Investigan el menudeo de cocaína en el buque ‘Juan Carlos I’
La Policía Nacional y la propia Armada están preocupadas por sucesos aislados entre la marinería
La Policía detiene a un infante de Marina en San Fernando por tráfico de cocaína
La Policía Nacional, en colaboración con la propia Armada, está investigando un presunto delito de tráfico de cocaína que se estaría produciendo en buques como el Juan Carlos I durante su participación en el primer despliegue del grupo Dédalo en este año.
En las últimas horas se ha producido un suceso que ha sido muy comentado en algunos canales que la propia marinería tiene en redes sociales tan populares como Telegram. Según diferentes informaciones, un marinero se encontró indispuesto durante la noche. Tenía vigilancia nocturna y al ir a despertarlo sus compañeros se lo encontraron convulsionando. Avisaron del hecho a un cabo primero y a un sargento, que, a su vez, informaron al capitán. Este ordenó una prueba de drogas a todo el cuerpo de vigilancia y se detectaron dos positivos por cocaína: este marinero y un cabo segunda. Por este motivo ha sido desembarcado y se espera que hoy mismo llegue a San Fernando.
Otras informaciones aseguran que esta persona, supuestamente, guardaba una cantidad de 40 gramos de cocaína en su taquilla que fue arrojada por la borda. Se da la circunstancia de que este mismo marinero llegó a ser infante de Marina pero también habría cometido alguna falta grave relacionada con sustancias estupefacientes, por lo que no se le permitió renovar su compromiso. La Policía ya detuvo en La Isla a algún miembro del TEAR en maniobras anteriores.
Fuentes consultadas por este medio indican que la Policía lleva tiempo detrás de presuntos miembros de la marinería, e incluso algunos suboficiales, que podrían aprovechar su participación en maniobras en el mar, como la que lleva a cabo actualmente el grupo Dédalo, para trapichear con sustancias estupefacientes entre sus compañeros. Esto, pese a ser cantidades pequeñas, está tipificado por las ordenanzas militares como delitos muy graves que conllevan su inmediata expulsión del cuerpo.
Otra de las prácticas que se ha puesto de moda entre la marinería es la de confeccionar líquidos para vapear en los propios buques de la Armada sin los controles necesarios, lo que podría estar detrás de episodios como el sufrido por este marinero, que padeció fuertes convulsiones. El consumo abusivo de estas sustancias, que no han pasado los pertinentes controles sanitarios, pueden acarrear incluso la muerte, por lo que las autoridades militares están muy pendientes de una práctica nociva para la salud de su personal. De momento, se han extremado las medidas de seguridad para que no haya más hechos como este y que las maniobras puedan llevarse a cabo sin sobresaltos.
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