“La liberación de la AP-4 nos vendrá bien a todos los transportistas de España”

Burgaleses y alaveses cumplen ahora sus primeros 50 días sin peaje en la autopista AP-1 que une Burgos con Armiñón (Álava). Aún están que ni se lo creen, según confiesa Eusebio de Miguel, presidente de la Asociación de Empresas de Transporte de Carga Completa de Burgos.

Pero la realidad supera a cualquier tipo de desconfianza y es del todo real que desde el pasado 1 de diciembre de 2018 pasan por las aún existentes cabinas del antiguo peaje sin tener que sacar la cartera.

No paran, pero es cierto que el hecho de que las cabinas del cobro del peaje siguen en pie, casi les obliga a hacerlo. Mientras en el resto de la AP1 pueden circular hasta los 120 kilómetros a la hora que les permite la legislación, allí, a la altura del peaje, están aún obligados a disminuir hasta los 20 kilómetros hora.

Pero los automovilistas que llevan desde hace 44 años usando esta vía de pago entre Burgos y Armiñón (Álava) celebran esta nueva situación a pesar de ese obligado frenazo. El portavoz de los transportistas afirma que “la liberación de la AP-4 (Sevilla-Cádiz) nos vendrá bien a todos los transportistas de España, ya que nuestros destinos están allá donde estén nuestras cargas”.

Aun así, Eusebio de Miguel afirma que todavía tienen “la mosca detrás de la oreja” con esta decisión tomada por el Gobierno. “Llevamos ya mes y medio con el peaje gratuito y todavía no nos lo creemos”, afirma el empresario burgalés. “Ha sido una sorpresa tan grande que aún estamos esperando a que ocurra algo, algo que nos vuelva a costar el dinero, ya sea poniendo algún tipo de peaje o algo así”, confiesa el presidente de los transportistas del lugar.

“Ha sido una solución muy esperada y muy peleada durante muchos años, que ha costado muchas vidas que se quedaron en la Nacional 1, que hasta ahora padecía una densidad de tráfico brutal”. De Miguel sabe de esas similitudes (vivió durante cuatro años en Córdoba) y sabe que la Nacional que une Cádiz con la capital hispalense (la N-IV) ha sido un obstáculo para muchos transportistas y para muchos vehículos en general que han sufrido embotellamientos durante muchos años.

Ahora es la A1 (ya sin la P de peaje) la que ha heredado esa densidad de tráfico y prácticamente nadie coge ahora por la Nacional.

Eusebio de Miguel afirma que la autopista, ahora gratuita, ha absorbido el 100% del tráfico pesado que antes circulaba por la Nacional. En cuanto a los turismos, el empresario burgalés lo cifra en el 90%. Los pocos coches que aún cogen por la Nacional lo hacen para aprovechar su paso por alguna localidad o zona concreta como puede ser Briviesca.

Este es uno de los grandes problemas con los que ahora se encuentran los transportistas. Eusebio de Miguel indica que a la autopista le faltan salidas, “de manera que se puede convertir en una auténtica ratonera cualquier día de grandes nieves o cual”. Y es que antes del 1 de diciembre del año pasado, la AP-1 la usaban entre 8 y 9.000 personas al día. Ahora son más de 20.000 vehículos los que pisan su asfalto cada jornada.

¿Pero quién ha salido perdiendo con la liberación de la AP-1 y, por extensión quién lo hará con la AP-4? Según De Miguel han sido los empresarios que tenían sus negocios a ambas orillas de la Nacional que ahora ha quedado casi desierta. ¿Y ganando? “Hemos salido ganando todos los usuarios de la carretera, tanto en seguridad, como en velocidad, como desde el punto de vista económico”, dice. De hecho, el presidente de la Asociación de Empresas de Transporte de Carga Completa de Burgos habla de que el primer test lo superaron estas navidades con ningún accidente grave en la nacional “lo que demuestra que todo esto ha valido la pena”.