaciones de marihuana, incautándose 4.863 plantas en distintas fases de desarrollo. También se hallaron otras sustancias como hachís y marihuana picada en menor cantidad, armas simuladas tipo pistolas detonadoras, una escopeta modificada, munición, vehículos de alta gama y dinero en efectivo, con un montante total de 37.732 euros.
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