El náutico de Gallineras en San Fernando se replantea como "reto" de la arquitectura ecológica

La revisión del proyecto opta por un sistema constructivo de prefabricado de hormigón que permitirá reducir la huella de carbono

Hasta cuatro empresas rechazan hacerse con las obras del náutico de Gallineras

Cartel anunciador de la obra del edificio náutico de Gallineras, colocado a la entrada del recinto del muelle.
Cartel anunciador de la obra del edificio náutico de Gallineras, colocado a la entrada del recinto del muelle. / D.C.
Arturo Rivera Barrera

02 de octubre 2022 - 06:00

San Fernando/El proyecto, aunque inicialmente consiguió despertar el interés de un nutrido grupo de empresas, quedó desierto al dispararse los costes de la obra en el contexto actual de una creciente inflación.

El presupuesto de partida –algo más de un millón de euros– se quedaba corto. Así que, una tras otra, las constructoras que habían presentado sus ofertas al Ayuntamiento isleño fueron renunciando tras un proceso de licitación que se había prolongado durante más de un año.

Y la actuación –incluida en la EDUSI, los fondos europeos de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado– quedó en el aire. Ahora el gobierno municipal trata de reconducir la situación para dar una nueva oportunidad al edificio náutico previsto en el entorno del muelle de Gallineras, que es además un viejo compromiso del ejecutivo.

El proyecto está siendo revisado por el equipo redactor que encabeza la arquitecta Elisa Valero Ramos, directora a su vez del grupo de investigación RNM 909 Vivienda eficiente y reciclaje urbano de la Universidad de Granada. De lo que se trata es de hacer viable su ejecución –la construcción del edificio náutico que está previsto en Gallineras– sin que ese presupuesto que ronda el millón de euros varíe demasiado y puedan volver a licitarse las obras sin riesgo a que vuelvan a quedar desiertas.

Las obras quedaron desiertas al dispararse los costes en el actual contexto inflacionista

¿Y cómo se hace eso? Pues optando por un sistema constructivo de prefabricado de hormigón con fibras alternativas, una fórmula innovadora que, más allá de aminorar los costes de ejecución, tiene la virtud de reducir la huella de carbono al optimizar el uso de los recursos minimizando el hormigón empleado y el tiempo de ejecución.

"Lo que hacemos es eliminar el acero en el hormigón, no en su totalidad pero sí todo lo que sea posible. Así evitamos también el problema de la corrosión, aumentamos la vida útil del hormigón y reducimos la cantidad de hormigón que se necesita en la obra", explica la arquitecta Elisa Valero.

El sistema ya se empleó con éxito en la construcción de los pabellones portuarios del puerto de Motril, un proyecto del mismo equipo redactor en el que por primera vez se utilizaron estos prefabricados y que consiguió quedar finalista en los premios FAD de Arquitectura e Interiorismo y en la XV Bienal de Arquitectura y Urbanismo Española en la categoría de investigación.

Muelle de Gallineras, en una imagen de archivo.
Muelle de Gallineras, en una imagen de archivo. / Julio González

"Es un reto importante", afirma la responsable del proyecto al referirse al proyecto previsto en La Isla, que ahora está siendo revisado para volver a ser licitado. Así que el hecho de que las obras hayan quedado desiertas han brindado sin embargo una oportunidad para replantearse el proyecto bajo un prisma mucho más innovador y sostenible.

De hecho, la arquitecta Elisa Valero habla del edificio náutico de Gallineras como de "un proyecto ejemplar" en el sentido de que supondrá "que arrancamos con una nueva forma de hacer las cosas", afirma al aludir a la responsabilidad del sector de la construcción en estos tiempos en los que la necesidad de reducir la huella de carbono y de cuidar el planeta se ha convertido en una imperiosa necesidad. El futuro equipamiento proyectado en San Fernando responde a ese compromiso.

"Va a ser un proyecto ejemplar, arrancamos con una nueva forma de hacer las cosas”, afirma la arquitecta Elisa Valero

"El planeta necesita una arquitectura amable, que sea atenta con los demás, con el lugar, con el planeta y con las futuras generaciones. Un arquitectura que se base en la economía de medios: no consumo más de los necesario para que otros no tengan menos de lo necesario. A lo mejor eso significa que mi arquitectura es más gris porque no pongo acabados, porque a lo mejor no los necesita. Pero si mi arquitectura es más gris es para que el planeta sea más verde", afirma la responsable del proyecto de Gallineras.

Será un edifico "pionero" en el empleo de este sistema constructivo que abre camino hacia la industrialización del sector de la construcción, explica la responsable del proyecto, que habla también de un nuevo diseño de forjados que se estudia implantar en en el edificio de Gallineras.

La revisión del proyecto está ya en su recta final y en breve se espera que pueda ser entregada al Ayuntamiento para continuar con los trámites.

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