La lluvia deja a medias el Lunes Santo en San Fernando: complicada jornada de adelantos, recortes y apresurados regresos al templo
Las adversas previsiones llevaron a un adelanto horario pero el segundo día de la Semana Santa isleña no consiguió escapar de los apresurados regresos al templo en torno a las diez de la noche
Las imágenes de la hermandad de Medinaceli en la Semana Santa de San Fernando 2025
Las imágenes de la hermandad del Ecce Homo en la Semana Santa de San Fernando 2025
Las imágenes de la procesión de Afligidos de San Fernando en el Lunes Santo de la Semana Santa 2025

San Fernando/La amenaza de lluvia pesó en San Fernando sobre la jornada del Lunes Santo desde la mañana. A primeras horas de la tarde llevó ya a las hermandades del día a pactar con el Consejo un adelanto de media hora para todas las salidas, al que Ecce Homo y Medinaceli sumaron también recorridos alternativos más cortos para su camino de regreso a los templos con la intención de sortear las adversas previsiones meteorológicas que se esperaban a la noche.
Era el Plan B que se puso sobre la mesa. Pero todavía quedaba un Plan C en el caso de que la cosa se complicara. Y así fue. Ya en la calle, tras hacer su estación de penitencia en la capilla de los Desamparados, Medinaceli optó por volver a recortar su itinerario aprovechando su céntrica ubicación. Antes de las diez de la noche la cruz de guía estaba ya de vuelta en la Iglesia Mayor.
Y lo mismo hizo también Ecce Homo, que tras bajar por la calle Colón acortó por Marconi para regresar a la Pastora prescindiendo de la calle más especial de su recorrido: la que lleva el nombre de Alfonso Berraquero. De hecho, justo en esos complicados momentos llegó a chispear un poco, aunque afortunadamente paró enseguida. A esas horas también estaban entrando ya en el Cristo los hermanos de Afligidos, tal y como tenían previsto. Tan solo unos minutos más tarde, la lluvia volvería a hacer acto de presencia cuando el palio de la Salud estaba ya entrando en la Pastora.
Un 'mini Lunes Santo' de poco más de cuatro horas
Así que la amenaza de lluvia recortó varias horas al gran Lunes isleño, complicó bastante la jornada y añadió una sobredosis de estrés –esa vieja conocida de los cofrades isleños– que nadie quería para una Semana Santa recién iniciada y muy esperada, precisamente a causa del agua. Cierto que ayer las tres hermandades pudieron echarse a la calle pero la jornada no estuvo exenta una vez más de recortes y apresurados regresos al templo. Fue otro de esos Lunes truncado por mor del mal tiempo. Un 'mini Lunes Santo' de poco más de cuatro horas de duración.
Y eso que este día tan señalado es seguro el único lunes que despierta simpatías a lo largo del año. Pero qué le vamos a hacer, ese Lunes que se escribe con mayúsculas llegó en esta ocasión bajo la amenaza de la lluvia que tanto se lleva anunciando desde hace días. Que amaneciera además con un cielo completamente nublado hizo incluso más real el peligro y despertó a La Isla de ese sueño que había sido el glorioso Domingo de Ramos, que había despedido con las candelerías encendidas. ¡Hay que ver lo rápido que uno se olvida de las previsiones cuando todo sale de lujo!
Este Lunes Santo, sin embargo, hubo que esperar hasta pasado el mediodía para ver un poquito de sol. Aunque eso fue lo de menos, lo peor se esperaba a la noche. O eso decía la Aemet con sus probabilidades y pronósticos. El caso es que las cofradías optaron inteligentemente por la prudencia y desde por la mañana, de la mano del Consejo, activaron el Plan B para minimizar los riesgos de sus salidas procesionales, lo que en este caso pasaba por un adelanto horario conjunto. Es decir, de toda la jornada a la vez.
Puede que me equivoque, pero no recuerdo que esto de adelantar las tres salidas se haya hecho antes en La Isla. Así que las tres cofradías –Afligidos, Ecce Homo y Medinaceli– pactaron ponerse en la calle media hora antes para aprovechar mejor ese tramo horario con menor probabilidad de lluvia. Además, la hermandad pastoreña y la del Cautivo y Rescatado anunciaron ya a primera hora de la tarde un recorrido alternativo, más corto, para regresar al templo antes de lo previsto y sortear esas previsiones de lluvia que tanto pesaron en esta jornada. Luego, tras pasar por Carrera Oficial, volverían a recortar ese itinerario alternativo para apresurar su regreso a la iglesia.
