El flamenco demanda "discriminación positiva" para llegar más lejos
Desayuno de redacción | San Fernando y el flamenco: Patrimonio cultural y motor económico
Camarón habría cumplido hoy 72 años. Coincidiendo con este aniversario, Diario de Cádiz, en colaboración con el Ayuntamiento de San Fernando, reúne a expertos e implicados en la apuesta isleña por el flamenco para hablar del papel que está asumiendo en el desarrollo de las ciudades y de los retos que tiene por delante
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San Fernando/La Isla vive desde hace unos años un verdadero idilio con el flamenco, que se ha convertido en una decidida apuesta tanto desde lo público –el Ayuntamiento– como desde el ámbito privado: los promotores de conciertos y festivales, las productoras especializadas... La apertura del Museo Camarón en 2021 ha materializado esa apuesta por el flamenco con la que la ciudad está abriéndose camino y creándose una marca y que, como no podía ser de otra forma, se personaliza en el gancho que brinda la figura universal de Camarón.
Coincidiendo con el aniversario de su nacimiento –hoy 5 de diciembre el cantaor hubiese cumplido 72 años– Grupo Joly y Diario de Cádiz, en colaboración con el Ayuntamiento de San Fernando, han reunido en un desayuno de redacción a los principales artífices de este impulso que se ha dado al flamenco en La Isla y a algunos de los mejores expertos de la provincia para hablar del potencial del flamenco y de sus posibilidades, tanto para proyectar una identidad cultural como para convertirse en un verdadero motor económico, un elemento dinamizador de las ciudades y un recurso turístico que sea a la vez fuente de empleo y riqueza.
En eso, desde luego, coinciden todos los participantes de este desayuno de redacción que se celebró en las instalaciones del Centro de Interpretación dedicado a Camarón de La Isla: la alcaldesa de San Fernando, Patricia Cavada; la periodista de Diario de Cádiz Tamara García, especializada en temas culturales y en flamenco; Francisco Perujo, coordinador del máster de Investigación y Análisis del Flamenco de la Universidad de Cádiz (UCA); Nicolás Sosa, presidente de la Federación Provincial de Peñas Flamencas de Cádiz; Omar Osuna, promotor del festival Bahía Sound; Javier Fernández 'Chico', impulsor de La Isla Ciudad Flamenca; y José Carlos Conde, gerente de Womack Studios y responsable de la musealización del Museo Camarón.
La cuestión es cómo se llega a aprovechar ese potencial del flamenco como recurso. Y aunque La Isla es un ejemplo de éxito, en el debate suscitado en el desayuno surge enseguida la cuestión del papel que en todo esto debe tener lo público –las administraciones– en línea con la Ley del Flamenco que la Junta de Andalucía está tramitando ahora.
Este arte, desde el punto de vista de su preservación como patrimonio propio andaluz pero también ante las posibilidades que concentra como industria cultural, se considera que debe contar con una protección especial de los gobiernos: el central, pero sobre todo el andaluz, algo en lo que coincide la mayoría de los participantes. "Es el único elemento del patrimonio cultural andaluz con una referencia específica y concreta en el articulado del Estatuto de Autonomía", apunta Perujo para cimentar esta reclamación. "Corresponde a la Comunidad Autónoma la competencia exclusiva en materia de conocimiento, conservación, investigación, formación, promoción y difusión del flamenco (...)", recoge el Estatuto.
Eso hace que se reclamen mejoras en el texto que se tramita, como la inclusión de un estatus especial para las peñas, que menciona Sosa; o la idea de "discriminación positiva", que alude el coordinador del Máster de Flamenco de la UCA, que hace suya el representante de las peñas, pero también el promotor Omar Osuna o el productor José Carlos Conde. "El flamenco ha estado en un déficit tan grande durante muchos años que quizás tendríamos que encuadrarnos en ese concepto", defiende Sosa. "Es curioso que el cine tenga exenciones de IVA, de retenciones, y el flamenco no tenga la misma consideración. En Canarias hay exención de IVA completo y crédito fiscal del 54% si produces cine y 0 si produces flamenco", compara Conde. "Debería existir una situación de políticas fiscales que no sea onerosa con el flamenco", tercia Perujo.
Esa diferencia también se percibe en los festivales de música, advierte Osuna, que menciona las subvenciones o patrocinios de estas citas del Gobierno catalán que obligan a la incorporación de artistas de la tierra que canten en su lengua. Igual ocurre en Galicia. "En Andalucía lo hacemos de motu proprio. Nadie nos obliga a meter flamenco. Ahí se está perdiendo la oportunidad. Y esto no es tener más o menos presupuesto, eso es tener un camino", explica.
La alcaldesa isleña arroja, sin embargo, una lanza a favor de los avances que ha tenido el flamenco, con una regulación que ha permitido hacer desaparecer al menos una parte de la economía sumergida y darle dignidad a los artistas y otros agentes implicados, pero también en la visión que se tiene de esta expresión artística como "seña de identidad nacional para el conjunto del país".
