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10 claves para entender una espiral de 30 años con Defensa

Desafectación de suelos militares en San Fernando

En La Isla se habla de los terrenos militares desde que a finales de los 80 se consiguiera liberar la playa, hace 30 años

Esta semana Cavada ha anunciado que retoma el diálogo con el responsable de la Gerencia de Infraestructuras

Límite de la playa 'libre'. Un cartel advierte a los bañistas de la proximidad del campo de tiro. / Román Ríos
Arturo Rivera Barrera

27 de septiembre 2020 - 07:00

San Fernando/No es la primera vez que el Ayuntamiento de San Fernando y el Ministerio de Defensa cruzan declaraciones de buenas intenciones en torno a los muchos asuntos pendientes que arrastra La Isla y, especialmente, en lo que se refiere a la desafectación de terrenos sin uso activo por parte de las unidades de la Armada y del Ejército de Tierra asentadas en el localidad.

A lo largo de los últimos 30 años, ha habido más de un encuentro como el que esta semana ha tenido la alcaldesa, Patricia Cavada, con el responsable de la Dirección General de Infraestructuras, Luis Cebrián Carbonell. Otra cosa han sido los resultados, que a pesar de la complejidad que entraña el tema dependen exclusivamente de la voluntad política de los responsables de turno que estén al frente de Defensa para abrir las puertas que hagan falta y avanzar en ese consenso en torno al denominado uso compartido, que permitiría mantener a todas las unidades en activo -sobre todo en Camposoto- y aprovechar los terrenos más cercanos a la playa, de enorme potencial turístico.

Claro que también, en estos 30 años de reivindicaciones y negociaciones, ha habido más de un encontronazo entre ambas administraciones, desafíos, airadas respuestas, pleitos, declaraciones de 'persona non grata' y contraofertas fracasadas.

Y, aunque ya no se pinten campos de golf y residenciales de lujo en los programas electorales, el desarrollo de los suelos de Camposoto sigue siendo para el Ayuntamiento el 'sueño' que permitiría a San Fernando dar el salto para convertirse en un municipio turístico y relanzar su economía.

Las prioridades pasan ahora por cuestiones menos ambiciosas y hasta cierto punto 'asumibles', como son la reubicación del campo de tiro de Camposoto en el interior del acuartelamiento y la liberación completa de los 1,2 kilómetros de playa que siguen restringidos. Todo es cuestión de voluntad. Pero conviene tener memoria. Estas son las 10 claves esenciales para no perderse en esa espiral de negociaciones con Defensa que suma ya 30 años:

1. La playa de Camposoto

La playa de Camposoto fue lo primero. Las reivindicaciones ciudadanas y la presión del Ayuntamiento consiguió a finales de los 80 poner el punto final a décadas de restricciones militares y permitió que empezara a ser usada por la ciudadanía. Aquello -su primer verano fue en 1989- abrió los ojos, La Isla tomó conciencia de la gran cantidad de metros cuadrados en manos de Defensa de los que no podía hacer uso e inició un largo camino de reivindicaciones que llega ha pasado por cuatro alcaldes y que llega hasta hoy, cuando todavía se reclama la liberación de los 1,2 kilómetros de playa que siguen cerrados y siendo militares.

Manifestación en contra de la construcción de la galería de tiro en Camposoto. / D.C.

2. El campo de tiro

Defensa quiso en 1999 reubicar el campo de tiro de la playa en el interior del acuartelamiento de Camposoto. Es importante tener en cuenta esta perspectiva ahora que el tema se ha convertido en la gran prioridad. Tuvo incluso su proyecto y su partida presupuestaria pero la presión ejercida por el Ayuntamiento y las movilizaciones ciudadanas que impulsó durante meses -hasta se creó una plataforma en contra de la galería de tiro- llevaron a que el Ministerio optara por abandonar estos planes. Fue el mayor error cometido por el Consistorio en la lucha por la desafectación de suelos militares. Una oportunidad perdida. Hoy, la liberación completa de la playa y la reubicación de ese campo de tiro -que podría haberse llevado a cabo hace 20 años- es una prioridad.

