La AMPA del San Ignacio cuestionaba en sus alegaciones la ruina del colegio con un informe técnico

Traslado de los alumnos del CEIP San Ignacio al Quintanilla para ir al comedor.
Traslado de los alumnos del CEIP San Ignacio al Quintanilla para ir al comedor. / D.C.
Arturo Rivera Barrera

01 de febrero 2024 - 17:01

San Fernando/Las alegaciones presentadas por la AMPA del colegio San Ignacio al expediente promovido por el Ayuntamiento de San Fernando cuestionan la declaración de ruina del edificio principal del centro, que fue aprobada y notificada a las partes la semana pasada.

El informe presentado, al que han dado forma profesionales en la materia (arquitectos y abogados), realiza un diagnóstico muy diferente al de los técnicos municipales para concluir que, si bien resulta necesaria una intervención en las cubiertas, ni la situación del inmueble, ni las obras que precisa para su puesta a punto, llegan al extremo de requerir esa declaración de ruina. Antes bien se resalta incluso su especial singularidad como ejemplo de la arquitectura brutalista en la localidad.

Se trata -aseguran- de unas alegaciones bien documentadas y justificadas por especialistas que además coinciden en muchos aspectos técnicos con el diagnóstico que ha realizado la Junta de Andalucía, que también descarta la declaración de ruina, según se explica desde el San Ignacio.

Dicho de otro modo, según este otro informe, el edificio se puede salvar aunque, evidentemente, precisa de obras. Claro que otra cuestión sería ya dilucidar a qué administración le correspondería ejecutar dichos trabajos, si al Ayuntamiento isleño -que tiene entre sus competencias el mantenimiento de los centros escolares- o a la Consejería de Educación porque se trata de cuestiones estructurales del inmueble que van más allá de su cuidado y conservación.

En todo caso, en el colegio de San Ignacio no ocultan su descontento con el proceder del Consistorio y su concejalía de Educación. Y su ausencia a la reunión convocada el pasado lunes para abordar el problema no ha ayudado a calmar los ánimos. El obligado traslado del comedor al colegio Quintanilla -que se ha puesto en práctica este jueves- ha sido el detonante de este malestar tras años de demandas y reivindicaciones, que consideran que no se han atendido y que han sido utilizadas para avivar un estéril enfrentamiento contra la Junta de Andalucía.

Al no haber superado su instalación eléctrica la inspección de la OCA (Organismo de Control Autorizado) no se puede acondicionar el office de cocina que precisa el servicio de comedor, que el Ayuntamiento isleño se había comprometido a realizar. Así que la única solución que ha encontrado la Delegación Territorial de Educación una vez aprobada la declaración de ruina por el Consistorio ha sido llevarse a los niños al centro más cercano con condiciones para ello.

Para volver a prestar el servicio de comedor en el colegio San Ignacio es necesario antes solventar todas deficiencias de la instalación eléctrica detectadas en la inspección de la OCA y, posteriormente, hacer la obra de adecuación del office, que debe acometerse además sobre un proyecto de la Junta de Andalucía. Así que tiene por delante bastantes trámites que solventar y que, cuando menos, llevarán meses.

Las carencias que han aflorado durante la inspección de la OCA -cuyo objeto es certificar la seguridad de ciertas instalaciones eléctricas en baja tensión- han llevado también a que desde el San Ignacio se cuestione el mantenimiento que el Ayuntamiento defiende haber realizado curso tras curso en este centro educativo.

Comedor para los alumnos del San Ignacio habilitado en el CEIP Quintanilla, que se ha estrenado este jueves.
Comedor para los alumnos del San Ignacio habilitado en el CEIP Quintanilla, que se ha estrenado este jueves. / D.C.

Primer día de comedor en el Quintanilla: con la Policía Local abriendo paso

Unos 400 metros en línea recta hay entre los CEIP San Ignacio y Quintanilla a través de la calle Santa María. Es el recorrido que este jueves a las dos de la tarde han realizado por primera vez los alumnos que van al comedor. Hoy eran unos 40, aunque en total son 52 los que hacen uso de este servicio. Dos profesoras y dos monitoras se han encargado de coordinar el traslado y de velar por la seguridad de los niños. Un agente de la Policía Local en motocicleta ha ido abriéndoles camino.

El recorrido se ha llevado a cabo sin incidentes. Y en el Quintanilla, una cariñosa pancarta ha dado la bienvenida a los alumnos del San Ignacio. El comedor se ha habilitado en una sala multiusos que tiene el centro.

Carteles colocados en la fachada del colegio San Ignacio en señal de protesta.
Carteles colocados en la fachada del colegio San Ignacio en señal de protesta. / D.C.

El centro se llena de carteles: "El barrio no pierde su cole"

"Por un barrio vivo", "Sin engaños se vive mejor", "El barrio no pierde su cole", "Ayuntamiento, ¿eres responsable de la conservación y el mantenimiento?"... Son algunas de las consignas que recubren los muros del colegio San Ignacio, que en señal de protesta por la situación a la que ha llegado tras años de reivindicaciones que no han sido atendidas ha llenado sus paredes de carteles.

Esta jueves, la AMPA del centro ha convocado también una asamblea abierta para dar detalles de la situación actual del colegio y de todos los trámites que a lo largo de los últimos años se han estado llevando a cabo.

La precariedad de las instalaciones del CEIP San Ignacio contrasta además con la gran calidad educativa de la que desde hace años hace gala el centro -reconocida en varias ocasiones- y su compromiso con la enseñanza pública.

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