El tranvía regresa a la calle Real sin contar todavía con una ordenanza
La falta de apoyo político ha impedido al gobierno en minoría sacar adelante la normativa municipal
San Fernando/El tranvía volverá a la calle Real tras un largo silencio y 18 meses después de las últimas pruebas que se llevaron a cabo para testar sobre el terreno las primeras unidades fabricadas. Lo hará –previsiblemente– en la mañana del próximo martes, si bien la fecha podría variar en el último momento al depender de la marcha de los preparativos y de los trabajos previos que se desarrollan tanto en la plataforma tranviaria como en las cocheras de Pelagatos y en las distintas instalaciones y sistemas que precisa el nuevo medio de transporte metropolitano.
El Ayuntamiento coordina con la Agencia de Obra Pública de la Junta de Andalucía y la Consejería de Fomento la puesta en marcha de estas pruebas funcionales previas a la puesta en funcionamiento del tranvía –eso se espera– en 2019. Aunque de momento, durante los primeros días al menos, apenas se espera que tenga incidencia en el tráfico rodado. De hecho, el Consistorio cuenta ya con la experiencia de años anteriores –las pruebas de noviembre de 2014 y abril de 2017– para hacer frente a la situación que se vivirá en el centro de la ciudad durante las próximas semanas.
El tranvía, en la fase inicial de estas pruebas, circulará por la calle Real será a una velocidad sumamente reducida –equivalente a la marcha a pie de una persona según las explicaciones ofrecidas por la Agencia de Obra Pública– con el objeto de comprobar el estado de la plataforma.
Aún así –explica el concejal de Seguridad Ciudadana, Ignacio Bermejo– una patrulla de agentes de la Policía Local escoltará a las unidades en circulación a su paso por la ciudad.
El mayor peligro radica en las rotondas y en las intersecciones que se reparten a lo largo del trazado, los puntos de cruce por los que circulan vehículos en todo momento. Aunque las obras están hechas desde hace años, las señales colocadas e incluso los semáforos en funcionamiento, nadie espera cruzarse con el tranvía después de tanto tiempo y de tantos retrasos. Los conductores no están acostumbrados y eso entraña cierto riesgo.
Además, a pesar de la demora que acumula la puesta en marcha del tren-tranvía, las pruebas –a las que previsiblemente seguirá de manera de inmediata la puesta en servicio de este nuevo medio de transporte– arriban de nuevo a La Isla sin que la ciudad cuente todavía con una ordenanza municipal que regule la nueva situación de la calle Real: el paso del tranvía, la convivencia con los peatones y ciclistas, cruces, acceso a garajes y residentes, carga y descarga...
Desde que la oposición en bloque tumbara en abril de 2017 el proyecto de ordenanza que el gobierno en minoría de socialistas y andalucistas intentaba sacar adelante la situación no ha variado. Ha habido varias tentativas de negociar un acuerdo pero éste no ha sido posible ni tiene pinta de que vaya a serlo en los próximos meses. Así que La Isla se prepara para recibir de nuevo al tranvía, todavía sin ordenanza.
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