José Mari, el vecino de San Fernando con obesidad mórbida: "He perdido 103 kilos"
Tras su ingreso en el hospital Puerta del Mar ha podido conocer su peso exacto -247 kilos- gracias a una cama especial que actúa como báscula
En los últimos meses ha empezado a perder peso al empezar a controlar su dieta con ayuda de voluntarios
José Mari sale de su prisión: complicada maniobra para trasladar al hospital al hombre con 300 kilos
San Fernando/El ingreso en el hospital universitario Puerta del Mar de José María Fernández, el vecino de San Fernando con obesidad mórbida que llevaba 6 meses sin poder levantarse de la cama y más de un año sin salir de su casa, ha permitido conocer su peso exacto gracias a la cama que el SAS ha habilitado expresamente para él, que está especialmente preparada para personas con obesidad mórbida y que actúa a su vez como báscula.
Precisamente, uno de los problemas con los que se encontraba el caso de José Mari era que resultaba imposible conocer con detalle su peso dado que, al haber perdido la movilidad, no había modo de calcularlo. Solo se habían hecho estimaciones en los últimos meses. Y la última vez que pasó por una báscula -en 2023- superaba los 290 kilos. Así que se calculaba que había superado de largo los 300 kilos. Incluso se apuntaba que podría haber llegado a los 350.
Eso sí, en los últimos meses José Mari ha conseguido perder peso y mejorar su estado de salud y su movilidad con la ayuda de voluntarios que desinteresadamente se han acercado para ayudarle tras el SOS que lanzó a través de los medios al tocar fondo. Entre ellos, el empresario Eugenio Belgrano y el nutricionista y preparador físico gaditano Jesús Sánchez Marín. De hecho, ha conseguido incluso levantarse de la cama con ayuda, algo que hace tan solo unas semanas consideraba imposible. Y su estado de salud, como él mismo reconocía este jueves al hablar con este periódico, había mejorado. También su ánimo y sus ganas para salir adelante. Calculaba que había perdido unos 50 kilos desde que se había puesto a controlar la dieta.
De ahí la sorpresa que este jueves -tras la complicada maniobra para evacuarlo de su domicilio con la ayuda de los bomberos- se llevó cuando pudo conocer su peso real gracias a esta cama-báscula: un total de 247 kilos, "lo que supone que he perdido 103 kilos", afirmaba ilusionado desde el hospital, en cuya quinta planta ha quedado ingresado, al tomar como referencia esos 350 kilos que se calcula que ha llegado a tener en su peor momento.
De su caso se ha hecho cargo un equipo multidisciplinar que comprende los servicios de Cirugía General, Digestivo, Endocrinología y Nutrición, Salud Mental y Medicina Interna.
Además, se ha adaptado una habitación del hospital que reunía las condiciones de amplitud para acoger a un paciente de estas características.
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