Primeros pasos en los Polvorines de San Fernando

A pesar de su atractivo y del creciente interés que despierta entre los ciudadanos, este sendero oficioso de espectaculares vistas a la Bahía arrastra décadas de abandono y los restos de su prolongado uso militar

El Ayuntamiento isleño se dispone ahora a intervenir mientras proyecta el futuro parque periurbano que quiere desarrollar con fondos europeos

Los polvorines de Fadricas ya son de San Fernando: el Ayuntamiento compra por primera vez suelo a Defensa

Restos de concertinas en uno de los polvorines de Fadricas. El Ayuntamiento de San Fernando intervendrá ahora para retirar todos estos elementos / Julio González

San Fernando/El sendero oficioso de los polvorines de Fadricas une Caño Herrera con la playa de La Casería a través del antiguo recinto militar, en desuso desde 2001. Se extiende a lo largo de unos 170.000 metros cuadrados aunque la ruta a pie discurre en paralelo a la línea de costa durante aproximadamente unos dos kilómetros, desde el solar colindante al centro comercial Bahía Sur que se utiliza para las atracciones en la Feria hasta llegar a El Bartolo.

Muchos aprovechan también para continuar el camino hasta llegar el Cementerio de los Ingleses (Cementerio de San Carlos o de los Soldados) e, incluso, bordear os restos de la desaparecida Fábrica de San Carlos (FSC) hasta llegar al puente de Ureña para salir por la zona de La Clica. Una ruta que no forma parte de la red de senderos ni de ningún circuito oficial y que ni siquiera está mínimamente acondicionada pero que resulta habitual para muchos isleños en sus paseos y además discurre por paisajes espectaculares.  

Ese es precisamente uno de los dos grandes atractivos que encierra el conjunto de los polvorines: sus impresionantes vistas a la Bahía de Cádiz, que además –debido al prolongado uso militar de estos suelos– todavía son bastante desconocidas. El otro aliciente para adentrarse en este itinerario es el patrimonio que atesora: los 26 polvorines que se reparten por el camino –los más antiguos, de 1730; y los más modernos, de 1975– o el espigón de Punta Cantera perteneciente al denominado muelle desde el que se embarcaba la pólvora del Rey durante los siglos XVIII y XIX, las murallas que lo rodean, los restos de otro histórico embarcadero desde el que se proveía a las flotas de ultramar y también los del desaparecido Lazareto de Infante. Hasta hay un alfar romano del siglo I que todavía está pendiente de excavar, como relata con minuciosidad el investigador Miguel Ángel López Moreno en su libro La heredad de Fadrique y en su blog La web del Milano, desde el que se ha dedicado en los últimos 20 años a resaltar la enorme valía e importancia patrimonial del conjunto y a insistir en su recuperación y protección.

Por eso no es raro que los polvorines se hayan convertido en una de las rutas más frecuentadas con el paso de los años. Y eso que no es ni mucho menos un sendero oficial ni está debidamente acondicionado dado el uso militar que ha tenido durante siglos. De hecho, hace solo cuatro meses que este recinto pasó a ser municipal. El pasado 22 de abril, la alcaldesa, Patricia Cavada, firmó con la jefa de unidad del Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa (Invied), Nieves Cuesta, la escritura de compraventa de estos terrenos en una operación histórica: después de 30 años de negociaciones con el Ministerio a cuenta de la recuperación de suelo militar sin uso activo era la primera vez en la que el Ayuntamiento de San Fernando formalizaba la adquisición de suelos a esta administración, por los que pagó 428.631,47 euros.

Uno de los polvorines que se reparte por el recinto. Con los trabajos previstos por el Ayuntamiento de San Fernando se tapiarán para garantizar la seguridad de los ciudadanos accedan al recinto / Julio González

Ahora, claro, queda afrontar su puesta a punto de esos suelos para uso y disfrute de los isleños. En el Ayuntamiento, desde luego, tienen muy claro qué quiere hacer con los polvorines. Y, de hecho, llevan meses trabajando en este tema. Los planes pasan por transformar este espacio en un parque periurbano que se extienda por estos 170.000 metros cuadrados y que aproveche el entorno histórico de Punta Cantera y que además dé uso al menos a la mayoría de los polvorines. Será, además, uno de los proyectos con los que San Fernando optará a los fondos europeos de la ETI (Estrategia Territorial Integrada), la nueva EDUSI, para cuya convocatoria se prepara con la ayuda de una consultora especializada. 