No en vano, una encuesta realizada hace unos años por el Instituto Elcano, a través del Instituto Cervantes, arrojaba dos imágenes culturales de España en el mundo: los toros, cuya percepción era negativa; y el flamenco, del que destacaban "el torrencial de emociones al que es sometida una persona", hace referencia Francisco Perujo. "La marca cultural de España en el mundo es el flamenco", añade. Cavada defiende igualmente la difusión que se le ha dado al flamenco como herramienta económica dinamizadora.
Eso sí, al igual que San Fernando ha puesto en práctica una estrategia también se pide lo mismo al gobierno andaluz, dado que resulta fundamental y necesario el papel de la administración, "favorecedor" en palabras de la regidora de La Isla, "de acompañamiento", según otros invitados, de la iniciativa privada. "Desde el Ayuntamiento se favorece que exista esa industria, que se generen actividades culturales y que existan empresas que encuentren facilidades para estar asentadas en nuestra ciudad", resalta Cavada, que añade: "Desde lo público hay que aportar en infraestructuras, en equipamiento cultural, en la estructuración turística". También en patrocinio.
Chico Fernández señala en un plano más general al Instituto Andaluz del Flamenco como el responsable de "resolver el sistema". Todo, claro, sin olvidar la necesidad de que la estrategia de futuro que se reclama al gobierno andaluz venga acompañada de presupuesto.
Transversalidad o reivindicar cultura
Esa necesidad de recursos, de dotación de presupuestos, genera un debate sobre cómo debe articularse. Francisco Perujo defiende la transversaridad, que impregne todas las áreas y salga del apartado de Cultura. "El flamenco lo tiene que empapar todo, Educación, Industria", menciona. Una idea en la que está de acuerdo Nicolás Sosa que apunta también a lo Social con un ejemplo: la obra Al compás de la memoria, "una obra cuyo contenido y metodología están orientados hacia las personas que sufren Alzheimer, con resultados de enfermos que se han expresado después de mucho tiempo sin hablar", explica. Por eso, ha planteado a Diputación Provincial, cuyo acuerdo con la Federación permite este tipo de iniciativas, que se tenga en cuenta como algo transversal. Un motivo refuerza este planteamiento: la endeblez, o la escasez, que suelen tener las partidas que las administraciones destinan al apartado cultural. "El presupuesto del Instituto Andaluz del Flamenco mantiene congelado lo que recibe el tejido asociativo entre 5 y 6 años", argumenta.
La alcaldesa isleña defiende, sin embargo, que se reivindique que es Cultura. "En San Fernando me esmero en explicarlo, porque muchas veces la demagogia de la política hace que se critique de manera burda el incremento de presupuesto cuando la inversión está vinculada a las fiestas y a la cultura", expone.
"Nosotros somos tan conscientes de que la cultura y los eventos que tiene que ver con las tradiciones y las fiestas –que se promueva la Semana Santa de una manera especial o el Carnaval como expresión cultural– son importantes y los presupuestos se incrementan para acompañar", insiste. Ahí están los patrocinios de los grandes eventos musicales, la programación del Teatro de Las Cortes –pequeño y por tanto obligado a sufragar desde lo público las actuaciones– o, en el plano más flamenco, la incorporación de iniciativas a lo largo de este año por el 30 aniversario del fallecimiento de Camarón en distintas propuestas.
Se refiere Cavada a las exposiciones que los ciudadanos han podido visitar, una en la plaza Juan Vargas y otra en el interior del Museo del fotógrafo Kiki, el mural de Juan Carlos Toro con la imagen de José Monje, la inclusión de la figura del cantaor y su vinculación con Federico García Lorca en la Feria del Libro, a través de la participación de Ian Gibson. O también el apoyo al festival veraniego La Isla Ciudad Flamenca.
"La idea es que vayamos enlazando todo lo que sea una oportunidad para precisamente dinamizar y enriquecer y eso requiere presupuesto. Hay que intentar eliminar del imaginario común el hecho de que si el presupuesto va destinado a Cultura es para el jolgorio… No, precisamente es para generar riqueza y empleo. Tenemos que hacer esa campaña de concienciación", abunda.
Ese concepto de que el flamenco se infiltra en otras áreas –los ejemplos de recitales flamencos por el Día Internacional del Flamenco o la obra Los colores del flamenco para el alumnado en las peñas– también puede extenderse a otras tradiciones y fiestas, "y las eleva", considera Sosa. La saeta hace que la Semana Santa sea distinta. "El que venga y tenga la suerte de ver una imagen con un saetero o saetera interpretando una saeta hace que no tenga nada que ver con otra Semana Santa. Es otra experiencia", plantea.
Y el flamenco -insiste- distingue a la feria. "En la Feria del Caballo, la caseta de mi peña de La Buena Gente fue premiada con el primer puesto. La primera vez que una peña lo ha logrado. La gente de fuera viene a escuchar flamenco, que es nuestra identidad, no reguetón", añade. A eso se suma el boom de las zambombas que se lo ha dado el flamenco, "cuando los villancicos han empezado en los ritmos de la bulería, cuando se han metido en los fines de fiesta. La zambomba era una antes y es una totalmente distinta ahora", aclara.
