Cómic

Fin de juego

  • El éxito y la fama pueden volverse en contra de uno mismo, como va a sufrir la protagonista de este cómic

Detalle de la ilustración de portada.

Detalle de la ilustración de portada.

Y es que, como ya hemos podido comprobar en los dos anteriores volúmenes, la vida de Helena Silver cambió de la noche a la mañana debido a su especial habilidad a la hora de jugar en ese deporte, el Sioule, que siguen millones de personas a lo largo y ancho del planeta.

Como conocimos al final del segundo tomo, abandona la escuela de Sioule y acepta el ofrecimiento del menudo Soni Daktari que, gracias a la fortuna paterna que le respalda, ha creado un equipo que rápidamente se pone en primera posición en la liga. Ellos son Los colmillos de Oni, y Helena cumple a la perfección su papel en este deporte en el que no hay reglas, y la violencia más brutal puede surgir cuando menos te lo esperas.

Pero nada de esto afecta la muchacha, que empieza a protagonizar campañas publicitarias, convirtiéndose en una celebridad en un espacio muy corto de tiempo y obligándola a estar separada de los que más quiere, su pandilla de amigos y su fiel perra Faustina.

La cosa empezará a torcerse por varios frentes: En primer lugar, la aparición de un misterioso jugador cuyo rostro lleva oculto bajo un casco, que emplea la violencia como principal arma.

Por si esto fuera poco, la instantánea fama de Helena es algo que disgusta sobremanera al brutal jugador conocido como X que, hasta ese momento, ha sido el más admirado por los fans del deporte, y temido por sus jugadores. Tarde o temprano la protagonista y él tendrán que medir sus fuerzas sobre el terreno de juego…

Pero la gota que colma el vaso en la nueva vida de Helena es el precio a pagar por la fama. En un mundo dominado por la información, se convertirá en víctima de la temidas fake news, una auténtica campaña que la golpea directamente sin ningún tipo de compasión y que llevará a la joven hasta el límite afectando, claro está, a su papel como líder del equipo de Soni.

¿Qué hacer, regresar a su casa, a la tranquilidad de aquellas lejanas tardes tumbada en la fresca hierba, junto a sus amigos del alma, acariciando a la cariñosa Faustina cerca del mar?

Momentos que colocar en una imaginaria balanza vital, en la que Helena pondrá todo por su parte para lograr el triunfo en el campeonato de Sioule, cueste lo que le cueste.

Michaël Sanlaville, autor de este cómic, sabe mezclar a la perfección la acción más descarnada con momentos de intimidad total, y nos va a dejar con la boca abierta con uno en concreto, totalmente inesperado, con el que da un golpe de timón al argumento, llevando a las viñetas una situación que seguro que nos ha golpeado a más de uno y una en nuestras propias vidas, naciendo una invisible cicatriz que nunca va a sanar del todo…

Culmina esta trilogía, genial en su planteamiento, fresca, que bebe del manga japonés, y que nos presenta a unos carismáticos personajes con los que te quedas con las ganas de compartir más peripecias, ya sean sobre el terreno de juego o en sus propias existencia.

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