El Constorio isleño, de hecho, dispone ya desde hace meses de la propuesta elaborada por el arquitecto y urbanista Manuel Ángel Fustegueras para dar forma a las líneas fundamentales de lo que se pretende que sea ese parque periurbano de los polvorines. A partir de ese planteamiento ha trabajado también la consultora ambiental que se ha contratado – la mercantil gaditana Ibermad Medio Ambiente y Desarrollo SL– para dar forma a ese anteproyecto que se presentará a la ETI y que supone una de las grandes apuestas del equipo de gobierno de cara al futuro. 

Los planes del ejecutivo pasan incluso por licitar próximamente la redacción del proyecto de este parque periurbano sin esperar a la convocatoria de los fondos europeos, con lo que ganaría tiempo al ir adelantando plazos. 

Restos de una alambrada sobre una de las chumberas que prolifera en el camino de los polvorines de Fadricas. / D.C.

Qué hacer a la espera del proyecto del parque periurbano

Pero aunque lo que se pretende de cara al futuro está bastante claro, otra cuestión muy diferente es qué hacer entretanto con los polvorines de Fadricas ahora que ya son de titularidad municipal. Porque a pesar de que se trata de una ruta cada vez más frecuentada por los isleños en sus paseos, el espacio –debido a su pasado militar y a los años de abandono e inactividad que acumula– no está debidamente acondicionado. Hay zonas de riesgo e, incluso, más allá de ese sendero oficioso que discurre en paralelo al litoral puede resultar inseguro para aquellos que se adentren sin la debida precaución. Y eso, claro, es un problema. 

Tanto es así que desde el Ayuntamiento, tras comprar los suelos, se llegó a pensar incluso en cerrar a cal y canto los polvorines mientras no se ejecuta ese proyecto del parque periurbano, que tardará como mínimo varios años. En realidad, la medida difícilmente hubiese evitado el acceso de la misma forma que tampoco se ha conseguido impedir en los últimos 20 años, en los que el recinto –a pesar de haber sido desafectado y de carecer de actividad– seguía en manos militares. Y menos aún con la gente acostumbrada a pasear por allí aún con los riesgos que ello entraña. Así que se descartó en favor de otra opción: dejarlos abiertos para que los ciudadanos puedan seguir haciendo uso de este espacio y conocer los polvorines pero intervenir en la zona para retirar los elementos más peligrosos –concertinas, alambres de espino– y advertir explícitamente con la debida señalización de los riesgos que entraña acceder al recinto y de que solo se permite el paseo o la práctica de deporte –nada por ahora de echar el día allí– y sin salirse del camino que bordea la costa.  

Estos trabajos han sido adjudicados recientemente a la empresa Martín Casillas por 46.000 euros y el plazo de ejecución es de un mes. Su puesta en marcha está pendiente de que se reciba la autorización de Medio Ambiente al tratarse de zona de Dominio Público Marítimo Terrestre

La intervención –explica el equipo de gobierno– consistirá en la instalación y restitución de un cerramiento tipo malla de simple torsión o similar sobre el murete existente antiguo en el perímetro colindante con el aparcamiento de Bahía Sur y la zona de Polígono Fadricas I (sobre un total de 320 metros), en la colocación de varios carteles informativos en el sentido anteriormente indicado y en la retirada de todas las concertinas de alambre de espino existentes en el recinto.

También se colocará una malla de seguridad de tipo obra sobre los pretiles o bordes existente s junto a la zona del acantilado cuando exista una altura de caída mínima de 2 metros. Y se procederá a tabicar los huecos de las puertas de los edificios y construcciones de los polvorines para evitar el acceso, preservar el inmueble y evitar el vandalismo. Previamente, además, se comprobará si es suficiente con cerrar las puertas por cuanto se encuentren en buen estado. 

El contrato tramitado por el Consistorio, de hecho, se justifica ante "la necesidad de garantizar la seguridad de las personas que pudieran transitar por el interior del recinto y evitar la ocupación y vandalización de estas edificaciones".

Previsiblemente, estos trabajos, con los que el Ayuntamiento en cierto modo tomará posesión de los polvorines, darán comienzo próximamente. Será una mínima adecuación del recinto a la espera de ese monumental proyecto del parque periurbano que se quiere financiar con los fondos europeos y para el que, necesariamente, habrá que esperar al menos varios años. Entretanto, sin embargo, los isleños podrán seguir dándose sus paseos por esta ruta de impresionantes vistas a la Bahía, que –eso sí– ya ha dejado de ser tierra de nadie para pasar a manos municipales. 

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