Preocupación por las grietas de la piscina de La Magdalena en San Fernando

Trabajadores de las instalaciones municipales dan la voz de alarma tras el vallado de una zona la semana pasada

Hay un informe que advierte de posibles patologías y un estudio adjudicado

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Grietas en la piscina de La Magdalena, en San Fernando / Redaccion San Fernando

San Fernando/Trabajadores de la piscina municipal de La Magdalena, en San Fernando, han trasladado su creciente preocupación ante las importantes grietas que presenta el edificio, que cerró 2023 con unos datos de ocupación que llegaban a los 90.193 usuarios.

La situación no es nueva, pero según indican desde la plantilla, ha ido a más en las últimas semanas. Además, el vallado exterior de una zona de esas instalaciones municipales que se ha acometido hace unos días, supuestamente por motivos de seguridad, ha desatado también cierta alarma ya que no se ha informado ni a los trabajadores ni tampoco a los numerosos usuarios acerca de la existencia de un riesgo en potencia.

Ya en el pasado mes de agosto, desde el Ayuntamiento de San Fernando se adjudicó por un total de 11.979 euros un contrato para la inspección y estudio de diagnosis sobre patologías estructurales de la piscina cubierta de La Magdalena.

Esta medida se adoptaba después de que, a raíz de las denuncias formuladas por la formación política Plataforma 3R, se llevara a cabo una primera inspección técnica visual de las piscina por parte de la adjudicataria de los servicios de asesoría y asistencia técnica para proyectos y actuaciones de mejora en las instalaciones deportivas municipales (Técnica Gades SL), que informó de la posible existencia de importantes patologías en la estructura, por lo que se requería un estudio más pormenorizado (de ahí el contrato posterior).

Conforme al primer informe presentado acerca de la situación de la piscina municipal, "el ambiente con presencia de cloro ha provocado lesiones de tipo químico con daños en la integridad de la masa del hormigón y la corrosión de las armaduras de algunos pilares".

Un primer informe del estado del edificio y un estudio adjudicado

Las lesiones -explicaba- se inician con los desprendimientos del hormigón y la rotura de la capa pasiva de óxido que protege el metal. Así, se señalaba que "las armaduras han podido sufrir una pérdida de sección superior al 20% comprometiendo a la seguridad estructural del edificio".

Dicha inspección constantó también que "en la planta sótano, tanto en la estructura del vaso de la piscina como en el forjado de planta baja, se detectan las mismas patologías estructurales, la rotura del hormigón y corrosión del armado con pérdidas de sección considerables".

Del mismo modo, señalaba que "el forjado de planta baja presenta numerosas filtraciones constantes en el tiempo dando lugar a la aparición de estalactitas por lo que se presupone un goteo lento y continuado en el tiempo para la formación de las mismas".

Además, concluía, "el edificio se implanta en un entorno alto en cloruros y esto se manifiesta en los voladizos exteriores donde se aprecia la carbonatación del hormigón y la corrosión y pérdida de sección de la armadura". "Nos encontramos ante una estructura castigada por lesiones en su gran mayoría de tipo químico, es decir, carbonataciones, corrosión, etc. Este tipo de lesión es de carácter progresivo, requiriendo una rehabilitación de carácter urgente, evitando así el empeoramiento estructural del edificio", apuntaba.

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