Visto y Oído
Broncano
San Fernando/Hace prácticamente un año que el Ayuntamiento aguarda la puesta en marcha del nuevo contrato de los servicios de limpieza y recogida de residuos, pendiente desde hace meses de una resolución del Tribunal Administrativo de Recursos Contractuales.
El equipo de gobierno confía en que no quede mucho tiempo más de espera, aunque por el momento –lamenta el concejal de Presidencia, Conrado Rodríguez– no hay ninguna novedad con respecto al recurso que tras la adjudicación presentó una de las empresas interesadas en hacerse con este contrato millonario.
El proceso se eterniza y la puesta en marcha del nuevo contrato, que gobierno local confiaba en tener resuelta en los primeros compases del mandato, sigue siendo uno de los flecos sueltos heredados del anterior mandato.
La nueva plica –con 7,8 millones de euros anuales– aspira desde hace años a poner remedio a una de las principales y más persistentes quejas ciudadanas: la falta de limpieza de calles y barriadas, un problema que lastra además la imagen urbana de la ciudad.
De hecho, ha sido reiteradamente la respuesta que desde el equipo de gobierno se ha dado a las demandas ciudadanas que se le trasladaban en este sentido por parte de barriadas y particulares: la solución a las carencias que arrastra La Isla pasa necesariamente por la entrada en vigor del nuevo contrato, dotado de más presupuesto y de un importante paquete de mejoras que permitirá actualizar el servicio y ajustarse a las necesidades actuales de la ciudad. Entre estas mejoras se incluye, claro está, el aumento de las horas y jornadas de trabajo, que viene a ser una de las claves del nuevo contrato.
Pero por ahora todas esas esperadas mejoras permanecen también a la espera de que se resuelva el recurso presentado.
Fue, precisamente, en febrero de 2019 cuando el gobierno municipal anunció la propuesta de adjudicación de la mesa de contratación a la empresa Cespa –entre seis ofertas presentadas– tras un largo proceso administrativo previo que comenzó con la redacción de los nuevos pliegos de condiciones a comienzos del mandato.
De hecho, a principios del próximo mes de marzo se cumplirán también dos años de la licitación del contrato, que se tramitó apenas unos días antes de que entrara en vigor la nueva ley de contratación público.
La adjudicación definitiva, ciertamente, tuvo que sortear algunas dificultades en un tiempo récord, entre ellas la incertidumbre generada entre la plantilla, que defendía sus intereses para asegurarse un nuevo convenio colectivo en este periodo de transición y que amagó incluso con una posible huelga en Semana Santa.
También tuvo que sortear la voluble situación política que se respiraba apenas unos meses antes de las elecciones municipales y que llevó a Cs a recular y a retirar el apoyo a la adjudicación del contrato que inicialmente había anunciado.
Finalmente, se formalizó en el mes de abril. Fue la última decisión de peso que se adoptó en el anterior mandato. Apenas unas semanas después, en mayo, fue recurrida ante el Tribunal Administrativo de Recursos Contractuales, algo con lo que el equipo de gobierno contaba de antemano. Lo que no esperaba es que la resolución se demorara tanto en el tiempo. En el pasado verano estimaba contar con el dictamen en torno al mes de septiembre. Sin embargo, todavía no hay novedades.
Así que la puesta en marcha del nuevo contrato de los servicios de limpieza y de recogida de basura han pasado a convertirse en uno de los retos de 2020.
Curiosamente, entre las novedades del servicio se incluye la instalación y puesta a punto de la playa de cara a la temporada de verano para evitar tener que recurrir cada año a su licitación y ahorrar costes; algo que, sin embargo, este año se ha dado ya por descartado ya que este otro contrato se está tramitando siguiendo la fórmula de siempre.
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