La hermandad de la Resurrección celebra la Pascua al modo más cofrade en San Fernando

San Fernando/Suena Rocío, la clásica marcha de Ruiz Vidriet. Y, pasado el mediodía, el solo de flautín interpretado por la Banda Sinfónica de San Fernando proclama como un himno frente al Ayuntamiento -en pleno centro de La Isla- la gloria de la Pascua y los 50 días que quedan para Pentecostés mientras el Resucitado, portado por una cuadrilla de la asociación Jóvenes Cargadores Cofrades, da pasos atrás ante la tribuna principal de la Carrera Oficial para rematar la ejecución de una trepá perfecta.

La hermandad que en San Fernando se encarga de despedir la Semana Santa hace bien en recordar el mensaje, que aquí nada acaba. Es Pascua y, en realidad, todo acaba de empezar. Es como un memento mori a la inversa: recuerda que vas a vivir.

Es Domingo de Resurrección. Y el tiempo -con sol y mucho calor- acompaña como en ningún otro día de la Semana Santa cuando los hermanos de túnicas y capas blancas se adentran en la calle Isaac Peral buscando el Parque y los momentos finales de la Semana Santa. Con ellos, con este alegre cortejo, San Fernando cierra la Semana Santa desde hace casi dos décadas ya. El próximo año, de hecho, la corporación cumplirá su 20 aniversario fundacional ya. ¡Cómo pasa el tiempo!

La mañana más cofrade

La hermandad, que sale a la calle con ese paréntesis que en La Isla es el Sábado Santo sin procesiones, lleva desde entonces cumpliendo con eficacia la función que le encomienda la Semana Santa: la de ser el mejor broche de oro posible para estos días de cofradías en la calle. También en esta soleada y calurosa mañana en la que muchos isleños se han echado a la calle para disfrutar de un Domingo de Pascua que es pura primavera.

La cofradía se ha puesto en marcha a las diez de la mañana desde la parroquia de San José Artesano, todavía cuando La Isla se estaba despertando. El Cargador Distinguido y el Embajador de la Carga Isleña, Enrique Fernández y Francisco Ruiz Brenes, se han encargado de abrir las puertas de templo. Se trata de distinciones promovidas por la propia hermandad, que desde sus orígenes se esfuerza por mantener vivo ese vínculo histórico con el mundo de la carga.

De hecho, detrás del paso del Cristo, como siempre, se ha visto a la gente del mundo de la carga haciendo honor al que históricamente es su patrón oficioso. Y dentro de él, las habituales representaciones, entre ellas, la del pregonero, Jesús Posada.

Final y balance

El Resucitado ha vivido un gran momento en la Iglesia Mayor Parroquial con su estación de penitencia, antes de entrar en Carrera Oficial. Y pasadas ya tres menos cuarto de la tarde, tras un brillante recorrido por el interior del Parque, ese Cristo exangüe que es una de las últimas obras de Alfonso Berraquero ha enfilado de nuevo la rampa del templo echando el cierre definitivo a una Semana Santa -casi- plena y marcada en su segunda mitad por un fuerte viento de levante que nadie quería y que llevó incluso a que la hermandad del Rosario optara por suspender su salida en la jornada del Viernes Santo.

Ha sido también la Semana Santa de la nueva Carrera Oficial, que ha dado a San Fernando y a sus hermandades una nueva imagen y una nueva distribución del recorrido oficial por el centro y que ha suscitado además una amplia aceptación desde su estreno en la tarde del pasado Domingo de Ramos. Sin duda, el paso de las procesiones por este enclave ha ganado aunque, evidentemente, hay detalles que mejorar con vistas al próximo año.

Otra de las cuestiones de las que más se ha hablado esta Semana Santa en La Isla -aparte del Levante- ha sido la primera salida de Coronación de Espinas que hizo en esa tarde de vísperas que es el Viernes de Dolores y como una asociación completamente laica toda vez que se malograran los intentos de convertirse en una agrupación parroquial como paso previo a la constitución de una hermandad en la iglesia de San Marcos.

La expectación causada por esta primera salida ha sido grande. Y también los comentarios que ha suscitado la impresionante talla de Manuel Martín Nieto a su paso por las calles de la ciudad. Urge reconducir el devenir de la entidad, que ha llegado a un punto en el que no puede seguir su camino como algo ajeno a las cofradías.

Si el año pasado primó ante todo el reencuentro con la ciudad tras los dos años de forzada ausencia que ha provocado la pandemia, esta Semana Santa que acaba de terminar puede decirse que ha sido la del regreso de la normalidad cofrade a las calles en la era post covid, en el que las cofradías han empezado también a recuperar músculo. La lástima ha sido el fuerte viento que ha marcado a varias de sus jornadas clave.