Un año de los derribos: sin casetas y sin novedades en La Casería
Costas sigue a la espera de los procesos judiciales que afectan a los dos negocios de hostelería, aunque el paisaje de la zona ha cambiado por completo
Vida en La Casería aun sin casetas
Así ha quedado La Casería tras el derribo de las casetas
San Fernando/Hoy se cumple un año de la que ha sido una de las noticias más sonadas del mandato: el derribo de las casetas de la playa de La Casería. Su demolición por parte de la Demarcación de Costas en Andalucía Atlántico se inició a primeras horas de la mañana del 14 de febrero de 2022 poniendo punto final a un año y medio de conflicto y polémica al considerarse por parte de La Isla -así lo defendía incluso el propio Ayuntamiento de San Fernando- que estas construcciones eran una seña de identidad de la ciudad.
Aquel día, sin embargo, no hubo protestas ni resistencia alguna contra las excavadoras mientras hacían su trabajo. Meses antes los afectados habían tirado la toalla en su lucha de 'La Casería no se toca' al comprobar que no tenían nada que hacer contra las decenas de expedientes de recuperación posesoria que la administración competente había lanzado en noviembre de 2020 contra todas estas ocupaciones que se repartían por la zona de dominio público marítimo terrestre y que habían completado todo el proceso administrativo.
Ni siquiera la tentativa del Ayuntamiento de conseguir la declaración de interés general para La Casería sirvió para nada ya que, como se advirtió desde un primer momento, precisaba del visto bueno de la misma administración que promovía las demoliciones: Costas.
Así que aquel 14 de febrero no quedaba en realidad sino que se consumaran definitivamente los hechos y que esas casetas de colores que tanto dieron de sí por la pintoresca puesta en escena que brindaban en el contexto de la Bahía -y que sirvió de escenario a películas, videoclips, anuncios...- pasaran definitivamente a la historia.
Los trabajos, eso sí, tardarían todavía unas semanas en completarse. Y la intervención acometida para asegurar la regeneración del perfil del litoral en este punto se prolongaría incluso hasta terminado el verano.
De hecho, una vez consumadas las controvertidas demoliciones que tanto debate suscitaron en San Fernando, todavía eran visibles los suelos y otros restos –los denominados rellenos antrópicos– procedentes de las ocupaciones que había en la zona, que ahora han desaparecido con un importante relleno de arena y otras actuaciones que se han venido desarrollando desde el pasado verano.
En cuanto a la situación de La Casería, un año después de que se ejecutaran los derribos de las casetas, sigue exactamente igual que entonces, a la espera de que se resuelvan los procesos judiciales abiertos que afectan a los dos negocios de hostelería que todavía se mantienen en pie en la playa de La Casería y que por el momento han conseguido evitar la demolición: La Corchuela y la Cantina de El Titi-El Bartolo.
El primero de estos establecimientos ha conseguido frenar por el momento el derribo por la vía judicial gracias a una suspensión cautelar y el otro cuenta con una concesión de Medio Ambiente para el ejercicio de su actividad hasta 2024, que no obstante Costas ha recurrido también a través de un contencioso ya que sostiene que dicha autorización fue tramitada por la delegación territorial de la Junta de Andalucía sin su autorización.
En ninguno de los dos casos ha habido avances en los últimos meses, según confirmaron este lunes fuentes de la Demarcación de Costas, que descarta que ambas cuestiones vayan a resolverse con prontitud. De ahí, de hecho, la actuación acometida para abordar el adecentamiento de la zona tras las demoliciones ya que para afrontar el proyecto de regeneración de la playa previsto -que contempla la ejecución de un sendero bordeando el litoral- Costas tendrá que esperar necesariamente a disponer de la totalidad de los terrenos, incluidos los que ocupan ahora los dos establecimientos de hostelería.
En todo caso, el paisaje de la zona ha cambiado por completo con la desaparición de las casetas de La Casería, de eso no cabe duda. Y en el pasado verano se demostró que el sitio está lejos de perder su encanto tras los derribos y que tiene aún mucho potencial que aprovechar. Aunque por ahora todo está en stand by.
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