Ilusión y desconfianza en ayuda a domicilio de San Fernando
La plantilla del servicio lamenta que el proceso de municipalización vaya tan lento: "Al final del túnel vemos la luz de una ‘linternita’, desde luego no la del faro"
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San Fernando/"Somos sus pies y sus manos en muchos casos". La plantilla de ayuda a domicilio de San Fernando proclama el valor de su trabajo con las personas mayores y dependientes que atienden. Una defensa que hacen extensible a este servicio público por que insisten en que, por fin, se municipalice. El final del proceso está cerca, "pero no vemos el final del túnel, una luz que apenas es una linternita, desde luego no vemos el faro", expresa de manera muy gráfica la presidenta del comité de empresa, Mariola Quesada.
Durante la última semana de diciembre el gobierno municipal informó de que el consejo de administración de la Empresa de Suelo Isleña (Esisa), convertida en Hemsa para ampliar su gestión, había aprobado la memoria justificativa para modificar sus estatutos y recoger en su objeto social este servicio de ayuda a domicilio. "Quieras que no, te vienes arriba, porque se dan pasos. Salen ellos a informar y no solo te lo comunican", menciona la representante sindical sobre el comunicado del equipo de gobierno.
La lentitud de los trámites hizo mella en las auxiliares que volvieron a protestar por el escaso avance. "Todavía queda un poquito, los últimos pasos, pero queda", admite Quesada. Que siga adelante les genera "ilusión" pero a la vez cierta "desconfianza" en algunas compañeras de la plantilla "porque se está demorando más de la cuenta". "Contentas, pero no cómo va, muy lento·, lamenta. "La burocracia funciona así", se resigna.
El siguiente paso de esta tramitación será la aprobación de la modificación de los estatutos sociales en la junta general de la entidad municipal, que es el Pleno. Pero para que vaya a esa sesión debe contar con un informe de la Secretaría General. "Después llegaría el encargo de gestión", añade.
Reivindicación tras reivindicación
Las reivindicaciones no descansan. Desde el comité advierten de que la empresa que todavía mantiene la explotación del servicio no se ciñe a la ley a la hora de realizar contrataciones. "Me preguntas por el perfil de las trabajadoras y te diré que son profesionales muchas, pero la empresa está contratando sin formación ni acreditación alguna y no sabemos cómo atajarlo, por más que el comité se queja, que la plantilla se queje", explica.
Estas formación y acreditación son necesarias, "no trabajamos con sacos de patatas, sino con personas". "Si se cae es una persona, si se compre una cadera es el fin de muchos: mayores encamados, no andan más", expone sobras las consecuencias de no tener la instrucción adecuada. "No saben poner un pañal en una cama, movilizarlos o usar la grúa y vienen los problemas. Se producen escaras, úlceras", continúa sobre las posibles consecuencias.
Las tareas de la ayuda a domicilio ha evolucionado. Antes, apunta Mariola Quesada, no estaba centrada en la dependencia, mientras que ahora es una asistencia personal. Se confunde, porque también hacen labores de mantenimiento del hogar, pero no son un servicio doméstico."Tienen que vivir en condiciones óptimas, y se hacen tareas domésticas", precisa.
Una ayuda sin quitar la autonomía
Unos usuarios necesitan que se les haga la comida. Otros quieren hacerla pero la auxiliar se encarga de pelar y trocear los alimentos. Se trata, deja claro, de ser una ayuda, “pero intentamos no quitarles su autonomía hasta donde puedan".
A pesar de ello, estas trabajadoras se convierten en "sus pies y sus manos". La mayoría de los usuarios son dependientes y deben “asearlos, ducharlos, alimentarlos y al médico con ellos porque no pueden andar”. No suelen ser mayores ágiles e independientes.
Actualmente el número de personas al que se presta este servicio ha crecido y se acerca más a los 600 que al medio millar. Por eso también la plantilla ha aumentado y de las 160 auxiliares que se estimaban rondan ya las 200. No todas son mujeres. "Se están animando y son en torno a una decena de hombres ya, cuando siempre habían sido uno o dos, a lo sumo tres", apunta la presidenta del comité de empresa.
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