Familiares de guardias civiles impulsan la plataforma 'Nuestro Corazón por Bandera' para que no se repita la tragedia de Barbate
El colectivo, liderado por mujeres, se presenta en San Fernando, donde reivindica más medios, más personal y la declaración de Zona de Especial Singularidad
Esposas de guardias civiles tras la tragedia de Barbate: "Pedimos garantías para que regresen a casa con sus hijos"
"Se mofaban de ellos todos los días, les pasaban por al lado con las narcolanchas y se reían en sus caras"
San Fernando/Frente a aquel lema de Todo por la patria el colectivo enarbola como nombre Nuestro Corazón por Bandera, porque su único propósito, lo que les mueve, es luchar por sus familiares, por las condiciones en las que trabajan los suyos, para que tengan los medios y recursos suficientes para desarrollar su cometido en las mejores condiciones de seguridad, para que puedan volver a casa. San Fernando fue el lugar escogido el miércoles para presentar formalmente la nueva plataforma de familiares de guardias civiles que se ha gestado a raíz de lo acontecido en Barbate, donde perdieron la vida mientras estaban de servicio dos agentes al ser brutalmente arrollados por una narcolancha.
Su objetivo no es otro que dar voz en primera persona a las reivindicaciones que reclaman más medios y recursos para los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. En la provincia de Cádiz, donde la lucha contra el narco ha dejado en evidencia las carencias tras la tragedia, y también en el resto de España. Porque el movimiento creado -formado principalmente por mujeres- alcanza a todo el ámbito nacional e incluye además por primera vez a familiares del Cuerpo Nacional de Policía junto a los de la Guardia Civil en un colectivo sin precedentes en la historia. Nuestro Corazón por Bandera ha aunado en la última semana a familiares de agentes de todo el país para acabar "con todas esas pérdidas evitables sufridas a lo largo de los años".
La plataforma -que tramita ya su registro como asociación- parte de esa preocupación latente desde hace años que existe en el entorno familiar de los profesionales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, donde conocen de primera mano la falta de medios que soportan y los riesgos que asumen cada vez que salen de casa para ir al trabajo.
De ahí que su principales reivindicaciones -que leyeron en un manifiesto al que dio voz su portavoz, Mónica Mogica- pase por "dotar de los medios necesarios a los agentes para poder desempeñar sus funciones en condiciones de seguridad", conseguir "que las partidas presupuestarias destinadas a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado sean las necesarias para ello" y "aumentar las plantillas de los agentes para poder realizar su trabajo con superioridad".
En la puesta de largo del colectivo, que tuvo lugar en la isleña Salina San Vicente, reivindicaron también "la declaración de Zona de Especial Singularidad para los lugares de alto riesgo para así conseguir una afluencia masiva de operativos contra el narcotráfico". Y pidieron "que los agentes tengan respaldo en sus actuaciones cuando necesiten usar los medios de dotación".
El movimiento ha tomado forma en pocos días a raíz de la iniciativa de un grupo de mujeres de los GEAS de la Guardia Civil, el Grupo de Especialistas en Actividades Subacuáticas al que pertenecía uno de los agentes asesinados en Barbate, que precisamente era natural de San Fernando. Nuestro Corazón por Bandera se ha presentado como un colectivo "pacífico y sin ánimo de lucro" cuyo objetivo es evidenciar la falta de medios "para que nuestros familiares desempeñen su trabajo en condiciones de seguridad".
"Nuestro Corazón por Bandera no pretende crear controversia, por ello no está afiliada a ninguna religión, secta, partido político o institución alguna", dejaron claro. Su causa no es otra que luchar por las condiciones de trabajo de los agentes, que son sus parejas, sus maridos y esposas, sus padres y madres, sus hijos...
El colectivo quiso también agradecer en el acto de presentación "la abrumadora respuesta de solidaridad y apoyo recibida por la ciudadanía" tras la tragedia de Barbate, que ha sido -reconocieron- el detonante que ha dado forma a un sentimiento que lleva años latente en las familias de los guardias civiles.
"Antes había miedo a las represalias, pero ya se ha perdido"
El movimiento -apuntó por su parte Carolina Freire, secretaria- "se extiende por todo el país". Están ya presentes en todas las comunidades autónomas y aseguran que tienen "muchísimas ganas de pelear por las condiciones de ambos cuerpos (Guardia Civil y Policía Nacional)".
El colectivo, aunque nace en Cádiz, se articulará mediante secretarías que trabajarán con autonomía por zonas y que tendrán sus propios portavoces.
La plataforma se gestó hace tan solo una semana. "Los primeros grupos se crearon el miércoles pasado", explicaron. En estos pocos días han conseguido unos datos que consideran muy positivos: 2.000 seguidores en X (Twitter), unos mil en Instagram, 500 en Facebook y 4.400 en WhatsApp, que es la red social que ha servido especialmente de vehículo para la creación del movimiento en todo el país.
Sandra Fernández, presidenta de Nuestro Corazón por Bandera, afirmó que la entidad responde a "un sentimiento de preocupación" ante las condiciones en las que sus familiares van a hacer su trabajo. Lo que pretende, insistió, es "que tengamos en casa la tranquilidad de que los medios están cuando salen de casa".
"Creemos que es muy desconocido el trabajo que realizan en la calle. No se sabe realmente la inseguridad que puede haber en zonas muy cercanas", apuntó también Freire en la presentación. "Es importante que eso se sepa, contar historias del trabajo que hacen. Hay personas en nuestros grupos que han perdido a familiares mientras realizaban su trabajo y no han tenido apoyo nunca. Y esta es la primera vez que un grupo tan grande de mujeres y de familiares de miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se unen juntos. Luchamos por nuestras familias, por las personas que tenemos al lado".
El colectivo insistió también durante el acto de presentación que la preocupación existente en las familias por la falta de medios es muy anterior a la tragedia de Barbate, que ha sido un punto de inflexión. Antes, aseguraron, "había miedo por las represalias". "Esto nunca se había conseguido, el miedo se ha perdido".
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