En esta tesitura, claro está, estuvo muy presente ese Lunes Santo del año pasado, que contra todo pronóstico resultó ser la única jornada que salió invicta –es decir, en la que lograron procesionar todas las hermandades del día– en esa agotadora batalla contra la lluvia que duró toda la Semana Santa y que pasó una gran factura emocional a todo cofrade. También entonces las tres cofradías llegaron a un acuerdo para salvar la jornada, aunque en esta otra ocasión la cosa pasaba por retrasar sus respectivas salidas, que suele ser lo más habitual.
Pocos momentos pero muy cofrades
Aunque todos estos cambios impuestos por la amenaza de lluvia no impidieron que La Isla volviera a engancharse a su Semana Santa de la mano de las tres hermandades del día y que apuraran esos pocos momentos cofrades que deparó la tarde desde que la cruz de guía de los Estudiantes se plantara en la plaza Madre Teresa de Calculta a las seis menos veinte de la tarde, que así fue como empezó todo.
Fueron eso, poco más de cuatro horas de hermandades en la calle antes de que comenzaran las apresuradas recogidas, si bien hay que reconocer que la terna cofrade de la jornada mantuvo el tipo en esta complicada tarde sin quitar un ojo de un cielo por el que se veían pasar rápidamente las nubes mientras soplaba el poniente y bajaban las temperaturas. Nada que ver, desde luego, con la calurosa tarde anterior. Y el ambiente en el centro fue también mucho más frío.
Afligidos puso en marcha su cortejo con suma presteza imprimiendo bastante agilidad al inicio adelantado de esta jornada. En apenas unos minutos todo el cuerpo de nazarenos, con esa estampa tan clásica que ofrecen con el cirio en alto y la cola recogida en el brazo, se había desplegado y el misterio salvaba la estrechez de la puerta del templo para avanzar por la plaza Madre Teresa de Calcuta. La puesta en escena que una vez más brindó esta cofradía del barrio del Cristo al entrar en la calle Ancha después de salir del Santo Cristo fue toda una definición de la Semana Santa –y hablamos aquí de contenido y de continente– en una jornada que se vivió con esa ansiedad que impone siempre la inestabilidad meteorológica y saber que todo se puede complicar en un visto y no visto.
Apenas unos minutos de diferencia mediaron entre esos momentos y la salida de la hermandad del Ecce Homo de la iglesia de la Divina Pastora. El misterio, que es uno de los que más tirón tiene en toda la Semana Santa isleña, no tardó en arrancar los aplausos en la plazoleta a los sones de la agrupación musical Virgen de la Oliva, de Vejer, que volvió a acompañar a la cofradía del día que más 'pellizco' consigue arrancar entre el público. El numeroso público que se congregó en esos momentos iniciales de la salida procesional dio sobrada cuenta de ello.
n paralelo, la hermandad de Medinaceli se puso también en marcha desde la Iglesia Mayor a las seis y media de la tarde para, acto seguido, abrir la jornada en la Carrera Oficial, por la que el paso de Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado procesionó con elegancia y solemnidad a los sones de la banda de cornetas de la Columna de Daimiel (Ciudad Real) que acompaña a este paso desde hace ya varios años. La hermandad, a buen ritmo, se encaminó hacia la Alameda tras dejar atrás los palcos para luego buscar su estación de penitencia en la capilla de los Desamparados.
Y tras Medinaceli, por la Carrera Oficial pasarían también a continuación Afligidos y Ecce Homo. A las nueve y cuarto de la noche, el palio de la Salud enfilaba la cuesta de Isaac Peral dejando atrás los palcos. Llegada la noche, todas las hermandades intentaban ya acercarse lo más rápido posible a sus templos por si la temida lluvia hacía acto de presencia. Medinaceli, de hecho, optó por recortar nuevamente su itinerario por la calle Capataz Nicolás Carrillo para recogerse del tirón aprovechando su céntrica ubicación. La cruz de guía entró en el templo antes de las diez de la noche.Y casi a la vez, Ecce Homo decidió también apurar aún más su regreso prescindiendo de la calle Escultor Alfonso Berraquero. Justo en ese momento llegó a chispear un poco, aunque cesó enseguida. El Lunes Santo concluía así precipitadamente en La Isla.
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