Don Winslow: “Hay que abordar el problema de las drogas desde la demanda”

Negro sobre negro

El autor de la ‘Trilogía del Cártel’ regresa a las librerías españolas con ‘Ciudad de los sueños’, donde cambia a los narcos mexicanos por la Mafia y Hollywood

Esta semana concedió una entrevista a Diario de Cádiz desde su casa de California

El mejor cierre a la trilogía del narco

Don Winslow.
Don Winslow.

Cada lanzamiento de un nuevo libro de Don Winslow (Nueva York, 1953) es un acontecimiento mundial. El autor de la conocida como Trilogía del Cártel (El poder del perro, El cártel y La frontera), y de novelas como Salvajes (llevada al cine por Oliver Stone) o Corrupción policial, ha tenido una vida de película. Periodista y viajero empedernido, abandonó la costa Este donde nació para instalarse a orillas del Pacífico. Allí, además de practicar surf, una de sus pasiones, construyó una obra que traspasa el género negro para convertirse en una oda gigantesca contra quienes sustentan el negocio del narcotráfico. Después de poner el punto y final para, según asegura, no volver a escribir sobre este tema, se enfrascó en una nueva trilogía, esta vez en torno a la Mafia, a irlandeses e italianos, a guerras de familias y traiciones imperdonables. Tras Ciudad en llamas este pasado miércoles llegó a las librerías Ciudad de los sueños, editada igualmente por HarperCollins Ibérica. Un día antes, Don Winslow concedía a este periódico una entrevista por videoconferencia desde su casa en California en la que, entre otras cosas, dejaba clara su oposición a Donald Trump, una constante en su obra.

–En Ciudad de los Sueños el protagonista de su nueva trilogía abandona Rhode Island para emigrar a California. ¿Cuánto de biográfico hay en esta novela?

–¡Mucho! A ver, realmente yo no tuve que huir perseguido por la policía o por la Mafia, me fui de casa con 17 años y acabé en California, donde sigo hoy en día la mayor parte del año. En cualquier caso no me di realmente cuenta de los paralelismos que hay entre Danny Ryan y yo hasta que estuve bien sumergido en el tercer libro.

–Mafia y Hollywood es un cóctel que siempre ha funcionado. ¿Tenía claro desde el principio que su nuevo trabajo le llevaría a la meca del cine?

–Sí, así es. Porque al seguir la Eneida de Virgilio, en la que Eneas ve muros pintados en una cueva, necesitaba para ello un equivalente actual. Lo que me vino a la cabeza fue el cine. Así que Danny literalmente se ve a si mismo interpretado por un actor, su barrio construido en un estudio de Hollywood, oye sus diálogos y todo aquello que le ha acontecido en su vida. Eso era demasiado fascinante para no escribirlo. Así que sí, desde el principio sabía que iría a Hollywood.

–Tengo que reconocerle que La frontera me pareció que traspasaba con creces los cánones de la novela negra para convertirse en algo mucho más grande. En ella hace una crítica durísima a la administración Trump. ¿Le trajo algún problema en su país?

–Eh, sí, por supuesto (risas). En serio, no me gusta compararme con los periodistas mexicanos, de los que han muerto cientos asesinados cubriendo esta historia. Yo no soy esa persona, no soy ese héroe. Pero sí he tenido amenazas de la extrema derecha de aquí, críticas, lectores escribiéndome enfadados diciendo que les gustaban mis historias pero que por qué no dejaba la política aparte, incluso gente diciendo cosas del tipo “despídete de tu familia”. En cualquier caso la mayoría de los comentarios han sido realmente positivos.

–Al final ha tenido que ser un lío de faldas, en vez de presuntos delitos más graves, lo que ha llevado a Trump al banquillo de los acusados. ¿Cree que esto puede perjudicarle en su aspiración de volver a la Casa Blanca?

–No. Siempre me alegro cuando Trump está en problemas, por lo que esto no es malo. Pero esta no es la forma en la que quería que llegara a los tribunales. Es un hombre que ha intentado un golpe fascista contra el Gobierno democrático de los Estados Unidos. Tendría que ser acusado y enjuiciado por ello, y espero que algún día ocurra. Estas acusaciones son de índole sexual, son muy tramposas y no confío en que se le declare culpable. Me parece incluso trivial. Sinceramente espero que alguna vez se tenga que sentar en un tribunal por intentar derribar al Gobierno de los EEUU. Estos cargos actuales creo que incluso le están ayudando a recaudar dinero y de cierta forma están impidiendo que otros candidatos se presenten.