3. El protocolo de 2002

El 30 de julio de 2002 fue una de esas fechas que pudo haber hecho historia pero se quedó en nada. Ese día, el Ayuntamiento y el Ministerio de Defensa firmaron un protocolo de intenciones para afrontar la desafectación de un millón de metros cuadrados de suelos militares repartidos entre Camposoto, Janer y los polvorines de Fadricas. Aquello se planteaba además como el primer paso de ese entendimiento mutuo que, posteriormente, llevaría a otros avances. Cierto que Janer y Fadricas están ya desafectados pero su recorrido posterior poco tuvo que ver con este acuerdo que, 18 años después, sigue siendo el único acuerdo oficial existente entre ambas administraciones en torno a la desafectación de suelo.

Terrenos de Janer donde se proyecta el parque comercial. / D.C.

3. Los suelos de Janer

En 1999, Defensa anunció el cierre de la Escuela de Artillería y Tiro Naval Janer y su traslado a Cartagena. Sus 65.000 metros cuadrados de superficie se desafectarían años más tarde, aunque a día de hoy no son más que un solar que espera su desarrollo. En 2012 -hubo que esperar a que se aprobara el nuevo PGOU- Zona Franca los adquirió con la idea de impulsar un parque empresarial que luego transformó en zona comercial. Pero, incapaz de afrontar su desarrollo, en 2019 terminó vendiendo nuevamente los terrenos por 7,6 millones de euros a la firma Ten Brinke.

4. El ministro, 'persona non grata'

El cierre de Janer supuso un punto de inflexión después de años reivindicando con insistencia la desafectación de suelos militares en tanto que despertó un amplio rechazo en San Fernando ante la pérdida de una nueva instalación de la Armada: se marchaban alumnos, oficiales, suboficiales... Y también sus nóminas.

Portada de Diario de Cádiz el día en el que se declaró a Trillo persona non grata. / D.C. (San Fernando)

A raíz de lo ocurrido con Janer el discurso empezó a cambiar al temerse la pérdida de toda una actividad económica vinculada a los militares, que de hecho posteriormente se confirmó con la desaparición de la mili -el servicio militar obligatorio- y de otras unidades, como la Escuela de Infantería de Marina. Al ministro Trillo, que por entonces llevaba la cartera de Defensa, le valió ser declarado persona non grata en San Fernando. Curiosamente, en esa dicotomía de no querer que se vayan los militares pero al mismo tiempo anhelar los suelos que no puede utilizar marcará los años posteriores hasta llegar al día de hoy.

5. Los polvorines

Más de medio millón de metros cuadrados se extiende entre Caño Herrera y La Casería. No son pocos los que consideran que se trata de los mejores suelos de La Isla: los polvorines de Fadricas y Punta Cantera. Un espacio de grandes oportunidades con vistas a la Bahía en el que hasta ahora se han dibujado idílicos corredores verdes, hoteles, amplios equipamientos deportivos y culturales, zonas exclusivas para el ocio y la hostelería... Y todo en medio de de un paraje natural único que guarda además auténticos tesoros en materia de patrimonio. Evidentemente, nada de eso se ha llegado a hacer ni tiene pinta de que vaya a lograrse a corto plazo. Aunque se estuvo muy cerca con la reserva de suelo que el Ayuntamiento emprendió en 2007 ante el bloqueo sistemático -y político- de las negociaciones con Defensa para desarrollar estos terrenos de gran atractivo.

