Renuncia a las obras del estadio de Bahía Sur: ¿Por qué deja una empresa un contrato de 11 millones?

San Fernando/Hasta el pasado 14 de febrero la UTE formada por las empresas Vilor Infraestructuras SL y Trafisa Construcción y Medioambiente SA, a la que el Ayuntamiento de San Fernando había adjudicado las obras del nuevo estadio de Bahía Sur, estuvo remitiendo la documentación necesaria para formalizar el contrato que se le pedía desde los servicios municipales de contratación y que aludía a las diversas subcontratas que se iban a emplear en el proyecto.

Sin embargo, cuando días después llegó el momento de firmar para iniciar las obras, la UTE reculó y dio marcha atrás, lo que ha puesto al gobierno municipal en el punto de mira de las críticas de la oposición y ha despertado las críticas de la afición azulina, que llevan años esperando la puesta en marcha de estos trabajos. El Consistorio isleño tendrá ahora que retomar el proceso de licitación para volver a adjudicar las obras a la siguiente oferta con mejor puntuación en la fase de valoración.

¿Pero qué puede llevar a unas empresas a renunciar a un contrato de 11 millones de euros y que además le supondrá una penalización de casi 300.000 euros?

La pérdida de interés de la UTE adjudicataria en ejecutar las obras, cuando a finales del año pasado se ofrecía incluso a realizar un plan alternativo para acortar los plazos del estadio, se ha relacionado con otros contratos, varios de ellos de elevada cuantía, que en los últimos meses habrían hecho cambiar de postura a las mercantiles que integran la UTE. En el caso de la valenciana Vilor, algunos de estos contratos se relacionan incluso con los trabajos de reconstrucción puestos en marcha tras la devastadora DANA del pasado octubre, que para una empresa puntera en el sector de la construcción y las infraestructuras de dicha comunidad, han supuesto una nueva coyuntura.

Desde el propio gobierno municipal isleño se ha afirmado este jueves en un comunicado que la marcha atrás de la UTE adjudicataria se atribuye a "un cambio en sus intereses empresariales ante la multitud de obras que han aparecido en otros territorios a raíz de la DANA".

¿Ha influido la DANA?

Vilor, de hecho, formalizó el pasado 28 de enero un contrato de emergencia con la Gerencia de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana para las obras de rehabilitación de las estaciones de Paiporta y Picaña de las líneas 1 y 2 de Metrovalencia por el desbordamiento del Barranco del Poyo que asciende a 2.747.626,81 euros.

En noviembre firmó también la ejecución de unas obras de emergencia para la reconstrucción de una estructura sobre el río Turia sobre el Barranco Grande, el Barranco de las Escobas, el Barranco del Prado y el propio Turia en los términos municipales de Chiva y Gestalgar en las Demarcaciones de Villar y Buñol. Su importe asciende a 2.625.000 euros.

Y también en enero, la mercantil valenciana que ahora ha dado marcha atrás en la obra del estadio se hizo con el contrato para los servicios de extracción, limpieza y traslado a vertedero de lodos, aguas estancadas, vehículos y residuos diversos que constituyan elementos que amenacen la salud y salubridad públicas en inmuebles bajo rasante, públicos y privados tramitado por la Diputación Provincial de Valencia. Su importe, en este caso, asciende a 1.166.116,83 euros.

Además, el pasado 12 de febrero -pocos días antes de que desde el Ayuntamiento isleño se le requiriera para la firma del contrato- se le adjudicó una obra presupuestada en 15.035.962,15 euros para el proyecto de construcción de las actuaciones complementarias en el tramo La Encina-Valencia para la puesta en servicio del nuevo acceso ferroviario de la línea de alta velocidad Madrid-Castilla la Mancha- Comunidad Valenciana-Región de Murcia.

Se trata solo de algunas de las obras más recientes que pueden consultarse en la plataforma de contratación del sector público. La mercantil, a lo largo del último año, alcanza hasta 29 contratos de envergadura adjudicados (además de modificados de otros anteriores) cuyo importe supera los 66 millones y cuyos plazos de ejecución oscilan de los 6 u 8 meses hasta los 18 o 22, lo que evidentemente compromete también los recursos de la mercantil.

Por su parte, Trafisa, la mercantil granadina que formaba parte también de la UTE para ejecutar las obras del estadio de Bahía Sur formalizó el pasado 26 de febrero un contrato por 2.311.108,46 euros y un plazo de 12 meses para la estrategia de restauración y renaturalización de los ecosistemas fluviales del término municipal de Loja y reducción del riesgo de inundación del entorno urbano del río Genil, una actuación financiada con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), los fondos Next Generation.

Desde el año pasado ejecuta también otro contrato para la rehabilitación del Paseo de las Explanadas de la localidad de Motril cuyo importe asciende a 1.697.792,94 euros además de las obras que se llevan a cabo en la plaza del Mercado de Jerez, cuyo presupuesto es de 1.403.444,41 euros.

También en esta misma ciudad se encarga de las obras para la ejecución de un bosque urbano en el parque de la Canaleja para las que, precisamente en diciembre, se aprobó un modificado que amplía su plazo de ejecución. El importe de estas obras asciende a 1.913.898,96 euros.

Otro de los contratos que tiene entre manos son los servicios de mantenimiento, conservación y funcionamiento de las presas de titularidad estatal en la provincia de Jaén, que sumam 5,7 millones de euros (para varios años).

Hasta finales de este año, la mercantil granadina tiene también las obras para la restauración del río Júcar para el restablecimiento de su funcionalidad ambiental que se acometen en el Marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) en los terminos municipales de Sumacarcer, Antella, Gavarda, Alberic, Benimuslem, Alzira, Algemesí, Albalat de la Ribera, Polinya de Xúquer, Sueca, Riola, Fortaleny y Cullera (Valencia) y que alcanzan 2.173.087,65 euros.

Son tan solo algunos de los muchos contratos que ambas mercantiles que integraban la UTE del estadio han asumido, un volumen de trabajo -y de compromisos- que aporta también contexto a la renuncia que ha sorprendido tanto en La Isla.