Don Winslow recibiendo el premio RBA de Novela Negra por 'El cártel'.
Don Winslow recibiendo el premio RBA de Novela Negra por 'El cártel'.

–España le adora. El cártel recibió el premio RBA de Novela Negra y La frontera el Pepe Carvalho de la Barcelona Negra. ¿Qué suponen para usted estos reconocimientos?

–Significan muchísimo. ¿Sabes?, cuando empecé a escribir la trilogía y se publicó el primer libro, El poder del perro, no se vendió mucho en los EEUU, pero sí lo hizo en España y en el resto de Europa. Así que los españoles y europeos en general me apoyaron antes de que lo hicieran los EEUU. Tener apoyo e incluso cierto cariño, espero, en España significa para mí incluso más de los que podéis imaginar. Mira, soy estadounidense y se podría decir que un patriota, pero no soy un excepcionalista americano, no creo que todas las buenas ideas sean nuestras (risas). He trabajado y vivido en Europa, por lo que el apoyo de Europa, y sobre todo el español, significa mucho para mí. Estoy muy agradecido.

–Tras recoger el Pepe Carvalho dijo que sin el Quijote no existiría la novela negra. ¿De dónde viene su pasión por Cervantes?

–Pienso que los escritores de novela criminal no profundizamos suficiente en nuestras raíces. En cuanto lo hacemos sin duda regresamos a Don Quijote y a Cervantes. Porque realmente, en mi opinión, es la primera novela negra, posiblemente también El Lazarillo de Tormes. Porque Cervantes escribía sobre los desheredados de una forma de la que nadie lo había hecho anteriormente. Por lo tanto cuando pienso en aquella era, en la que, de forma contemporánea, teníamos a Shakespeare y a Cervantes, el primero escribiendo Enrique IV, donde por primera vez vemos ladrones y tramposos, los desclasados, y lo mismo Cervantes, eso era ficción a la que de cierta forma regresamos siempre y de la que dependemos. Disculpa que es una respuesta muy larga. Pero te cuento que hace dos años me releí el Quijote de una forma distinta. Me leía un capitulo al día. De forma muy disciplinada uno y solo uno, en cuanto acababa un capítulo cerraba el libro hasta el día siguiente. Fue absolutamente fascinante. Fue tan divertido, tan humano. Todo lo que querríamos en nuestro género está ahí. Y me entristecí cuando acabé por tener que finalizarlo.

–Y aparte del Quijote, ¿qué le gusta leer a Don Winslow?

–Ahora mismo estoy leyendo a Abdulrazak Gurnah, el premio Nobel tanzano. Me he ido abriendo paso por toda la obra del autor. También, a la vez, leo mucha No Ficción, especialmente historia de África.

–Varias de sus obras se han llevado al cine. ¿Hay algún proyecto para adaptar su trilogía del narco?

–Sí, FX Network está haciendo una serie televisiva sobre esta trilogía, hoy he visto justo el episodio piloto y creo que está quedando realmente bien. Les pedimos que contrataran a una de las periodistas mexicanas que más sabe sobre este tema: Ana Hernádez, como consultora para que se asegurara que todo era realista y que el punto de vista mexicano se respetaba. Estoy muy contento y esperando que se estrene el año que viene.

–En la provincia de Cádiz, la más meridional de España, con África a 14 kilómetros, los clanes del narcotráfico cada vez son más violentos. Alguno incluso ha llegado a contratar a pilotos del cártel de Sinaloa para pasar hachís en avionetas que sobrevuelan el Estrecho de Gibraltar y los alijos se suceden a diario. ¿Sigue pensando que la legalización de las drogas podría ser una de las soluciones a este problema mundial?

