En el ADN del movimiento vecinal isleño

San Fernando/La década de los 70 llegaba a su término y en España soplaban vientos de cambio.Hacía apenas unos meses que se habían celebrado las primeras elecciones municipales de la democracia y el movimiento vecinal asistía a un auténtico despertar: las barriadas, los vecinos, tomaban conciencia del papel que les tocaba ejercer como ciudadanos en este nuevo tiempo. Fue entonces cuando en San Fernando empezaron a crearse las primeras asociaciones de vecinos. La de San José –la modesta barriada que delimita con la Bazán y con Carlos III– fue la segunda en inscribirse en el Ayuntamiento con Antonio Muñoz Cruzado al frente de la primera junta directiva.

Ayer, la entidad que preside actualmente Ángel González Orellana recordó su 40 aniversario con un acto institucional en el que se descubrió una placa conmemorativa en la fachada de su sede de la plaza de la Anunciación. El acto precedió a la celebración de una jornada de fiesta en el barrio, el día del socio. Al hilo de este aniversario, el vicepresidente de la federación de asociaciones de vecinos Isla de León, Francisco Carmona, tuvo también a su cargo una conferencia en la jornada del pasado viernes que se tituló: Asociaciones de vecinos, pasado, presente y futuro.

La de San José, que toma su nombre la antigua huerta que existía en la zona, es una de las asociaciones de vecinos más antiguas que existe en La Isla. Se remonta a los mismos orígenes del movimiento vecinal y, a lo largo de sus cuatro décadas de vida, ha sabido mantener intacto ese espíritu ciudadano.

"Fue una de las primeras asociaciones que se creó en San Fernando precisamente por las carencias que existían en el barrio", explica Johanna Cornu, una veterana del movimiento vecinal que fue presidenta de San José y que actualmente forma parte también de su junta directiva.

Apenas eran entonces un grupo de casas pequeñas que se repartía entre varias calles que ni siquiera estaban asfaltadas. Fueron los primeros retos que afrontó esta asociación.

En la zona, curiosamente, fueron los primeros en enarbolar la bandera del movimiento vecinal, antes incluso de que se crearan las asociaciones de Bazán y de El Ancla (Carlos III). Hoy no han perdido el talante reivindicativo de aquellos años a pesar de que –advierte el presidente– ésta sea "una de las zonas en las que menos invierte el Ayuntamiento". Y anota un ejemplo: "Llevamos cuatro años pidiendo que nos arreglen el acerado y seguimos esperando", lamenta al referirse al estado de un barrio en el que residen entre 300 y 400 personas.

A pesar de ser pequeña, la entidad –reconocen– "está muy viva". Y no solo porque en torno a su sede, que construyeron ellos mismos en los años 90 sobre un terreno que les dio el Ayuntamiento, orbita la vida social de un barrio en el que residen numerosos mayores. También por las actividades que a lo largo de todo el año se llevan a cabo: talleres de informática y manualidades, concursos de dibujo para los más pequeños, fiestas de Navidad y Reyes...

Todavía recuerdan con cariño aquellos años en los que contaban con una de las verbenas más sonadas de todas las que organizaban las asociaciones de vecinos de La Isla. "Se instalaba una carpa enorme en la plaza y se llenaba de gente", recuerda Johanna Cornu. En esas fiestas –les gusta contar– los vecinos de San José vieron allá por los años 80 una de las tempranas actuaciones de María Rosa García (Niña Pastori). Era una de las primeras veces que se subia a un escenario, apuntan.

En el barrio se recuerda también a otro ilustre vecino, el músico Agripino Lozano, y a José Ramos Borrero, Pepe Requeté, que aunque vivía en la Bazán mantuvo siempre una especial relación con la asociación de vecinos.

La asociación de vecinos San José recuerda en este 40 aniversario todas estas historias que han dado vida a la entidad durante cuatro décadas. Eso sí, sin dejar de mirar al futuro de un barrio pequeño pero con todo el ímpetu de ese movimiento vecinal que nació a finales de los 70.