El centro de salud de Camposoto se muestra ya prácticamente acabado a la espera de su puesta en funcionamiento

San Fernando/A falta tan solo de los últimos detalles, la Junta de Andalucía da por terminado el grueso de las obras del nuevo centro de salud que se está construyendo en Camposoto y que San Fernando demanda desde hace años. El equipamiento que se levanta en la parcela ubicada entre las calles Milongas y Granaínas supone una inversión que asciende a 4,7 millones de euros y que se financia con fondos europeos.

El edificio, cuyo perímetro todavía permanece vallado, se muestra ya a la vista prácticamente acabado hasta en detalles como la jardinería. Fuentes de Salud confirmaron ayer que, efectivamente, la obra en sí se da por concluida aunque todavía se trabaja en algunos remates y cuestiones complementarias a la actuación ejecutada en el nuevo edificio. 

Queda también, eso sí, la adecuación de mobiliario en el interior de las salas y la puesta en funcionamiento del nuevo centro de salud en sí, en la que desde la Junta se asegura igualmente que se está trabajando. En cuanto a los plazos, la previsión –aseguran– "sigue siendo la misma de antes", esto es, "antes de que finalice el año". Salud, en este sentido, está avanzando también en la redistribución de cupos y en la reorganización que implica la apertura del cuarto centro de atención primaria que tendrá San Fernando además del Cayetano Roldán, Rodríguez Arias y Joaquín Pece. 

Ya en el pasado mes de marzo, desde la Delegación Territorial de Salud se informó de que los trabajos estaban al 80% de su ejecución y de que, por tanto, las obras afrontaban ya su recta final. La del centro de salud de Camposoto es, de hecho, una de las obras que más han esperado los isleños ya que los primeros trabajos se remontan al año 2010. Y además, como pasa con todo proyecto, arrancaron tras varios años de trámites previos.

Estas obras, sin embargo, se paralizaron en 2012. Y durante prácticamente una década el proyecto quedó sumido en el más absoluto de los olvidos hasta que las protestas ciudadanas por el abandono del edificio –que había quedado a medio construir, con solo la estructura levantada y el revestimiento de ladrillo a medias– volvieron a poner el foco en este equipamiento sanitario después de varios de incendios protagonizados por la acumulación de basura y desperdicios en su interior. 

Retomar los trabajos no fue nada fácil. La primera tentativa de la Junta de Andalucía en este sentido fracasó después de que la empresa que había resultado adjudicataria en 2020 –en plena pandemia del Covid-19– dejara plantados los trabajos antes siquiera de que llegaran a comenzar reclamando un modificado. Fue necesario entonces resolver el contrato, lo que evidentemente llevó su tiempo. Y la Junta, para evitar que ocurriera otra vez lo mismo, optó entonces por recurrir a la empresa pública Tragsa para ejecutar los trabajos. En verano de 2022 se anunció la nueva inversión –esos 4,7 millones de euros– y la puesta en marcha de los trabajos. Y de hecho, durante los meses siguientes, se empezaron ya a realizar los primeros trabajos en la parcela, aunque hasta principios de 2023 no se materializó por derecho ese regreso de las obras.