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Augusto Ferrer-Dalmau | Pintor de 'El último combate del Glorioso' expuesto en San Fernando
San Fernando/El pintor Augusto Ferrer-Dalmau ha visitado el Museo Naval para comprobar las condiciones técnicas de la exposición de El último combate del Glorioso. "He venido a San Fernando por una reunión de trabajo con la Academia de San Romualdo [de la que es miembro] y he aprovechado para ver cuestiones técnicas de la exposición del cuadro, como la segunda capa que necesita de barniz", explica el artista. La tensión de la tela o la iluminación para destacar la obra son otros de los aspectos analizados.
La retirada del óleo del Glorioso del Museo Naval de Madrid responde, según la Armada, a la necesidad de equilibrar el discurso histórico que ofrece su limitada colección de arte. La necesidad de obras que representaran a todos los cuerpos y escalas ha motivado que se trasladara desde San Fernando otro cuadro del pintor catalán, Mi bandera. En la recorrido que el conservador del Museo Naval isleño, el coronel Miguel Flores Bienert, le hizo ayer, Augusto Ferrer-Dalmau pudo precisamente ver y firmar la copia de esta pintura que ocupa una de las salas.
El último combate del Glorioso se ubica en la primera sala del espacio que comparte con otras pintura, maquetas de buques o material documental antiguos. Al acercarse la sensación es que se observa la lucha dentro de la propia escena. "En teoría estás en uno de los barcos ingleses, en la cofa, y ves lo que está pasando", confirma el pintor. Se trata "del momento final de la batalla del Glorioso, un momento muy épico", cuenta, sorprendido por su propio trabajo. "Hacía tiempo que no lo veía y a veces me asombro de lo que soy capaz de pintar. Cuando pasa el tiempo a veces pienso, ¿esto lo he hecho yo?", se ríe mirando el óleo.
Ferrer Dalmau se aleja de la polémica surgida por la retirada de la pintura de Madrid y asegura que "lo más bonito es que el cuadro esté en este Museo Naval". "Al final, después de todo, en Madrid están el cuadro del Elcano y Mi bandera y aquí, el del Glorioso, que llega al final donde tenía que haber llegado", apunta en referencia al viaje hacia Cádiz en el que estaba inmerso este buque español cuando fue sorprendido cerca del cabo San Vicente por barcos ingleses y tras una dura defensa tuvo que arriar bandera. "Es un honor, porque este espacio me encanta. Hace casi un año vine para hacer mi conferencia de ingreso en San Romualdo y me enamoré de él, porque es muy personal, recogido, y porque San Fernando me gusta", añade.
El día de la presentación, la asesora María Fidalgo Casares destacaba las singularidades de este cuadro dentro de la trayectoria del artista catalán, entre otras cuestiones por no ser las marinas su especialidad. Él mismo lo reconoce –"mi especialidad es la caballería, los caballos, flechazos, hachazos"–, aunque en su obra haya algún ejemplo más de esta temática e incluso esté trabajando en uno sobre la batalla de Algeciras, para la ciudad campo gibraltareña.
Otra tarea le tiene absorbido: un óleo por el centenario de la Legión, que le ha llevado a hacer el curso de reservista en Almería, lo que le ha permitido pasar tiempo trabajando con este cuerpo, en el museo y en la documentación fotográfica. "Es –desvela– con lo que estoy ahora al cien por cien", en una forma de trabajar que le lleva a dedicar horas y horas a su creación, "desde hace tres semanas no me entero de lo que pasa en el mundo". "Son miles de horas, pero ni calculo porque trabajo a todas horas, de noche. No como, malvivo, mi vida es caótica", describe.
Considerado uno de los mejores pintores españoles de historia militar, Augusto Ferrer-Dalmau lamenta la falta de artistas que sigan este camino, porque "hay mucho que pintar aún, muchas aventuras, historias, combates". Sin embargo, trabaja para ponerle remedio con la creación de una fundación que apueste por la formación de pintores de historia "ya en primavera".
"Es mi mayor ilusión, voy a dedicar todos mis esfuerzos para que haya escuela y que se pinte la historia de España a lo largo de muchas generaciones", deja claro. Su intención es que siga el modelo y la metodología del Taller Grekov de Moscú que depende del Ministerio de Defensa ruso. Entre otras cosas se podrá en marcha un máster por la Universidad de Nebrija y se realizará cursos de adaptación en colaboración con la Armada para que los alumnos adquieran conocimientos sobre navegación, los vientos o las corrientes, "algo muy didáctico".
"Hay que reconocer que llama la atención todo lo que supone la llegada del cuadro". El conservador del Museo Naval de San Fernando, Miguel Flores Bienert, se refiere la repercusión que está teniendo la pieza, "una gran obra, de un artista actual, de grandes dimensiones, que puede suponer un aumento de visitantes". El director del Instituto de Historia y Cultura Naval, el almirante Juan Rodríguez Garat, aseguraba hace unos días que el museo isleño "gana" con la incorporación de la pintura porque, a pesar de contar con fondos importantes, era desconocido para el público. "Mi bandera' se ha ido a otro destino, pero 'El último combate del Glorioso ocupa un espacio importante y que se merece este Museo Naval por que enriquece nuestro discurso museístico”, apunta, satisfecho también por que el propio autor, Augusto Ferrer-Dalmau, esté contento.
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