Otra del cartel de la Semana Santa de San Fernando: de 'photocall' y paripés...
No hay nada malo en fotografiarse junto a una imagen, el problema es que aquí todo obedece a una puesta en escena: todo es impostado, postureo, un paripé
Un error de base con el cartel de la Semana Santa de San Fernando

San Fernando/Vamos a ver, sé que corro el peligro de ser un jartible con el asunto del cartel de la Semana Santa de San Fernando y probablemente usted dirá que le he cogido manía al asunto, que tampoco es para tanto... Y seguro que tiene razón. Pero la alarma de mi sexto sentido rancio empezó a pitar descontroladamente otra vez el pasado jueves en la inauguración de la exposición Dei Craft -lo de los nombres que le ponemos a las muestras ya lo dejamos para otro día- al darse de bruces con el apartado que se ha dedicado a la obra en cuestión, supongo que con la firme intención de sacar pecho y alardear de cartel. A lo mejor si se enseña mucho y se repite eso de que es un 'pelotazo' termina gustando, quién sabe. Como en política, la clave es no admitir nunca y bajo ningún concepto que hay un error de base. Nada de pasos atrás. Eso solo para algunas cuadrillas y según qué momento. Aquí, siempre de frente.
Por si no han visto la exposición, se lo cuento. A modo de making-of, al final del recorrido se exhiben también ciertos detalles del cómo se hizo el spot-cartel de la Semana Santa. Entre ellos, una secuencia fotográfica en la que los protagonistas que salen en el cartel -efectivamente, esos doce personajes de la Pasión según La Isla- y otros que no salen pero también tienen que ver se retratan posando junto al titular de la hermandad de la Caridad, el Cristo de la Salvación. Así, uno a uno y uno detrás de otro, como en una repetición wharholiana. Claro, aquello -tristemente- más que un icono pop parece lo que más de uno ha dicho ya que parece: un photocall con todas letras. Alguno hasta sale sonriendo a la cámara y con las manos en los bolsillos.
Ya sé que van a decir que nada malo hay en hacerse fotografías junto a los imágenes, por muy sagradas que estas sean. Muchos lo hacen en cultos, besamanos... Hay juntas de gobierno en pleno que se fotografían junto a sus titulares y devociones. Yo, personalmente, tiendo a evitarlo. Nunca me ha gustado. Pero, es cierto, que yo no suelo ser buen ejemplo para casi nada.
Ocurre, sin embargo, que aquí no había ni besamanos ni cultos ni se estaba junto al altar de la cofradía. La imagen se había retirado expresamente para la puesta en escena del spot-cartel. Y esa es la clave. Todo era impostado, postureo, una mera ficción, un paripé... Como lo es ese papel que hacen los 'figurantes' del cartel por muy reales que sean sus sentimientos y devociones (cosa de la que no dudo). Y ahí es donde todo empieza a chirriar, el momento en el que se disparan las alertas. Porque hay cosas que nunca deberían ser un paripé.
En ese afán de buscar el 'pelotazo' y de hacer "algo que nunca jamás nadie había hecho" que acompaña la historia del cartel se han traspado en San Fernando demasiados límites que nunca se deberían haber cruzado para incurrir en una temerosa frivolidad. Pero lo peor es no darse cuenta siquiera de ello. Supongo que todo esto ha pasado de manera inconsciente y dejándose llevar por la buena fe, la predisposición y las ganas de colaborar que siempre hay en esto de las cofradías. Eso quiero creer.
Pero cabe preguntarse también qué hubiese ocurrido si todo esto hubiese pasado en otra ciudad. Ah, correrían ríos de tinta con la historia esta del photocall y del paripé, fijo. ¿Se lo imaginan? Aquí, sin embargo, pecamos en exceso de condescendientes. Es cierto, pero no confundan ese silencio con la aquiescencia y la aprobación. Es simplemente la mayoría de los cofrades prefiere callar.
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