El convento de las Capuchinas lleva ya 8 años sin uso en el centro de San Fernando

En enero de 2017, las últimas cuatro religiosas que habitaban el edificio se despidieron de La Isla al ser trasladadas a un monasterio de El Puerto

El Obispado intentó sin éxito que una nueva congregación se asentara en el convento

Recurren ante el TSJA el cambio de catalogación de las Capuchinas para afrontar el desarrollo urbanístico de los suelos

Fachada principal de la capilla del convento de las Capuchinas en San Fernando.
Fachada de las Capuchinas en San Fernando / D.C.

San Fernando/El convento de las Capuchinas -emplazado la calle Constructora Naval, a escasos metros del centro de San Fernando- cumplirá en este mes de enero 8 años cerrado y sin uso alguno.

En estos terrenos, propiedad del Obispado de Cádiz y Ceuta, se proyecta desde 2022 un desarrollo urbanístico que incluye la construcción de una residencia para mayores así como de viviendas, tanto de renta libre como protegidas. Hay un convenio firmado con el Ayuntamiento isleño y un acuerdo alcanzado con una promotora de la localidad (Hermanos Lahule) para ejecutar la operación.

Los planes, no obstante, mantienen al margen la antigua capilla del convento, que se ha cedido al Ayuntamiento de San Fernando y que, a su vez, tiene intención de cederla al Consejo de Hermandades y Cofradías para que se convierta en su sede. También se conserva la finca colindante, destinada a viviendas parroquiales, así como los claustros interiores y la antigua noria de regadío que existe en la zona del huerto.

Las últimas religiosas que ocupaban el convento de clausura abandonaron el edificio el 25 de enero de 2017 entre aplausos y muestras de afecto de la ciudadanía. Debido a la falta de vocaciones y a su edad, se reubicaron en el monasterio que la congregación tiene en la vecina localidad de El Puerto de Santa María.

Con ellas, aquella mañana de invierno, se puso el punto final a 128 años de historia de las Capuchinas en San Fernando. La Isla se desprendió de una comunidad de clausura que había llegado a convertirse en parte de su identidad durante el siglo XX y que incluso, en 2005, fue distinguida con la Medalla de la Ciudad, un reconocimiento que puso de manifiesto esa estrecha vinculación que existía entre las religiosas y la localidad.

La marcha de las capuchinas y el consiguiente cierre del convento en La Isla no fue ninguna sorpresa. Se barajaba desde hacía al menos dos años ante la avanzada edad de las cuatro religiosas que quedaban y la ausencia de nuevas vocaciones y su marcha había llegado a suscitar numerosas muestras de apoyo y cariño hacia las religiosas. En el verano anterior, la Santa Sede confirmó por decreto la clausura del monasterio, que se materializaría a principios de 2017.

A partir de entonces, el futuro de estas instalaciones de la calle Constructora Naval, uno suelos muy atractivos dada su cercanía al centro de San Fernando, pasó a ser una incógnita.

El Obispado intentó darle continuidad al convento isleño y hasta buscó una nueva congregación religiosa que quisiera asentarse en San Fernando para que el edificio siguiera teniendo un uso religioso. Pero no tuvo éxito. Además de la crisis de vocaciones, las instalaciones que habían ocupado estas religiosas hasta su partida requerían de una importante puesta a punto -es decir, de una potente inversión- a fin de garantizar su habitabilidad más allá de la modestia y sobriedad propias de la clausura.

Así que, con unos suelos de más de 9.000 metros cuadrados a escasos metros del centro de San Fernando, que se empezara a plantear un desarrollo urbanístico era el paso más lógico. Y aún así no se ha conseguido evitar que el convento cumpla ya 8 años cerrados y que, evidentemente, el paso del tiempo haya empezado a hacer mella en las instalaciones.

El desarrollo de los suelos, precisamente, ha vuelto a la actualidad en estos días en los que se cumplen 8 años del cierre del convento al concerse el recurso que un particular ha presentado ante el TSJA contra el cambio de catalogación que se ha aprobado (con el informe favorable de la Comisión Provincial de Patrimonio) para favorecer la operación urbanística.

Una noticia que además ha desencadenado unas vehementes declaraciones del portavoz de los andalucistas (AxSí), Fran Romero, que ha tachado de "pelotazo" los planes del Obispado y ha llegado incluso a acusar al Ayuntamiento de San Fernando de "especular" con estos suelos.

Dependencias de la antigua Escuela de San José, cuya venta intenta el Obispado como hotel.
Dependencias de la antigua Escuela de San José, cuya venta intenta el Obispado como hotel. / Sonia Ramos

San José, otro desarrollo pendiente

Con todo, el de las Capuchinas no es el único suelo de San Fernando que está en esta situación. Desde que en 2021 cerrara la Escuela de San José, también en pleno centro, el inmueble -titularidad del Obispado- también está sin uso. Según se conoció hace unos meses, con la cooperación del Ayuntamiento isleño, el edificio se está ofertando a diferentes operadores hoteleros para su compra.

De confirmarse la existencia de un comprador, se convertiría -después del desarrollo de los suelos de las Capuchinas- en la otra gran operación que el Obispado y el Ayuntamiento isleño acometen conjuntamente en la ciudad.

De hecho, para el gobierno municipal, que el edificio –que lleva ya mas de tres años cerrado– se convirtiera en un hotel sería la mejor opción posible. Por eso está dispuesto a poner todo lo que esté en su mano para que la operación llegue a buen puerto, si finalmente aparece un comprador.

Al igual que ocurre con las Capuchinas, el peor escenario posible es, precisamente, que no se haga nada y se perpetúe en el tiempo su cierre y falta de uso con el consiguiente deterioro de las instalaciones.

En el caso de San José, el inmueble en cuestión consta del edificio histórico –el que da a la plaza de San José, concebido originariamente como hospital a finales del siglo XVIII– y de un anexo moderno ubicado en la parte trasera que carece de protección y que permitiría una construcción de hasta tres plantas. Eso suponen unos 4.300 metros cuadrados de superficie construida que se suman a los 3.197 del edificio histórico, que sí está protegido en el PEPRICH (Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Casco Histórico) con un nivel II. La operación, según el Ayuntamiento isleño, es totalmente viable.

stats