Turismo de incertidumbre
Enfoque de Domingo | La temporada turística en la provincia
Los hoteles gaditanos se habitúan a las reservas de última hora y trabajan para sortear la inestabilidad del contexto internacional existente
La locomotora de la economía gaditana no termina de arrancar. Tras la pandemia, 2022 apuntaba a curso récord para el turismo de la provincia, pero hoy es toda una incógnita. “Desde principios de año teníamos muy buenas previsiones y esperábamos que el turismo internacional se recuperara a partir de Semana Santa, pero esa recuperación se ha estancado con la guerra de Ucrania”, explica Stefaan De Clerk, presidente de la asociación provincial de hoteles.
La invasión rusa, el incremento de precios, la crisis energética y, en general, la inestabilidad internacional, han irrumpido en el último mes como obstáculos imprevistos en el camino de la recuperación. Es un escenario complicado, aunque distinto al de 2020: ya no hay cancelaciones masivas ni cierre de puertas, sino una “ralentización de las reservas”. Tras la pandemia, la incertidumbre es la norma.
Este pasado viernes, 1 de abril, abrieron los hoteles de temporada que completan la oferta gaditana. Todos se preparan para la Semana Santa, primera fecha marcada en el calendario. Esos días serán, en palabras de De Clerk, “un termómetro importante” para medir el impacto de la nueva crisis.
Una semana antes del Domingo de Ramos es imposible hacer previsiones fiables. “Más del 80%” de las reservas realizadas en años anteriores fueron de última hora y en este 2022 el escenario es similar porque, con el coronavirus, “los patrones de compra han cambiado”. Las agencias de viaje y las vacaciones planificadas han perdido peso y hoy casi todo se decide días antes de viajar y a través de las plataformas.
“Teníamos la tranquilidad de que íbamos a alcanzar los datos de turismo internacional de 2019, pero llegó la guerra de Ucrania y no se puede augurar nada en este escenario”, plantea José María Román, diputado provincial de Turismo y responsable del Patronato, quien igualmente se muestra optimista respecto a la Semana Mayor “si el tiempo acompaña”.
Con la movilidad internacional bajo mínimos –al menos de momento–, el sector turístico –que representa casi el 38% del PIB provincial– se refugia en el turismo de proximidad y dependerá de un condicionante tan incontrolable como la meteorología. “El perfil en Semana Santa será de turista nacional, gente que huye de las ciudades para descansar e ir a la playa”, recuerda de Clerk. Los hoteles consultados no esperan mejorar las cifras del 2019, pero sí las de los años de pandemia.
Pese al contexto internacional, hay motivos para el optimismo. Cádiz puede perder al turista extranjero por la incertidumbre de la guerra, pero existe “cierta tranquilidad” respecto al verano. “Si hablásemos de un producto de turismo de masas podríamos estar más preocupados, pero no es el caso. La nueva dinámica acaba con buenos números igualmente: el año pasado incrementaron las reservas de última hora pero el verano fue de récord”, plantea Román, quien ve difícil igualar los cinco millones de visitantes de 2019, pero espera alcanzar los resultados del 2020.
Cádiz “está de moda”, ha sabido “fidelizar” al cliente de proximidad durante la pandemia y es destino preferente a nivel nacional. “La situación de guerra también puede provocar que el turista español se lo piense antes de viajar al extranjero, así que sabemos que el verano irá bien”, señala Ignacio Martín, director del Royal Hideaway Sancti Petri.
“El turismo nacional ha aprovechado la pandemia y su incertidumbre para quedarse en la zona y no viajar al extranjero. Han disfrutado del conocer el entorno más cercano y hemos conseguido que quieran repetir”, explica Jaime Real, Hotel Manager del Barrosa Palace, también en Sancti Petri. La provincia destaca en la oferta de “turismo seguro” y el visitante sigue buscando “espacios abiertos y pocas aglomeraciones”. “El distanciamiento social sigue hoy muy presente”, añade Martín.
El gran impedimento en ese contexto es la pérdida de poder adquisitivo de los españoles. “La cuestión de fondo es que nos estamos empobreciendo y las vacaciones son un complemento que depende mucho de la economía de las familias, que han sufrido una pérdida del poder adquisitivo importante”, añade De Clerk, quien confía en que las propuestas del Gobierno “ayuden a tranquilizar a la población”.
