Fadricas II: parcelas sin actividad y llenas de escombros y basura
San Fernando
El polígono fantasma sigue en el punto de mira un año después de que concluyeran los trabajos de electrificación
El abandono reina en las calles del recinto y reitera protestas
San Fernando/Fadricas II continúa siendo un polígono fantasma más de una década después de que terminaran sus obras de urbanización y pasados ya los peores años de la recesión económica. No consigue levantar cabeza. En septiembre de 2018, el Ayuntamiento dio por terminados los trabajos de iluminación e infraestructura eléctrica de los que adolecía este espacio reservado a la actividad económica, lo que supuestamente –y tras una larga espera– iba a actuar como el punto inflexión decisivo para que el polígono empezara a despegar.
La inversión rozaba el medio millón de euros y estaba recogida entre las actuaciones a ejecutar con los presupuestos de 2016, aunque se venía planteando desde la recta final del mandato de José Loaiza (PP).
Nadie se llamaba a engaño, eso es cierto. Desde el principio, el equipo de gobierno advirtió del complicado punto de partida que existía –y que se sumaba a la particular situación del municipio– para desarrollar este polígono industrial, pendiente aún de los inacabados accesos con la CA-33, y sabía que su puesta en marcha no llegaría de la noche a la mañana con solo solventar los problemas eléctricos.
Pero lo cierto es que, pasado ya más de un año de estas obras, la imagen de Fadricas II sigue siendo la de un polígono fantasma en la que el único rastro de actividad que se percibe –la construcción de las nuevas naves logísticas de los servicios de limpieza y jardinería– responde a la iniciativa municipal y no a la privada.
Y un abandono prácticamente absoluto reina en la mayoría de las parcelas que se reparten por las calles de este polígono industrial: basura de todo tipo y escombros, desechos, desperdicios, restos electrónicos... Hay de todo y de todo se tira en estas parcelas haciendo caso omiso de los carteles que advierten de la prohibición de arrojar escombros o basura y que amenazan a los infractores con multas de más de 600 euros. Como ocurre en otros lugares, las conductas incívicas se repiten a diario. Pero tampoco se hace mucho por remediarlo.
La degradada imagen que el polígono brinda en su conjunto no puede resultar más desoladora y ha dado pie ya a unos cuantos incidentes. El más reciente, hace apenas unos días cuando un incendio se declaró en una de estas parcelas sin uso y, al salir ardiendo varios neumáticos que había abandonados junto a la maleza seca, desató una gigantesca columna de humo que alertó a no pocos ciudadanos.
El fuego fue controlado rápidamente por los bomberos y, afortunadamente, la situación no llegó a mayores, pero puso de manifiesto una vez más el abandono del polígono y los riesgos que entrañan.
De hecho, esta situación ha sido denunciada insistentemente tanto por los vecinos que el polígono fantasma tiene a un lado como a otro. Por un lado, los vecinos de El Pino y las viviendas más cercanas, que delimitan con la calle Escritor Germán Caos; por el otro, los empresarios del otro polígono –Fadricas 1– que apenas se encuentran a unos metros de distancia y sus negocios sufren en primera línea los efectos de este abandono. Un incendio podría extenderse en cuestión de minutos a sus naves, como en reiteradas ocasiones han advertido al Ayuntamiento denunciando la situación del Fadricas 2 y exigiendo su adecentamiento.
Esta penosa estampa que ofrece la zona norte de la ciudad se repite en en los solares y parcelas de La Casería, a no mucha distancia, que se han convertido igualmente en vertederos de basura en los que se arrojan impunemente todo tipo de desechos. La situación ha llegado a tal extremo que los vecinos anunciaron también la semana pasada –justo después de producirse este incendio de Fadricas– que habían pedido la intervención de la Delegación Territorial de Medio Ambiente ante la pasividad municipal, al que recriminan que no haya hecho nada para evitar este deterioro ambiental.
En Fadricas II, por otro lado, se lleva más de una década aguardando a que lleguen las esperadas empresas.
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