San Carlos cumple 10 años 'civiles'
Hace exactamente una década que el hospital de La Isla dejó de ser militar y pasó a integrarse en la red sanitaria andaluza abriendo sus puertas a pacientes de todo San Fernando
Abre Neurorrehabilitación en el hospital de San Carlos: una planta para empezar de nuevo
San Fernando/El hospital de San Carlos ha cumplido esta semana 10 años en manos de la sanidad pública andaluza, un aniversario que coincide en el tiempo con las recientes movilizaciones emprendidas por Marea Blanca para denunciar los recortes de personal que afectan a distintas plantas y servicios médicos. La situación –advierten– aleja cada vez más a San Carlos de la posibilidad de convertirse en "un hospital al cien por cien" para San Fernando, aquello que hace una década se demandaba en las manifestaciones que recorrían las calles en demanda del uso civil del centro pero que en realidad nunca fue el modelo que se pretendió implantar desde el Servicio Andaluz de Salud (SAS).
Pero en estos 10 años de San Carlos en manos de la Consejería de Salud ha habido de todo, evidentemente. También muchas buenas noticias, muchos servicios y unidades que han ido abriendo progresivamente. Y muchos desplazamientos que los isleños se han ahorrado cada vez que tocaba ir al especialista o realizarse pruebas diagnósticas. Ese, seguramente, ha sido el gran logro de estos 10 años en lo que toca a la población de San Fernando. Sin embargo, y a pesar de las numerosas inversiones realizadas en este periodo de tiempo, el enorme potencial que tiene para la sanidad pública este 'gigante' de 12 plantas sigue sin aprovecharse en su totalidad. En la pandemia, de hecho, se mostró como un recurso clave en plena emergencia sanitaria.
Fue el 12 de septiembre de 2014 cuando culminaron las negociaciones entre el Gobierno central y la Junta de Andalucía para el traspaso del hospital isleño, que hasta la fecha había sido militar. Ese día, la comisión paritaria integrada por ambas administraciones se reunió en el hospital isleño para zanjar los trámites. El proceso, en realidad, se había iniciado en enero del año anterior cuando el Ministerio de Defensa anunció la cesión gratuita de estas dependencias sanitarias que habían dejado de tener interés para las Fuerzas Armadas y cuyo mantenimiento acarreaba además un coste millonario difícil de asumir en tiempos de crisis y recortes presupuestarios. El hospital militar echaba el cierre, así que no había muchas opciones sobre la mesa si no se quería añadir a San Fernando otra propiedad más de Defensa –en este caso un edificio– cerrada y sin uso alguno durante años a la espera de mejor suerte. Y La Isla vio en aquella crisis la oportunidad de alcanzar una de sus históricas reivindicaciones, ese sueño de tener un hospital propio que venía de mucho tiempo atrás.
El traspaso a la red sanitaria andaluza del hospital –y de todo su personal– no se hizo efectivo hasta el 1 de octubre siguiente. En realidad, aunque fue en esa fecha cuando pasó a ser íntegramente del SAS, San Carlos había abierto la puerta a los civiles isleños casi una década antes -en 2005- gracias al concierto de determinados servicios, fundamentalmente consultas de especialidades.
A ellas, a partir de ese octubre de 2014, empezaron a sumarse distintos servicios a medida que el centro, poco a poco, iba afrontando su remodelación para actualizarse. Así, a las consultas externas se incorporaron otros servicios como Rehabilitación, un Hospital de Día de Hematología, la Unidad de Salud Mental de la zona, dos áreas de Exploraciones Digestivas y Dermatología, un Hospital de Día Médico Polivalente, una Unidad de Rehabilitación Cardiaca –que luego se cerró con la pandemia y cuya reapertura se reclama ahora– así como quirófanos de Cirugía Mayor Ambulatoria. También una Unidad de Diagnóstico por la Imagen dotada de TAC, mamógrafo, un nuevo equipo de radiología digital y una resonancia magnética.
Entre otros servicos, Urgencias abriría a finales de 2016 en respuesta a una de las principales demandas de los isleños. También, con el traspaso del centro a manos del SAS, llegaron las hospitalizaciones a San Carlos para un perfil concreto de pacientes: en su mayoría, personas de avanzada edad y con múltiples patologías. Hasta cinco plantas de San Carlos (con 22 camas cada una de ellas) están acondicionadas para ello, aunque no todas están operativas. De hecho, este verano solo se ha contado con 33 camas, lo que ha desatado también las protestas e profesionales y de colectivos como Marea Blanca.
La nueva Unidad de Neurorrehabilitación, que abrió sus puertas en noviembre del pasado año, fue el último de los servicios que se incorporó a San Carlos, donde también recientemente se ha llevado a cabo una potente inversión con la ayuda de fondos europeos –más de 5,7 millones de euros– en materia de eficiencia energética. En 2021 se trasladó también la unidad de Oftalmología a la quinta planta de San Carlos. Y en la cuarta, también a finales de ese mismo año, se puso en marcha un nuevo Hospital de Día Médico Polivalente con un innovador enfoque que miraba a los hospitales del futuro. Eso sí, las críticas en torno a la gestión de San Carlos que llegan ahora al hilo de los recortes señalan que ese prometedor modelo al que se aspiraba se ha quedado a medias al quedarse sin recursos para seguir avanzando.
Un valioso recurso que precisa mantener el ritmo de inversiones
Que el hospital de San Carlos supone un valiosísimo recurso para la sanidad pública se demuestra con la actividad que el centro isleño ha registrado a lo largo de estos últimos 10 años y con la buena acogida que ha tenido entre los ciudadanos los distintos servicios que han ido abriendo, que por lo general han sido muy bien valorados. Por eso el camino que siga el hospital isleño en los próximos años resulta clave para confirmar esa apuesta de la sanidad pública andaluza por el hospital isleño. Que se han invertido millones de euros en este edificio es innegable. Pero cuestiones como el cierre de la cafetería, servicio que lleva más de un año cerrado tras la marcha de la concesionaria, han pasado factura a pesar de que a priori pueda parecer una cuestión trivial y han contribuido a dibujar esa imagen de abandono que por otro lado se critica desde colectivos como Marea Blanca, que insiste en presentar a San Carlos como un mero espacio anexo del Puerta del Mar más que como un recurso propio para los isleños. Cierto que San Carlos rehusó desde la transferencia de Defensa a ese modelo de hospital tradicional dotado de todos los servicios en favor de otro enfoque sanitario más actual, eso que se decía de los hospitales del futuro que tienden, precisamente, a una atención que procura reducir el número de hospitalizaciones. Pero, en todo caso, la apuesta requiere que el ritmo de inversiones se mantenga en años venideros.
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