El resultado de ese proyecto de delimitación de los terrenos de Fadricas, a la postre, fue el convenio que posteriormente, en 2012, suscribiría el Ayuntamiento con todos los propietarios afectados por la reserva de suelo, un acuerdo de bases al que se sumaría también el Ministerio de Defensa como propietario mayoritario tras perder la batalla judicial que emprendió contra el Consistorio (la sentencia es de mayo de 2011). Dicho convenio, no obstante, expiró ya en el anterior mandato sin que se consiguiera hacer nada.

6. La amenaza de cierre

Durante el mandato de José Loaiza, la desafectación de terrenos pasó a un segundo plano. Y, en plena crisis económica, la amenaza de cierre del Centro de Formación y Tropa número 2 (CEFOT-2) -unidad de Camposoto por el que pasan al año cientos de alumnos- suscitó un amplio rechazo en La Isla, harta ya de sufrir las consecuencias económicas que arrastra la pérdida de unidades cuando lo militar había sido siempre una actividad esencial de su economía. Sobre todo cuando a cambio no había obtenido ni un solo metro cuadrado. El cierre del CEFOT se consiguió frenar.

7. La última propuesta

Nada más llegar a la Alcaldía en 2015, Patricia Cavada incluye entre sus prioridades las negociaciones con Defensa confiando en desbloquear lo que llevaba años enquistado. Consiguió reanudar el diálogo y que, incluso, en el año 2016 el Ministerio realizara la primera propuesta formal de desafectación de suelos de Camposoto: 17 hectáreas en la zona de Buen Pastor que linda con el parque del Cerro, los terrenos menos atractivos y con mayores cargas y servidumbres del acuartelamiento. El Ayuntamiento lanzó una contraoferta para que la propuesta incluyera en su lugar los terrenos más cercanos a la playa. Y ahí quedó la cosa. Oficialmente, las últimas conversaciones mantenidas entre ambas administraciones hasta el encuentro de esta semana se remontan a finales de 2017.

8. Algunos logros

En esta historia de tres décadas ha habido también momentos de entendimiento. En 2005 se consiguió un acuerdo para el uso compartido del hospital de San Carlos que dio excelentes resultados durante varios años, hasta que Defensa anunciara el cierre del centro y éste pasara definitivamente a manos del Servicio Andaluz de Salud, en 2014. San Carlos -con consultas de diferentes especialidades, pruebas diagnósticas, intervenciones, urgencias, hospitalizaciones...- se considera uno de los grandes logros para La Isla. Aunque no ha sido el único, también -en otros aspectos- se ha conseguido la apertura de Torre Alta. Y la puesta en marcha del Museo Naval en Capitanía, aunque ajena a estas negociaciones, ha dado a La Isla un equipamiento cultural de gran valía.

Alumnos del Centro de Formación de Tropa número dos (CEFOT-2) de Camposoto se dirigen a su compañia tras la instrucción. / Román Ríos

9. La convivencia, el futuro

Hoy sería imposible plantearse movilizaciones con un respaldo ciudadano como las que se hicieron en los 80 y 90. Nadie quiere que se marche ni una sola unidad más de La Isla sino más bien lo contrario, que si fuera posible recuperara esa presencia y actividad militar que tenía hace un par de décadas o más y que fue un pilar fundamental de la economía local. Así que el discurso político ha cambiado radicalmente para centrarse en el uso compartido, en la posibilidad de casar los intereses de la Defensa con los planes de desarrollo de una ciudad que tiene que buscarse algo para seguir viviendo en el futuro. Con independencia de los resultados, las relaciones entre ambas administraciones se han suavizado mucho en estos últimos años.

10. La última reunión

El silencio de los dos últimos años se ha roto esta semana con el encuentro que Cavada ha mantenido con el nuevo responsable de la Gerencia de Infraestructuras. Sobre la mesa de negociaciones siguen los mismos temas pendientes, la misma lealtad, el respeto institucional y la "comprensión" -eso aseguran desde el gobierno municipal- de que La Isla tiene necesidades y planes de futuro que abordar desde el entendimiento y la negociación. Habrá que ver hasta dónde se llega ahora.

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