El parqué
Caídas ligeras
San Fernando/La Isla ha recuperado el azulejo del Sagrado Corazón que durante 80 años estuvo en la fachada principal del Ayuntamiento y que, desde esta mañana, se vuelve a exhibir en el lateral de la parroquia castrense de San Francisco, justo en la esquina de las calles Real y Almirante Faustino Ruiz.
"Ya podemos mirar de nuevo al Sagrado Corazón". Han sido las palabras con las que el párroco y arcipreste de San Fernando, Gonzalo Núñez del Castillo, pasado el mediodía ha puesto el punto final a la ceremonia de bendición de esta cerámica artística de carácter religioso que fue retirada del Consistorio durante las obras de rehabilitación, hace justo ahora dos años.
Su eliminación de la fachada del Ayuntamiento, que desencadenó una gran polémica, se justificó aludiendo a que se trataba de un elemento "ajeno al origen constructivo del inmueble". En su lugar, recientemente se ha colocado un rótulo que pone 'Casas Consistoriales'.
Para evitar que esta obra religiosa y su devoción en La Isla se terminara perdiendo al desaparecer del Consistorio, el párroco de San Francisco solicitó al Ayuntamiento su cesión, que se formalizó en el pleno del pasado mes de marzo.
Ahora, la cerámica –convenientemente restaurada por Juan Pérez Bey– ha vuelto a quedar expuesta en una jornada muy especial para la parroquia de San Francisco y también para muchos isleños, que han tenido la oportunidad de reencontrarse con una imagen –la del Sagrado Corazón– que durante décadas formó parte del paisaje urbano del centro de San Fernando y que ahora se ha conseguido recuperar gracias al esfuerzo de la parroquia y a la colaboración de los fieles.
La eucaristía de acción de gracias que ha precedido a la bendición del azulejo ha llenado el templo. Eso sí, el arzobispo castrense, Juan del Río Martín, no ha podido acudir finalmente a este acto, tal y como se había anunciado en un primer momento. Sí ha estado una nutrida representación de autoridades militares y municipales. Hasta la alcaldesa, Patricia Cavada, y su concelaja de Urbanismo, Claudia Márquez, se acercaron al momento de la bendición.
El retablo cerámico salió de la reputada fábrica de azulejos Mensaque, de Sevilla, y fue pintado por el artista Eduardo Acosta Palop, premiado con dos medallas de Bellas Artes y alumno de José Recio del Rivero.
La obra que estuvo en la fachada del Ayuntamiento durante casi 80 años, está formada por 80 piezas de 20x20 centímetros –que son las que corresponden a la imagen iconográfica que se representa– y por otras 36 de 16x20 que conforman la moldura que encuadra la obra.
Dadas sus dimensiones se ha colocado a la altura de la segunda planta para facilitar su visión.
También te puede interesar
Lo último
El parqué
Caídas ligeras
Su propio afán
Niño-Dios de esta noche
La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Una noche amenazada también por el confort
1 Comentario