–Sí, sí. Escucha, es difícil, no es una respuesta sencilla. Nunca hemos sido capaces de solucionar el problema de las drogas desde el lado de la oferta, de los sumisnistradores, solo se puede desde la demanda. Hasta que no abordemos el tema desde la demanda de drogas... ¿por qué la gente quiere drogas? ¿cuál es el problema? Nunca se podrá parar desde el lado de la oferta, del suministro. No es posible, es físicamente imposible. Uno de los grandes problemas de la conexión entre México y Europa en el tema del narcotráfico es que ganan un 15% más vendiendo en Europa que en América, donde la droga es casi la mitad de cara que en Alemania, Francia, España o Italia, así que esto anima al cártel de Sinaloa y a los demás a exportar, sobre todo cocaína y sus derivados a Europa.

A propósito, desarrollando una pregunta anterior, estoy ahora mismo haciendo un curso universitario on line sobre historia de España, que estoy disfrutando mucho, y justo hace un par de días tuve una lección sobre Cádiz en el siglo VIII.

–Caramba.

–Pues sí, muy interesante.

–Siendo España la puerta de entrada de la droga en Europa por Cádiz y Galicia, y con las mafias rusas e italiana en la Costa del Sol, ¿no ha tenido alguna curiosidad por estudiar también el fenómeno español?

–No, he leído mucho sobre todo mientras escribía El cártel y La frontera, incluso he escrito un poco sobre ello, pero no soy un experto en el tema y sería presuntuoso decir lo contrario. No tengo tiempo suficiente para profundizar sobre ello y escribir realmente bien sobre el tema.

–Con la invasión rusa de Ucrania, China estrechando el cerco sobre Taiwan y Donald Trump intentando imponer un Gobierno en EEUU, ¿pueden los ciudadanos seguir confiando en la democracia?

–Tenemos que seguir confiando. Lo he dicho en otras ocasiones. No tiene importancia si eres optimista o pesimista sobre el tema, porque la pregunta es ¿qué vas a hacer? ¿quedarte tumbado en el sofá y llorar mientras ves como se derrumba? Así que para mí no importa sea cual sea tu ánimo cada día. Me sienta optimista o pesimista sobre el mundo o la democracia, no importa, siento que tengo una responsabilidad de intentar hacer algo. Sin duda hay días que te levantas y sientes que no… pero hay que sobrevolar esos nubarrones negros que parecen que no tienen horizonte. La tentación es rendirse a esa desesperación, pero te diría que no tenemos derecho a hacerlo. Yo heredé un tipo de país de mis padres y es mi responsabilidad pasárselo a mi hijo. Es fácil sentirse deprimido, hay muchas razones, pero ¿y qué?

–En Europa en general, y en España en particular, se ha producido un boom de la novela negra en los últimos años. ¿Cree que la sobreabundancia de títulos perjudica al género?

–No. El género es muy fuerte en la actualidad y hay realmente grandes autores escribiendo en todos los idiomas, me hace feliz. Creo en el lector, creo que tiene la discrecionalidad de elegir entre lo que es bueno y lo que no lo es.

–¿Es cierto que durante su etapa como investigador privado llegaron a apuntarle con una pistola en la cabeza?

–Sí. (risas) De verdad, y yo no tenía arma. Sí, me ha ocurrido más de una vez y he conseguido salir de ahí hablando.

–¿Volverá a escribir alguna vez sobre el violento mundo de las drogas?

–No. Hecho. Se lo dije ya dos veces a mi mujer, después de El poder del perro y después de El cártel, que ya no volvería y rompí por dos veces esa promesa. Pero creo que ya está. He estado 26 años centrado en esto, son muchos años para estar metido en ese mundo. A lo largo de 26 años llegas a conocer a personas, fuentes con las que has hablado a lo largo de estos años, y muchos no han conseguido sobrevivir. Mientras escribía La frontera pasé mucho tiempo con adictos a la heroína y ninguno de ellos sigue vivo a día de hoy. Creo que haber vivido esto durante más de 25 años es suficiente.

–¿Sigue levantándose a las cinco y media de la mañana para escribir y para practicar surf?

–Jajaja, ya no me levanto necesariamente para escribir, aparte de mis textos políticos para Twitter, ya que no estoy escribiendo más novelas. Pero sí sigo haciendo surf. Eso sí, me estoy haciendo viejo, y cuanto más viejo me hago peor hago surf. Es triste (risas). El cuerpo ya no hace lo que le pido que haga exactamente. Al menos tan rápido. ¿Hay buenas olas por Cádiz?

–Digamos que no es California, pero todo es echarle voluntad.

–Hay que seguir haciendo surf mientras se pueda. No hay que rendirse.

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