José Mari, el vecino de San Fernando con obesidad mórbida, baja a los 200 kilos tras 5 meses en el hospital: "Soy un hombre nuevo"
Su vida, reconoce, ha cambiado por completo, aunque todavía no ha conseguido levantarse de la cama
José Mari sale de su prisión: complicada maniobra para trasladar al hospital al hombre con 300 kilos
San Fernando/Ha sido, sin duda, el protagonista de una de las noticias del año. Prácticamente no ha habido periódico o televisión que no se hiciera eco de su caso. José Mari, vecino de San Fernando, pesaba más de 300 kilos y llevaba tres meses sin poder levantarse de la cama cuando en la pasada primavera lanzó una llamada de auxilio. Vivía solo y tampoco contaba con apoyo familiar, así que tenía que conformarse con las horas que, como persona dependiente, tenía asignadas del servicio de ayuda a domicilio. Además, su precario estado de salud se agravaba con la elefantiasis que padece en una pierna.
Dado su estado, tres meses después -el 18 de julio- se organizó su traslado al hospital Puerta del Mar con la ayuda de los bomberos, que tuvieron que diseñar y poner en práctica un operativo sin precedentes para poder sacar a José Mari de su domicilio a través del balcón -tras preparar una estructura previa- y con la ayuda de la autoescala. Por entonces, hacía un año que no salía a la calle. La noticia tuvo una repercusión enorme.
Ahora, José Mari se dispone a cumplir 5 meses ingresado en el hospital, donde ha conseguido perder unos 50 kilos. Llegó con 247 kilos -ya había perdido peso al haber empezado a controlar su dieta con la ayuda de voluntarios- y ahora se calcula que está en torno a los 200.
La cifra exacta no se sabe -explica- porque la báscula de la cama especial para personas con obesidad mórbida que le ha habilitado el SAS se ha estropeado, pero por la estimación de los especialistas que tratan su caso se apunta a este peso e incluso -dice- puede ser que incluso haya conseguido bajar ya de la barrera de los 200 kilos.
"No tengo nada que ver con esa persona que los bomberos sacaron por el balcón"
"Soy un hombre nuevo, no tengo nada que ver con esa persona a la que en julio tuvieron que sacar los bomberos por el balcón de la casa", afirma José Mari, que cada día ve más cerca la posibilidad de someterse a la esperada cirugía que precisa para perder peso. Muestra además con orgullo la diferencia en dos fotografías en las que se aprecia un notable cambio físico y su mejor estado de salud.
Para entrar en quirófano tiene todavía que bajar más de peso, al menos hasta los 180 kilos. También lo necesita para hacerse un TAC, prueba que en su caso resulta imprescindible antes de que pueda operarse. Pero su situación -afirma- ha cambiado radicalmente con el traslado al hospital. "En casa no habría podido seguir así", asegura convencido.
Eso sí, todavía no ha conseguido levantarse de la cama: "Llevo casi un año ya sin hacerlo", admite. Por ahora los especialistas que lo tratan se lo desaconsejan. Pero ha ganado en movilidad y se incorpora y se da la vuelta en la cama sin ayuda.
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