Turismo internacional
En cualquier caso, el motivo de mayor preocupación está fuera de las fronteras. Es muy probable, más aún si la previsión meteorológica acompaña, que los datos en Semana Santa sean buenos. Pero, ¿qué pasará después?
“En Chiclana hay una gran dependencia del mercado alemán y hoy por hoy el flujo de reservas no es lo que debería ser”, reconoce Martín. En hoteles como el Royal Hideaway los niveles de ocupación en meses previos al verano están muy por debajo de 2019, cuando se rozaba el 40%. Ahora mismo no llegan al 15%.
“Tenemos una gran dependencia del cliente alemán en temporada baja y media y éste antes compraba con más antelación”, adelanta Antonio Basallote, director del Hotel Fuerte Conil. Su homólogo en el Royal Hideaway recuerda que “es un perfil de cliente muy cauto y especialmente sensible a estos periodos de incertidumbre”.
El año pasado, a pesar de que la provincia batió sus mejores registros durante la temporada estival –2.209.767 turistas durante los meses de julio, agosto y septiembre–, en el balance anual quedó lejos del 2019, año prepandemia. Cádiz recibió 3,8 millones de visitantes en todo el 2021, un 43% más que en 2020, pero lejos de superar los 5 millones de 2019.
Aun con toda la población vacunada, 2022 puede ser un escenario parecido si la crisis se prolonga. Sólo en el mes de enero, incluso antes de comenzar la guerra de Ucrania, los hoteles de la provincia acogieron 66.173 visitantes, un 30% menos que en enero de 2020. “El problema del turismo nacional es que se concentra en periodos muy reducidos: fines de semana, puentes y vacaciones de verano. Necesitamos que vuelva el turismo internacional y otros segmentos para desestacionalizar”, recuerdan desde el Royal Hideaway.
Ante el contexto internacional, España tiene la oportunidad de promocionarse como destino refugio y Cádiz puede destacar como destino seguro en los mercados europeos, que representan casi el 80% de los ingresos turísticos a nivel nacional.
Por su parte, el aeropuerto de Jerez recupera poco a poco vuelos chárter de touroperación tras la pandemia. Según los datos facilitados por la asociación provincial de hoteles, “hoy tenemos un 27% menos de asientos puestos a la venta” respecto a 2019. “Necesitamos que se ocupen los máximos posibles”, asegura De Clerk: “Los alemanes y centroeuropeos tienen muchas ganas de viajar y de quedarse en la provincia, así que necesitamos promocionarnos bien como destino para asentarlo a finales de 2022 y alargarlo a 2023. El objetivo debe ser evitar el parón con la touroperación”.
El Patronato Provincial de Turismo centra gran parte sus esfuerzos en fortalecer la llegada de turistas internacionales y garantizar la desestacionalización. En estos días se prepara un pliego con el que, en palabras de Román, se invertirá “un montante de dinero importante para promocionar el destino Cádiz en origen”, en grandes aeropuertos y touroperadoras, “para que podamos vender nuestra oferta en los puntos de gran afluencia”.
El diputado provincial de Turismo y responsable del Patronato Provincial, José María Román, se muestra optimista respecto a las previsiones para Semana Santa, que serán buenas “si el tiempo acompaña”. “La Semana Santa funciona fundamentalmente con el turismo nacional, así que los números va a ser buenos”, augura el también alcalde de Chiclana, un municipio que desde este viernes cuenta con toda su planta hotelera abierta.
Román se muestra confiado respecto a la evolución del turismo nacional, en el que Cádiz se ha posicionado como un destino referente. Las reservas serán “de última hora” por la inestabilidad y el cambio de tendencia provocado por la pandemia, pero espera que la Semana Santa suponga un buen “despegue para la temporada”, afirma.
“A partir de ahí”, destaca, “sí entra en juego el turismo internacional, sobre todo el alemán”. “Es ahí cuando dependeremos de la evolución de la guerra”, pero desde el Patronato, que trabaja en reforzar la promoción de la ciudad fuera de nuestras fronteras, tienen “la tranquilidad” de tener “un producto que enamora y engancha”: “El año pasado funcionamos y este, con toda la población vacunada, iremos mejor. Además, la hostelería ya no tendrá restricciones”.
Cádiz es un valor seguro, pero no se puede negar que la temporada presenta algunos interrogantes.
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