La Guardia Civil celebra el Día de su Patrona con los agentes caídos muy presentes
El recuerdo de los guardias muertos en Barbate y de otros tres compañeros que han perdido la vida en este año presidió el acto celebrado en la Comandancia
Los veteranos de la Guardia Civil ya tienen su Casa-Cuartel en Cádiz
Cádiz/Con la emoción contenida y rostros serios, la Guardia Civil de Cádiz ha celebrado este viernes la festividad de su Patrona, la Virgen del Pilar. La amenaza de lluvia trasladó el acto de su lugar habitual, el patio de armas de la Comandancia, a unas carpas donde las autoridades civiles y militares, junto al centenar largo de invitados, dejaron patente que el dramático suceso ocurrido en el puerto de Barbate el pasado febrero sigue pesando en su estado de ánimo. El recuerdo de David y Miguel Ángel presidió una ceremonia menos animosa que en otras ocasiones. Son tiempos duros para la Guardia Civil. Y eso que el cuerpo, tras 180 años de historia, sabe lo que es derramar la sangre de los suyos en actos de servicio. Nada menos que 5.622 vidas. Cinco de ellas en este mismo año, porque a David y Miguel Ángel hay que sumar Eneko, Juanje y José Antonio. Para todos ellos tuvo un sincero recuerdo en su discurso el coronel jefe de la Comandancia de Cádiz, Luis Martín.
Fue un acto serio pero en el que las instituciones gaditanas quisieron mostrar su apoyo al instituto armado con su presencia. Esta vez no faltó nadie. Junto a Martín se pudo ver al alcalde de Cádiz, Bruno García; a Blanca Flores, subdelegada del Gobierno en Cádiz; Almudena Martínez, presidenta de la Diputación de Cádiz; Manuel Estrella, presidente de la Audiencia Provincial de Cádiz; Ángel Núñez, fiscal jefe de la provincia; Ana Villagómez, fiscal antidroga de Andalucía; Teófila Martínez, presidenta de la Autoridad Portuaria; el obispo Rafael Zornoza; Juan José Ortiz, vicepresidente de Diputación; así como delegados territoriales de la Junta de Andalucía. Alfonso Rodríguez Castillo, general de la Guardia Civil en la reserva tras su paso por la Zona IV de la Benemérita, tampoco quiso perderse el acto en una Comandancia que fue su casa muchos años.
Tras condecorar a los agentes que han pasado a la reserva en este año, el coronel Martín tomó la palabra para resaltar que “la verdadera esencia del cuerpo son los guardias civiles de esta Comandancia que, a pesar de no abrir grandes titulares en los medios de comunicación, son el ejemplo vivo de cada uno de los 50 valores que hemos querido destacar”.
Por su parte, la subdelegada del Gobierno en Cádiz, Blanca Flores, recordó los 180 años que cumple en este 2024 la Guardia Civil desde que el Duque de Ahumada la fundara y no pudo evitar emocionarse al recordar la muerte en Barbate de los dos agentes. “Llevaba pocos días en el cargo y pude vivir aquello en primera persona, muy de cerca. La lealtad y el apoyo que he sentido por parte de la Guardia Civil en este tiempo me llevan también hoy a reconocer de una forma más especial que nunca un trabajo que contiene tanta entrega y valores que siempre dejará pequeña a nuestra gratitud por inmensa que esta pueda ser. Apenas un mes y medio después también fallecieron Eneko Lira y Juan Jesús López, del GAR en el municipio de Los Palacios, también hoy ellos en nuestro recuerdo”, indicó.
Flores resaltó la deuda que la sociedad tiene con la Guardia Civil y su espíritu de servicio, destacando la labor del jefe de la Comandancia quien, pese a los envites, “ha sabido mantener el ánimo de los agentes”.
La subdelegada del Gobierno aprovechó para comentar algunos de los logros en materia antidroga y contra el fraude fiscal que se han producido este año, recordando que, según la última encuesta del Ministerio de Interior, “Cádiz ha reducido su tasa de criminalidad un -3,14% hasta el segundo trimestre de 2024 respecto al mismo periodo del año anterior, con una cifra total de 2.840 infracciones penales, según datos del Balance de Criminalidad”.
Este año la tradicional ofrenda a los caídos se realizó en la tarde del jueves. Luis Martín también se acordó de un momento cargado de simbolismo. “Bajo el toque de trompeta de un infante de marina, los guardias civiles sentimos un nudo en el estómago al oír el toque de oración de una manera nunca interpretada hasta entonces. Por unos momentos no hubo palabras, no importaban los empleos, los cargos o las divisas, tan sólo vivir un momento de compañerismo con el que cada uno de nosotros reafirmamos nuestra vocación, y nuestro compromiso a no olvidar jamás”. Porque de compañerismo, de vocación de servicio y de compromiso nadie sabe más que la Guardia Civil.
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