“El alga asiática está acabando con nosotros y con el relevo generacional”

La especie invasora ha desplazado al pulpo, el voraz o el pez sable

Desde la OPP-72 aseguran que su superviviencia de la menguada flota artesanal de Conil y Barbate está en muy serio peligro

Las flotas de Barbate y Conil lamentan que se esté perdiendo la pesca artesanal

Un pescador quitando algas de sus redes en el puerto de Conil. / Julio González

Cádiz/La flota artesanal de Conil y Barbate capturó en 2015 algo más de 800 toneladas de pez sable. En 2019 la cifra se quedó en 630 kilos. Un año después no hubo pesca de esta especie. Cero. Nada. Kaput. El pez sable, con su cuerpo alargado, fino y sin escamas, decidió que no se le había perdido nada por las aguas de La Janda tras la invasión del alga asiática que ha convertido el lecho marino en una pradera que consume oxígeno y recursos. El alga invasora no sólo asfixia a la fauna de las aguas cercanas al Estrecho de Gibraltar, también a quienes históricamente han vivido de ellas. “Nos ha destrozado. Está acabando con el relevo generacional”, dice Nicolás Fernández, gerente de la Organización de Productores Pesqueros (OPP-72), que gestiona las cofradía de pescadores de Conil y La Atunara.

Otro dato aterrador que ofrece algo más de nitidez a la deprimente fotografía del sector en esta comarca gaditana tradicionalmente marinera. En los últimos cuatro años, la flota artesanal de Conil ha perdido 12 barcos. “Solo Conil. Eso significa que no hay relevo generacional. Y no lo hay porque no hay expectativas de futuro, porque no es viable, porque no es rentable, porque cada vez se hace más difícil. En kilos estamos capturando menos, pero además mantenemos los precios”, asegura Fernández.

En la zona operan aproximadamente 80 barcos. Todos son de artes menores. Cuenta Nicolás que el área que se extiende entre Roche y Cádiz está más libre de algas, “por lo que se está machacando de una manera increíble el caladero. No hay nada a levante de Cabo Roche. No hay absolutamente nada. Está todo el fondo cubierto de algas”.

Para Nicolás Fernández hay cuestiones importantes a tener en cuenta. “El alga es una consecuencia más del cambio climático. Pero el problema no es sólo el alga. Es también el cambio de comportamiento de muchas especies. Hay que saber, además, que una parte del stock de atún rojo está permanentemente en la zona del Estrecho, con lo cual ha desplazado a otras pocas especies que eran fundamentales para la flota artesanal”.

El pez sable no el único que ha desaparecido del radar de la flota artesanal jandeña. “De pez voraz, en 2015 cogimos 200 toneladas; en 2019, nueve toneladas. Existe una indudable transformación importante del ecosistema. Otro ejemplo: la flota de Barbate y Conil comíamos de un montón de pulpo que pescábamos, incluso la flota de arrastre de El Puerto de Santa María, y de Huelva, pescaban pulpo aquí frente a Trafalgar. En el conocido como Banco del Hoyo pescábamos muchísimo pulpo. Pues bien, no lo vemos desde 2012”, sentencia.

“Aquí el problema gordo es que lo único que estamos viendo es atún rojo, y no nos permiten capturarlo, ni a la flota de Barbate ni a la flota de Conil. Y la flota de Tarifa lo que tiene es una miseria. Eso así no puede estar, porque si sigue así es que nos vamos a quedar sin flota”, dice Nicolás.

“El tema es curioso –continúa–. El ICCAT aumenta una cantidad anual y nosotros lo que pedimos no es que le quiten nada a nadie, sino simplemente que se nos otorgue también la posibilidad de pescar atún a nosotros, capturar a la única especie que estamos viendo que hay. Y gestionarla por nuestros puertos. Esa es una competencia que tiene el Gobierno de España, que se la reafirmó el artículo 32 de la ley 5-2023, que es la Ley de Pesca Sostenible y de Investigación Pesquera”.

El resultado final a esta situación es que las familias están asfixiadas y desesperadas. “La situación que hay en Barbate y Conil es desastrosa. Todo por la inacción de los que tienen que prestar atención y buscar soluciones. Porque el sector pesquero no puede aportar soluciones, porque si lo hace es crear un mercado paralelo”, comentan desde la OPP-72.

Recuerdan que la Junta de Andalucía ofreció ayudas en 2022, pero el año pasado ya no las hubo. “El sector no quiere ayudas, lo que quiere son soluciones duraderas a un problema que va a acabar con nosotros y con nuestras familias”, acaba Nicolás.

Redes cargadas de algas y con escasas capturas

Cada mañana, cuando los pescadores de la flota artesanal llegan a sus puertos de amarre la desolación es manifiesta. Apenas unos kilos de capturas. Unas cajas que vender en la lonja. Por contra, horas de tarea en tierra para limpiar las redes de la cantidad de algas que arrastran. Es una imagen que, desgraciadamente, se repite desde que la Rugulopteryx okamurae hizo acto de presencia en los mares de Cádiz. El problema ya no es solo que sus arribazones lleguen hasta las playas de Tarifa o Los Caños de Meca, es que está desplazando a otras especies que históricamente han vivido en las zonas del Estrecho.

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