Es la visión del flamenco como "varita mágica" que engrandece lo que toca. "Dices: Esto es fiestas. Pero hay fiestas como las tradicionales donde el flamenco consigue que se eleve", sentencia.
Un "estatus especial" para las peñas flamencas
"En las peñas se ve el flamenco de manera diferente. Lo que se vive es un atractivo único". Nicolás Sosa, presidente de la Federación de Peñas Flamencas de la provincia de Cádiz, defiende las peculiaridades que aportan estas entidades, donde la convivencia ha conseguido la consagración del flamenco, desde un origen en el que vivían de puertas hacia dentro para preservar la pureza hasta la apertura al extraño. Ya sea su conexión con el vino y la gastronomía, ya sea la cercanía con el artista –con asistentes que incluso se acercan a los camerinos–, por la intimidad que sus sedes ofrecen y la participación incluso desde el público en algunas ocasiones.
Por eso, reclama un estatus especial para las peñas en la Ley del Flamenco que se tramita en Andalucía. Por el momento, advierte, el texto no recoge ninguna disposición al respecto, lo que puede desembocar en problemas para las entidades. Si se les aplica la Ley de Espectáculos de Andalucía los locales deberán acondicionarse –como las obras de accesibilidad–, algo que resultará inviable para muchas, pronostica. "Ya tenemos problemas para afrontar los gastos corrientes, mantener las sedes y sacar una programación artística", describe como punto de partida.
Para cumplir con la normativa sería necesario, en ese caso, que la Junta pusiera en marcha un plan de inversiones en las peñas para que adecúen sus sedes. "Porque faltan recursos", deja claro Sosa. El coordinador del Máster de Flamenco de la UCA, Francisco Perujo, plantea la opción de que las peñas consigan la catalogación como Bien de Interés Cultural (BIC) y de esta forma lograr una consideración diferente de la que beneficiarse.
Flamenco en la escuela para un público de futuro
¿Cómo es posible que un escolar andaluz salga del sistema educativo sin haber dado ni una hora de flamenco en clase, dentro del currículum? Francisco Perujo, coordinador del Máster de Investigación y Análisis del Flamenco de la Universidad de Cádiz, repite una y otra vez esa pregunta, más bien una reflexión clave, porque "no se puede amar lo que se desconoce".
Se trata de acercar el flamenco a las nuevas generaciones para despertar su interés y crear un público de futuro. Este arte, expone, no tiene problema de producto -hay muchos y buenos artistas- sino de público, "el que viene", "y el que está", en el que encuadra precisamente la importancia del acercamiento de los más jóvenes. "Es sorprendente, aberrante, que salgan del sistema educativo y no tengan ni una hora dedicada al conocimiento del flamenco", se queja Perujo. "Hace falta promover su conocimiento", insiste.
Este suele llegar con actividades extracurriculares, como la obra Los colores del flamenco, una cita en las peñas organizada por la Federación de Peñas Flamencas de la provincia de Cádiz, para dar a conocer a estos jóvenes este arte. "Los colegios vienen y el alumnado empieza a conocer el flamenco y a identificar los palos con colores y con emociones", explica su presidente, Nicolás Sosa. El productor Omar Osuna también siguió este camino en sus inicios con la obra Flamenquita, la niña que perdió el compás. El relevo intergeneracional también es necesario en el propio arte. Curiosamente, en San Fernando, la ciudad de Camarón, apunta Chico Fernández, de Flamenco La Isla, "la cantera saca ahora buenos bailaores, de las academias, pero no cantaores".
Un museo marcado por el elemento tecnológico
Dar forma al contenido del Museo Camarón, su museografía, supuso una aventura y un gran reto para su responsable, el productor José Carlos Conde. "Trabajar sobre una persona llamada José Monje, Camarón de La Isla, fue difícil. Me ocurrió lo mismo al hacerlo sobre Curro Romero", admite. En el caso del artista isleño debían saber hablar de flamenco, y para ello fue necesario rodearse de expertos en la materia. "Nosotros sabemos ejecutarlo", precisa. De esa puesta en escena en el Museo Camarón destaca la importancia de la innovación. "Intentamos que el museo fuera muy tecnológico. Creemos en eso: en museos dinámicos, no estáticos. Colgar guitarras en la pared o poner algo en vitrinas está bien, pero alrededor deben existir elementos que lo hagan más interactivo y participativo", expone. Es el camino para llegar al público joven, nativo de la tecnología. Su apuesta de acercar el flamenco de esta manera, desde la innovación, contrasta con otros espacios expositivos actuales centrados solo en los elementos materiales. "Es un fallo", insiste con una visión en la que estaba de acuerdo el Ayuntamiento desde el primer momento. "Por supuesto que debíamos tener objetos fetiche [ahí están las camisas, las guitarras, el mercedes], pero contamos con vídeos y cintas [que se proyectan en pantallas y se escuchan durante las visitas], y otras que tenemos reservadas porque este debe ser un espacio innovador, que debe ir cambiando y creciendo", defiende la alcaldesa, Patricia Cavada. No fue fácil hacerlo realidad en plena pandemia, con la museografía ya montada y la necesidad de hacer las pruebas audiovisuales, recuerda.
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